Cronología de una catarsis
Sigo por tierras lejanas. Cada vez son más los clientes y amigos que piden que les ayudemos a salir del complicado escenario español y buscar nuevos horizontes para sus negocios. Aunque la mayoría lo hacen empujados por la necesidad y no tanto por una estrategia estructural si es cierto que es una buena opción si se hace de manera bien organizada y consultada. El número de emprendedores y empresarios que deciden ponerse en marcha en territorios distantes aumenta desde hace años y a ritmo cada vez más acelerado. Mucho ha llovido desde que aquí habláramos sobre quiebras bancarias, cierres de empresas y aumento de paro que multiplicarían por cinco los que había entonces.
Viviremos tiempos de millones de parados, de huelgas y de altercados en las calles. Los policías se esconderán, los ciudadanos buenos serán atacados para silenciarlos y los emprendedores sólo emprenderán la huida. No vienen tiempos de coyuntura, es una crisis sistémica. Muchos querrán llamarla crisis durante mucho tiempo, pero otros, los que aquí seguiremos, sabremos mucho antes que los demás que eso no será una crisis sino un cambio rotundo de modelo social y económico. Espero equivocarme en lo que interpreto y no me atrevo a escribir. Un país que verá caer bancos, que se disfrazaran con fusiones o con lo que sea pero que al final en 2013 o 2014 o incluso después todos tendremos que pagar. En esta Era de la avaricia, el horizonte se nos presenta oscuro. Durante tres o cuatro años pintarán bastos. Los españoles han saqueado su país, cuya realidad económica vive bajo un estado lisérgico permanente.
Los efectos de este tripi gigante acabaron y ahora, la política y sus actores, deberán gestionar el enorme chasco. El sueño ha acabado y el despertar es como una garrafa de agua helada. Ningún político fue lo suficientemente suicida como para avisar de lo que se avecinaba pues hubiera certificado su derrota electoral. ¿Quién iba a votar a alguien que garantizaba la mayor crisis económica de los últimos cincuenta años y sus recortes y subidas de impuestos sin compasión? Que alguien les explique que no es una crisis. Que es hora de liderar un nuevo mundo. Y se lo advertimos, la cosa se puso más fea en los circuitos bancarios, en los ayuntamientos y sus derivados. Hoy todo eso es ya una evidencia y el peso de lo cotidiano es tan alto que no podemos ni respirar a pesar de que me rebelo contra todo ese malestar tatuado de manera transversal y espero poder retomar mi espíritu optimista y trasladárselo a mis socios, colaboradores, amigos y clientes.
No todo será malo. En muchos casos, la estrechez resultante provocará que algunos servicios que hasta la fecha se hacían sin mesura, deban adaptarse a los nuevos y gélidos tiempos. Las corporaciones municipales que quieran apostar por un valor en el servicio público deberán modificar sus objetivos si estos son faraónicos o desmedidos. Procurarán, los que puedan, atender exactamente a las necesidades de sus vecinos. El entendimiento por mancomunidades será uno de los efectos inmediatos a esta nueva situación. Algunas poblaciones que ahora no puedan afrontar la construcción, por ejemplo, de un polideportivo de según que dimensiones o coste de mantenimiento, podrán asociarse con otras para afrontar el proyecto con garantías de uso y equilibrio económico. Esto es diferente, duro y poco electoral pero no habrá otro remedio. Lo bueno que conlleva es que el dinero público deba invertirse de un modo mucho más eficiente.
Aun recuerdo la noche de hace un año en la que hablé con un buen amigo que vivía en aquel entonces en Grecia y que dirigía una de las empresas más importantes de Tesalónika. Me decía: “ahora me dedico, tras desayunar en casa de mi madre, a tirarle piedras a cualquier coche oficial que pase frente a mi”. Me dijo que así era hacía tiempo, que lo ejecutaba en equipo y rodeado de parados y embargados cada día durante cuatro o cinco horas. Unos días después publiqué algo que me confesaba otro amigo. Este era directivo de una entidad financiera española y decía que “si la gente supiera la verdadera liquidez que tiene el sistema no se lo creería”. Y a todo eso, hace un año, un 15M, la gente salió a la calle y se habló mucho de ello. Algunos regresaron a sus ordenadores, otros a sus reuniones de barrio y la mayoría a un limbo líquido donde se regeneran las pasiones.
El asunto es grave, ahora lo dicen todos los medios. Mucho más tarde de lo que hubiera sido de agradecer. Tal vez, con algo de tiempo, la gente podría haberse buscado la vida y no estar ahora en este barrizal cada vez más siniestro. Seguimos dando vueltas al mismo circuito y ese ahora ya es un cortocircuito que evidencia la majestuosa incompetencia de cuantos nos han dirigido en las últimas décadas y de cuantos se creyeron que la bonanza sobre la especulación no tiene fin. Lo que vivimos es un robo organizado en concepto de socializar las pérdidas y legalizado por la subida de impuestos que no estamos preparados para soportarla ni en el tiempo previsto, ni en la intensidad prometida, y menos para compaginar un crecimiento económico que pueda salvar todo esto a medio plazo. Por mucho que hagamos, el agujero es tan profundo y oscuro que nos engulle inapelablemente. Les pasó a irlandeses, griegos y portugueses y nos va a pasar a nosotros, a los italianos, belgas y derivados. En ese planteamiento de incerteza dramática hay que poner los tacos y preparar el punto de partida. Un nuevo mundo, una nueva oportunidad.
Esto lo escribo, peleando y arriesgando mi patrimonio otra vez, mirando desde las nubes el majestuoso Océano Pacífico, pensando lo lejos que queda todo, incluido mi hijo de casi siete años y recordando sus palabras en Viber: “papá, ¿cuándo terminará la crisis mundial?”. Le he respondido: “hoy”. Esto termina cuando a cada uno de nosotros se nos meta el gusano obsceno de la rabia, de la revolución personal y de las ganas de tomar las riendas de nuestra propia vida. “Me da igual lo que digan que harán por mí, yo sé lo que yo voy a hacer: emprender”.
Que no nos engañen más. Que le digan a todos que no tienen la más remota idea de cómo desmontar ahora el desastre que han organizado. Primero vertiendo dinero sin reparo, ahora retirando los estímulos, luego acelerando la modificación del sistema financiero, luego salvaguardándolo, primero hablando de reformas, luego de impuestos. Que acepten que el desastre es de tal calibre que no hay por donde cogerlo. Yo ya no cuento con ello y por eso me lo monto yo mismo y me lo organizo a mi manera, esperando el fracaso ilusionadamente.
La sociedad que no arriesga, no avanza. Hoy en día el valor de equivocarse parece un síntoma de final irrecuperable, cuando debería ser todo lo contrario. Sólo se hace gigante aquel liliputiense capaz de acumular errores. Un buen empresario no lo es hasta que no ha fracasado alguna vez. En Estados Unidos ese valor prevalece en cada proyecto que sus ciudadanos ponen en marcha. No hay fracaso malo, sólo hay oportunidad fallida. Hay más. En nuestro país y en algunos de nuestro entorno inmediato entrar en default es sinónimo de imposibilidad de poder afrontar otro reto emprendedor en tu vida. Las catalogaciones contra el histórico crediticio te amputan todas las opciones. Ese es uno de los motivos por los que, poco a poco, hemos ido deconstruyendo una sociedad que en su momento estuvo llena de vida.
Por mucho que nos llueva el mensaje a mi no me cuadra tanto discurso emprendedor. Los que ahora hablan de todo eso no son más que los creadores de tanta miseria prefabricada y tanta burguesía de plástico donde se esconde la escasa capacidad para emprender estratégicamente en muchos puntos de la vieja Europa, de producir competitivamente y de activar los pocos recursos que ya quedan en planes de estímulo que generen un nuevo modelo de crecimiento. Y en eso estamos cuando a uno se le quiebran las piernas pensando en sus ahorros, esos que tanto costaron reunir y que en gran medida dependen de “la buena gestión” de los que no vieron o negaron la que se avecinaba. ¡Menudos como para dejarles a sus merced nuestro capital!
Que obliguen a algún banco a digerir en sus balances a una caja con una agujero bíblico, no ayuda mucho a que el sistema cure sus deficiencias. Que se avance la creación de un banco malo no ayuda demasiado. ¿Alguien puede confiar a estas alturas que un banco repleto de basura financiera va a ayudar a que la realidad se convierta en algo mejor? ¿Alguien cree que tomar todos los activos tóxicos de la banca española y convertirlos automáticamente en los activos de una entidad de resguardo lo soluciona todo? ¿Nos toman por estúpidos? El banco malo se compone de las cosas que nadie va a pagar, de las deudas que se deben eliminar en los balances que evidenciarían quiebras y fallidas técnicas en algunas entidades. El gap es que se confía demasiado en que algún día alguien querrá esos activos malos. Si eso no pasa en un tiempo prudencial, la hostia será soberana y todos tendremos que refinanciar el macro agujero.
Foto: Reuters
Adaptarse al cambio
En este blog se habla de modelos de negocio, de gestión de formatos en entornos de nueva economía que puedan sustituir los más tradicionales. Obviamente no es factible mutar una modelo de crecimiento de la noche a la mañana ni tampoco puede ser posible que una territorio que vivía de acumular ladrillos pase a ser el paraíso de la biotecnología aplicada. Eso no puede ser y además es imposible. Lo que si es una opción es revisar como se puede transformar una parte de todo ello a pesar del escepticismo que despierta. No quiero parecer el inventor de nada, ni el vendedor de cosas que puedan ser interpretadas de cambio imprescindible o que, con el análisis de hoy, se pretenda trasladar la impresión que defiendo este tipo de empresas como las “mejores” o “únicas” para el futuro de todos los emprendedores. Hoy sólo quiero dejar una muestra diáfana de por donde van algunos modelos de gestión, de negocio y de innovación en la producción y su consumo que poco o nada tienen que ver con lo que ahora define nuestra modelo socioeconómico que languidece y muere poco a poco.
En un entorno económico en K.O. técnico, los nuevos modelos de negocio que sepan adaptarse, podrán sobrevolar los tiempos duros que aún quedan por soportar. En ese nuevo territorio aparecen conceptos como la economía relacional o de la atención, donde las nuevas aportaciones que las redes sociales y los escenarios digitales distribuidos ofrecen un canal claro para ajustar costes y cristalizar modelos. Tenemos múltiples ejemplos de cómo empresas minúsculas lograron destacar en esos escaparates socializados.
La cúspide del debate entorno a esos nuevos entornos está colonizada por el famoso asunto de los derechos de autor y los activos que pueden ser copiados. En este sentido y para diferenciar factores me interesa que se comprenda que cuando algo es libre, no necesariamente es gratis y que en esa libertad de copia e incluso en su gratuidad puede estar la clave del negocio. Sabemos de grupos musicales que venden más y de manera reiterada por que entregan gratis en un modelo “freemium” algunos de los temas de sus nuevos productos.
Durante un debate sobre economía del futuro (curioso compuesto) tuve una recriminación por parte del público criticando que mi discurso era una repetitiva exposición sobre que el “mundo ha cambiado mucho y que sólo nos quedaba una opción: adaptarnos”. La verdad es que, aun respetando la opinión, me reitero en mi posición. Digamos que en los entornos económicos actuales el valor que más peso específico supone es la de “no erosión” o la de reducir al máximo los elementos que intermedian entre la creación de un producto y el consumo del mismo.
Esto sirve para todo y por ello se debe tender en este nuevo escenario donde limitar la fricción es fundamental, el crear empresas que no precisen de intermediarios en ningún campo, ni vendedores (ecommerce), ni distribuidores (fcommerce), ni publicidad asociada (socialshopping), etc… En ese sentido el producto cultural en Internet es la máxima expresión de la reducción de ese factor, hasta el punto que el soporte y la copia dejan de tener valor ya que con un click puedes obtener una copia. Los que critican ese hecho lo hacen desde el punto de vista de que debe abonarse un importe determinado en consideración del hipotético valor derivado de esa copia y no del uso de la misma. Olvidan que cada una de ellas permite que el producto circule más y por extensión sea más conocido.
Este asunto es válido para los productos culturales y para cualquier otro que pueda ser efectivo en la gestión del comercio electrónico y susceptible de aceptar nuevos entornos valorados en las comunidades en red. La relación de la industria creativa y formal con la distribución libre (que no gratuita) y/o descargas en Internet ha sido muy dura en una primera fase pero eso está cambiando a medida que, esas plataformas comerciales, van comprendiendo el nuevo entorno viéndolo como un aliado más que como un enemigo. La nueva relación “autor-consumidor” suele traducirse, como demuestran las estadísticas en un mayor consumo de esas creaciones.
Que la industria discográfica ingrese menos no es culpa del consumidor, sino de una deficiente adaptación al nuevo escenario. Ahora la gente consume más y por eso compra más también, pero compra en otros modelos y en lo que se ha venido a llamar “long-tail”. El ejemplo más fácil de comprender (radicalizando) es esa larga cola permitiendo que un consumidor compre directamente a un creador de modo totalmente legal tras haberse enamorado de su música en una descarga irregular o de haber escuchado la recomendación de alguien que hizo eso mismo.
En este debate suele malinterpretarse el valor de lo “gratis” y lo “libre”. El malentendido surge de la palabra en inglés que significa ambas cosas con un término único: “free”. Cabe determinar que libre no es gratis. Lo que se puede copiar libremente no significa que tenga un coste cero, pero resulta que Internet elimina la dependencia del autor sobre el soporte y por consecuencia deja de depender de una factoría de grabación que distribuye, promociona y vende sus creaciones. Ahora el autor salvaguarda sus derechos en la copia con lucro o en la venta a precio razonable si es su deseo y puede establecer que lo que le interesa no es la venta sino la distribución para poder vender otras cosas que puedan ser asociadas al primer producto (el que se puede copiar) y que le reporte mayor beneficio incluso por el alto grado de conocimiento en el público que puede alcanzar.
El autor de hoy puede grabar en múltiples modos y espacios de altísima calidad como vemos todos los días, puede tener una producción exquisita por miles de profesionales que así se muestran en la red, puede promocionarse en términos sociales con una potencia que ninguna campaña estratégica y analógica pudiera lograr, puede vender directamente él en su web, blog o plataforma de ventas online y finalmente no precisa distribuir su obra pues está a un click de distancia. Eso es lo que ha cambiado y adaptarse o no, supone la desaparición.
Los sectores financieros, la administración, los medios, la industria y otros siguen empecinados en contrarrestar el peso de lo inevitable: que el usuario o cliente determina y que la ley de la economía básica habla que la supervivencia de un producto se somete al principio de “más rápido, más barato, menos difícil”. Las administraciones, el gobierno inclusive, deberían de atender esas nuevas fórmulas puesto que empecinarse en la protección de los modelos enquistados en los modelos inmóbiles y los deberes asumidos no nos conduce más que al vagón de cola de una economía que no va a esperarnos otra vez.
Lo han hecho con un sistema bancario quebrado por su mala cabeza, lo han hecho con el modelo de fusiones que busca salvaguardar oficinas y estructuras analógicas en una banca cada vez menos presencial y más digital, lo han hecho con el modelo de gestión pública que sigue dependiendo de antiguas fórmulas vinculadas a la democracia participativa en lugar de la democracia deliberativa, lo han hecho con sus enquistadas orgias de debates inservibles en los que una oligarquia sigue decidiendo, lo han hecho manteniendo a base de subvenciones insultantes a mastodontes industriales que fabrican cosas ineficientes como automóviles que no se venden, lo han hecho con los recortes en innovación, lo han hecho con todo. Me temo que los que debieran liderar un proceso determinado siguen presidiendo la pasividad, la incomprensión de la oportunidad que supone la nueva hipersociedad y sus retos, en un cambio de modelo que dejó de ser crisis hace mucho a pesar de que ellos siguen actuando, parcheando y gobernando como si lo que vivimos fuera algo puntual y no estructural. Así nos va, que lo gratis y lo libre se confunden como se confunden la deuda y el déficit.
Why Venture Capital?
Hace unos días hablábamos de los emprendedores freemium. Dejando de lado el acrónimo y el elemento metafórico que buscaba si es cierto que algo está cambiando en el escenario de las inversiones en start-ups. De hecho hay una tendencia que prioriza la búsqueda de capital inteligente antes que la tan ansiada liquidez. En ese sentido hace unos días cayó en mis manos este artículo que lo refleja bien. La computación en la nube, los dispositivos móviles, las redes sociales y otras tecnologías de acceso rápido a Internet, están produciendo oleadas de nuevas start-ups, pero para muchas de estas jóvenes empresas, el capital riesgo es la respuesta equivocada, por lo menos al principio. Os traduzco lo que considero más relevante.
Así lo expresó un grupo de inversores y empresarios que hablaron de Microsoft en Silicon Valley en un evento patrocinado por el Club de Churchill. Con Amazon Web Services y una mirada de otras tecnologías libres o de bajo costo, la creación de empresas es más barato que nunca, por ejemplo. Como inversor, Draper Fisher Jurvetson socio de Heidi Roizen dijo que trata de convencer a la gente de lo bueno del capital riesgo, pero como profesor en Stanford trata de explicar otros puntos de vista.Dice que “todos los estudiantes de mis clases quieren recaudar dinero y hacerlo público y les digo: ¿Estás construyendo un restaurante o un McDonald?”. Añade que “si has creado un sitio web alrededor de lo que te apasiona y ganas 25.000 US$ al mes puede ser un gran logro y un estilo de vida, pero si tras lograr 5 MM US$ de capital riesgo prepárate para darle un exit de diez veces su dinero”.
Internet permite a los empresarios innovar de formas que no son técnicas por ejemplo. (…) Los emprendedores que quieren empezar con empresas de base tecnológica deben buscar la mayor cantidad de servicios gratuitos que puedan. MacAskill, cofundador y director ejecutivo de SmugMug, un sitio web de fotos de 10 años de edad, dijo que, en su caso, el intercambio para los fotógrafos profesionales debía ser rentable por si mismo y no depender de la entrada del capital de riesgo.
En estos momentos, a medida que con mi equipo vamos aprendiendo de la experiencia, estoy convencido que a veces los proyectos son más intensos si apoyamos el modelo con algo de desarrollo tecnológico asociado, que con dinero para localizar esos ingenieros. Si somos capaces de equilibrar esas entradas de capital en el momento exacto estaremos ante succeful start-ups.
Cómo las secuoyas
Hoy replico uno de los capítulos de mi último libro. En concreto el que trata del valor de emprender en red, de la capacidad humana de pensar colectivamente y de estimular con ello los modelos de creación de proyectos emprendedores. Este episodio motiva normalmente, cuando lo aporto en las reuniones de trabajo, una dinamización sistemática e inmediata de la voluntad de colaborar, de crecer en grupo.
Existen muchos modelos de emprendeduría. La que me interesa a mí es la que encaja con los tiempos que me ha tocado vivir, tiempos de tecnología, de redes, de fuegos artificiales y de conversaciones. Precisamente en ese nuevo modelo digital de proyectar empresa está el de actualizar una nueva economía basada en la colaboración y en la experiencia colectiva.
No hay nada más importante en un mundo como el actual, en el que las manadas duermen en las planicies esperando que alguien les informe por donde deben escapar, y donde lo más probable es que nadie cambie si no lo hacemos colectivamente, el valor de lo enredado, de lo cambiante y dinámico se hace tremendamente imprescindible.
Existe un árbol que ha alcanzado los 115 metros de altura. Está al norte de San Francisco y es una secuoya. La altura media de este tipo de cupresácea está cerca de los 80 metros. Son muy longevas, existe una secuoya roja de más de dos mil años que ahí está, esperando que todo cambie a su alrededor.
Lo más extraordinario de este tipo de árbol no es la longitud vertical que logra sino como el mecanismo que utiliza. ¿Qué profundidad deben tener las raíces de un árbol que alcanza esa tremenda altura? Cuando cuestiono esto a conocidos o en charlas públicas, las respuestas son de todo tipo. Cien metros, doscientos, cuarenta, diez, hay de todo. Sin embargo la sorpresa es general cuando descubro la gráfica que demuestra que la profundidad de las raíces de este tipo de planta es muy inferior a lo previsto.
Apenas tienen unos pocos metros de profundidad, hay casos incluso que muestran árboles de casi un centenar de metros de alto con unas raíces de apenas uno de profundidad. El método para soportar la presión lateral es una maravilla de la naturaleza. Las secuoyas sólo pueden crecer en grupo. Las pocas que hay de modo aislado en alguna zona europea (tras una replantación en el siglo XIX) no alcanzan apenas los treinta metros de talla.
Para alcanzar su altura media y su longevidad, las secuoyas son los únicos árboles capaces de enlazarse los unos a los otros hasta el punto que llegan a perder el sentido de quien es uno y quien es otro. Se han hecho pruebas de inyectar un líquido coloreado en la raíz de una de ellas ubicad en un punto concreto y esperar unos años. Tras ese tiempo se descubre como ese líquido puede detectarse en todo el bosque.
Aunque estén unidos hasta el punto de fundirse los unos a los otros, lo cierto es que mantienen su propia individualidad genética y biológica pero si uno de ellos precisa savia por algún motivo, el bosque entero en general, y los árboles más cercanos en concreto, le proveen.
Ese lazo extremo entre todos permite enfrentarse a la inclemencia atmosférica aunque estén a tanta altura y tan expuestos, les permite crecer hasta una altura inconcebible por la naturaleza de un modo lógico.
Estos árboles representan un modelo de gestión en equipo, global, comunitario. Si una de las secuoyas empieza a ceder, si su verticalidad se pierde por algún motivo, el bosque hace fuerza contraria durante décadas hasta que recupera el eje. Todo el conjunto de árboles ayuda a recuperar el punto de equilibrio. Es tremendamente emocionante pensar como se produce ese efecto extraordinario.
Pensemos que importante es esto. Cuando una sociedad es capaz de estructurarse hasta el punto de llegar a la excelencia de grupo es porque es madura, capaz y autosuficiente como colectivo. Pensemos también que atendiendo al ejemplo de estos maravillosos seres vivos que son las secuoyas, y observando lo que pasa cuando no están en un bosque, sólo es posible alcanzar grandes alturas si están juntas, y lo más asombroso es detectar que son todas las secuoyas al unísono las que logran tales cotas. El éxito no es para una, sino para todas. Trabajar en red proporciona el valor a todos. Este proceso de emprender es clave en una sociedad enfrentada a la competitividad mal entendida.
La comunidad es capaz de estructurarse en red, lo demuestran miles de actos y acciones digitales que se han sucedido en los últimos años. Diseñar modos que permitan convertir tanta energía en proyectos y empresas es el reto de nuestra sociedad actual.
Las secuoyas son una lección que como sociedad no debemos obviar. Convencer a nuestro entorno del valor de enredarse y hacerlo digitalmente en una amalgama desordenada de individuos vinculados en redes sociales complejas es la opción que nos queda.
El soldado invencible
Paul Valéry dijo que “la guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que si se conocen pero que no se masacran”. Hay guerras con armas y batallas con otros elementos. Ahora estamos inmersos en una contienda que utiliza herramientas sofisticadas y complejas. Estamos en la batalla por la conquista de la Nueve Economía aunque muchos no lo sepan. Os dejo una historia que sucedió hace mucho tiemp y que seguro os va a hacer reflexionar. Que lo disfruten.
El poeta y crítico francés, líder del movimiento surrealista, André Breton conoció al soldado invencible. Fue durante una gélida mañana de invierno de 1916, en un hospital de guerra francés donde trabajaba como apoyo a los que intentaban evitar que el imperio germano devorara Francia. Fue a primera hora, justo en el instante que parece definirse la barrera entre el día y su noche anterior. Cuando André tuvo que acercarse a uno de los carromatos donde se hacinaban los heridos que llegaban del frente. Frente a las ruedas embarradas, manchadas de fluidos y sangre, con la banda sonora eterna de llantos y lamentos, los mismos que estaba tan acostumbrado a escuchar, contó los cuerpos y se lanzó en ayuda de los que parecían más graves. Como siempre los amputados, los que habían perdido alguna extremidad y estaban prácticamente muertos eran los prioritarios, los que a criterio del poeta, debían ser tratados sin espera. A veces, sólo a veces, alguno de esos moribundos se salvaba.
Aquella mañana sin embargo, una orden cambiaría para siempre su percepción de la guerra y de sus consecuencias. En el momento que André Breton empezaba a engasar las llagas de algunos de los soldados más castigados por la metralla, una orden directa y sin paliativos le dijo:
- “André, deja lo que estás haciendo y ayúdame con este herido”.
El joven artista no salía de su asombro. El herido era una hipótesis, un ejemplo evidente del ileso en plena batalla, normalmente se atribuía ese efecto al soldado que huía antes de empezar, solían ser desertores. No aparentaba tener ni un solo rasguño. Por eso, sin demasiado recelo, giró su atención y continuó con lo que estaba haciendo. Arrugó otro nuevo trozo de tela y la apretó contra la herida de un pobre moribundo sin piernas al que llevaba un rato tratando de taponarle la hemorragia. Pero el mismo superior que hacía unos segundos le espetó con autoridad, volvió a incidir en la misma dirección.
- “André, le he dado una orden, venga aquí ahora mismo y ayúdeme con este herido”
Bretón nació humilde. Seguramente eso le ayudó a entender que, en la guerra, como en la vida, nada es lo que parece, que las cosas que quieres debes ir a buscarlas pues no suelen llegar solas. Desde muy joven supo que las apariencias engañan y por ello, muy a su pesar, abandonó el cuerpo dramáticamente herido que estaba tratando y se acercó a su superior. Éste tenía agarrado de su brazo a un hombre rubio, alto, con la mirada perdida, al que le resbalaban gotas de saliva por la barbilla y que, como evidencia de haber estado en batalla, tenía sangre seca por todo su uniforme. Le preguntó que donde estaban sus heridas, donde debía empezar a desinfectar, cortar, curar. La respuesta fue simple: “en su mente”.
La explicación del suceso que protagonizó ese soldado era escalofriante. Al parecer durante la última contienda en la que su batallón se vio implicado, todos murieron menos él. Un puñado de explosiones detonaron en la zanja donde, desde hacía días, habían estado resistiendo los ataques del enemigo. A medida que la bruma se esparcía, el soldado ileso entendió la magnitud de la masacre. Sin humo de la pólvora que engasara la imagen, pudo ver como era el único superviviente. Todos yacían muertos en la trinchera, sin apenas poder reaccionar, desesperado, con un sentimiento de culpa que sólo pueden tener los que se salvan de una catástrofe, durante unos segundos, minutos talvez, ese hombre enfurecido se limitó a gritar, a desear el mismo destino cruel que sus compañeros. Por eso salió de esa morgue rectilínea y se presentó ante el enemigo gritando:
- ¡Eh! ¡aquí estoy! ¡matadme!
Lo que pasó a continuación no tiene explicación lógica ninguna, pero así lo explicaron los dos centinelas que le rescataron. Dos compatriotas que vieron la atrocidad desde otro comando corrieron a rescatar a los heridos, de allí no pudieron llevarse a nadie más que a un enloquecido soldado que se mostraba con el pecho descubierto frente a un centenar de bayonetas y cañones. Mientras sus salvadores se acercaban no daban crédito a lo que estaba sucediendo. Disparos, explosiones y detonaciones no cesaban en el intento de matar al suicida. Ninguno acertó y en consecuencia, cuando fue apartado de esa posición, su cuerpo estaba intacto. Ni una herida, ni una sola cicatriz, nada epidérmico. La lesión ya hurgaba por el interior de su alma. Ese hombre creyó no estar en ninguna guerra, pensó que todo era producto de su imaginación. Estaba convencido de que todo era una tremenda alucinación que su cerebro le estaba fabricando, una broma macabra que no aceptaba como válida ahora que podía probar, aparentemente, que era invencible. Lo era porque no existía tal batalla.
La verdad es que ante esa realidad, el herido de guerra era el más atractivo de todos para Bretón. Para un aficionado a la mente humana, teórico representante del surrealismo poético, este caso era una especie de regalo. Estuvo unos días tratando aquel hombre hasta que llegó a la conclusión que lo más grave que le podía pasar a un ser humano era alejarse de su propia realidad, abandonar la evidencia del escenario en el que se encuentra y decidir no aceptar la guerra que le ha tocado vivir.
Uno de los principales valores que debe tener un emprendedor, alguien que quiere poner en marcha sus proyectos, sean los que sean, es el de aceptar el territorio en el que nos ha tocado vivir. Aceptar cada una de las aristas que tiene. Para un emprendedor, no darse cuenta que “esto es una batalla real” puede ser tan perjudicial como no entrar en ella. No nos vale creernos invencibles, no funciona ir sin radar, hay que afinar el valor de la prospección. De hecho como decía Simón Bolivar “el arte de vencer se aprende de las derrotas”. Es tan cierta esta frase que, si no sabemos asimilar bien cada una de las heridas que la emprendeduría nos va a deparar, nunca lograremos generar un proyecto sólido. No digo que la suerte no juegue su papel, por supuesto, hay quien sin sufrir una sola herida, saliendo de cualquier trinchera, logra sus objetivos sin recibir ni un solo balazo, pero eso es algo poco habitual.
André Bretón no decía que “lo que amo de la imaginación es que no perdonas”. Dejemos a nuestra imaginación trabajar en paz, sin paliativos, pero no nos olvidemos que la guerra existe y que sin aceptarla fracasaremos irremediablemente. El valor de la prospección es evidente. Para encontrar un príncipe hay que besar muchas ranas, por eso sabemos que un buen proyecto emprendedor no siempre aparece a las primeras de cambio, precisa de insistir. Muchos de los que se retiran en mitad de la batalla lo hacen por que al salir de la trinchera y pensar que no les daría ningún proyectil se llevaron un terrible desengaño. Todos estamos expuestos a ello, pero sólo los que lo prevean podrán pasar al siguiente capítulo.
Una sociedad incapaz de aceptar el entorno que le ha tocado vivir, sin voluntad de afrontar la situación desde la necesidad de ponerse en marcha, asumiendo la realidad y no aceptando lo que otros cuentan, es una sociedad que no podrá afrontar los retos del futuro.
Sobre la edad de jubilación en el blog del BBVA
Hace unos días en el Blog de ActiBva nos pidieron a algunos analistas económicos que reflexionáramos acerca de si la ampliación de la edad de jubilación dará estabilidad a la Seguridad Social o de cual debe ser el modo de articular un sistema de pensiones público para que no peligre su sostenibilidad a largo plazo. Es muy interesante observar los diferentes puntos de vista y las coincidencias evidentes. Os dejo con mi respuesta y os invito a leer el resto.
La pensiones son una especie estafa de tipo piramidal aceptada. El dinero aportado por los nuevos aportantes se usa para pagar a los que salen. Imaginemos que eso deja de pasar a un ritmo soportable. El caso de que deje de ingresarse cantidad suficiente pondría en quiebra el modelo cuando los que salen no pudieran acceder a sus prestaciones. Como ese dinero no revierte en inversiones ni gestiones importantes de activos no se multiplica y el existente es el que se debe reutilizar.
A medida que la clase ejerciente se va jubilando se muestra el envejecimiento de nuestra sociedad y con ello la perdida de cotizantes. Si sumamos un paro estructural que nadie sabe como evitar la cosa pinta muy mal.
Por ello el aumento de dos años para dicha jubilación es la respuesta a una formula aritmética básica que intenta sustentar el modelo público e ineficiente. Se soporta un peso de pensionistas con muy pocos cotizantes. Esa diferencia irá en aumento y el único remedio es ir estirando los límites revertibles. El problema es que todo tiene un límite. Debemos caminar hacia un modelo mucho más permeable y menos tutelar
Apuntalar La Deuda
A pesar de que hay por ahí quienes consideran que la deuda española está bien posicionada y que, sin aportar ni un solo dato, aseguran que sigue en manos de inversores internacionales, la verdad dista mucho de eso. Además, esos que aseguran que nuestros bonos soberanos son un buen producto y que no corre ningún descrédito en el exterior son los mismos que la gestionan o mercadean con ella. Los encontraréis en gestoras “líder” en la intermediación de deuda y mercado interbancario español y obviamente son parte interesada.
A pesar de que hay por ahí quienes consideran que la deuda española está bien posicionada y que, sin aportar ni un solo dato, aseguran que sigue en manos de inversores internacionales, la verdad dista mucho de eso. Además, esos que aseguran que nuestros bonos soberanos son un buen producto y que no corre ningún descrédito en el exterior son los mismos que la gestionan o mercadean con ella. Los encontraréis en gestoras “líder” en la intermediación de deuda y mercado interbancario español y obviamente son parte interesada.
He trabajado en ese escenario y recuerdo los “consejos” para informar en una línea u otra cuando se editaban informes no vinculantes. Pero la verdad es plomiza y acaba mostrando su cara más seria. Resulta que el interés que tienen los inversores nacionales por nuestra propia deuda interfiere y mucho en el valor que la misma tiene. Resulta que ese “dedicado” valor otorgado a los bonos por culpa del apetito por bono español protege nuestra deuda de un aumento de costos de financiación. Es decir, como siguen comprando los de aquí, no se encarece para los de allí. Más de la mitad del bono emitido está en casa, cerca del 59%. Más de doble que el alemán por ejemplo.
La rentabilidad de los bonos patrios a una década se mantienen por debajo de los italianos, griegos y portugueses a pesar de que el porcentaje de inversores nacionales sigue siendo el más alto. Es evidente que tanta entrada doméstica protege nuestra deuda de especuladores que pudiera desmontar el andamiaje. Parece incoherente o raro que la rentabilidad de los bonos españoles bajara (cuanto más seguro es un bono menos rentabilidad tiene) 7 puntos básicos este año, mientras que la de la deuda portuguesa equivalente subió (cuanto más riesgo más rentable) 19 puntos básicos y la de la deuda griega se disparó 85 puntos básicos. Digamos que sin llegar a ese extremo y descontando el apuntalamiento ibérico, la nuestra debería ir aumentando su rentabilidad por riesgo.
Se hace difícil de creer que nuestra deuda siga siendo atractiva cuando continúa el goteo de índices que reflejan nuestra decadente situación. A pesar de las descalificaciones surrealistas que he oído sobre el Índice de Miseria publicado por Moody’s Investors Service, ésta es una buena tabla de análisis, por lo menos sintomática. En esa tasa que conjuga el desempleo con el déficit del presupuesto España aparece como el más elevado con diferencia de la eurozona. Además los pronósticos sólo permiten ver que empeorará. España está en la Champions League del índice de miseria europeo.
Microburguesía Low Cost
En mi columna de hoy en El Confidencial hablo de una nueva clase social llamada “microburguesía low cost“. Un nuevo estrato social que surge de un modelo de crecimiento erróneo basado en el consumo no estratégico que a su vez ha derivado en cuatro clases de pobreza. Aquí os dejo el artículo.
Hace pocos días Cáritas emitió su informe anual. Refleja lo que ya sabíamos. Una ingente masa humana que hasta hace poco se las daba de rico plastificado ahora le toca ejercer de miserable con hipoteca. Como siempre, las comparaciones inmediatas esconden la cruda realidad pues debe hacerse con mayor proyección. La crisis económica ha puesto a más de 800.000 personas en las listas de atención de la entidad de la Iglesia Católica en lo que llevamos de año. Como decía, la comparación inmediata esconde la crudeza del asunto. Es cierto que en 2008 ese número era de la mitad, pero hace dos años era tan solo una cuarta parte. Pero si los números brutos dan miedo, los porcentajes son peores.Resulta que el 36% de los atendidos son personas que acudieron por primera vez. Si abrimos el diafragma un par de años la tasa es siniestra. La mitad de los ciudadanos que han accedido a los servicios ofertados por Cáritas desde 2007 ni siquiera sabían donde estaban esos puntos de ayuda. Una nueva pobreza está inoculando el sistema. Una nueva clase social subvencionada y soportada por herramientas privadas o religiosas que suman lo necesario para que en este país nadie se muera de hambre. Un nuevo estigma socioeconómico compuesto por familias jóvenes monoparentales, con el paro vencido, niños pequeños y con deudas de todo tipo incluyendo tarjetas y créditos al consumo que han ido inflándose con los primeros impagos.
Una sociedad que se está empobreciendo y que, en su miseria, esconde la ineficacia de los estímulos ofertados por la administración. El círculo se va cerrando y toda la metodología que planteaba recuperar un modelo consumista se muestra operativa a corto pero terrible a medio plazo. Es como recoger la mierda con la mano. Toda esa “recuperación” que vamos a tener que digerir durante los primeros meses de 2010 es sólo eso, una “recuperación de un modelo perverso anterior”. Recuperar el consumo exagerado, el gasto especulativo y el crédito desbocado no modifica el sistema que nos ha ido sodomizando poco a poco. En países como el nuestro toda la recuperación depende de “recuperar” la construcción como motor. Menuda recuperación.
En diferentes medidas, pero con parámetros similares, muchos de esos países que ahora reflejan cifras de mejora aparente, también tienen cada vez más capas de empobrecimiento enquistando. Por ejemplo, en Estados Unidos casi 40 millones de personas viven de unos cupones que garantizan alimentos básicos. Incluso algunos comerciantes norteamericanos disponen anuncios en sus tiendas aceptando esos papelitos del subsidio mínimo a fin de acumularlos ellos mismos por si los precisan en el futuro. Es como una nueva moneda en el curso de la pobreza del país más rico del mundo. Atentos.
Y aquí seguimos combustionando cuatro tipos de pobrezas. Por un lado la que ya he descrito, la que proviene del desempleo medio. Una segunda capa de pobreza incipiente es la que constituyen los jóvenes trabajadores e inmigrantes sin contratos cuyo sueldo es tan bajo que sería un insulto llamarlos mileuristas. No alcanzan las necesidades básicas y son atendidos también en la beneficiencia. El tercer grupo es el de la pobreza estructural formada por ancianos y viudas con pensiones ridículas. Finalmente, la cuarta tipología de pobres proviene de una capa de pobres que aun no se ha evidenciado y que se compone de gente muy joven que en estos momentos ni siquiera tiene idea de lo miserables que son. Bajo el amparo de sus padres y de la sociedad del consumo en rebajas constante sus vidas transcurren en una especia de paraíso capitalista maquillado. Son la microburguesía low cost.
El panorama no invita a la tranquilidad. Todo lo contrario. Uno de cada cinco atendidos en las entidades de ayuda privada o religiosa de este país viene expulsado del sistema público.Las listas de espera para acceder a los servicios de ayuda que dependen de la administración superan el medio año. Las previsiones se han desbordado y nada hace pensar que vaya a poder reducirse la demanda de esta nueva pobreza. Cada día son más los expulsados de una sociedad engordada a golpe de visa oro. Aun faltan muchos por incorporarse a esta merienda de pan con pan.
Los parados sin subsidio, los de los 420 humillantes euros, los EREs, las quiebras y la deuda privada fuera de todo límite irán sumando individuos a esas cifras publicadas por Cáritas y otros organismos de ayuda privada. El Estado esconde la tasa de pobreza real de este país, pero esos números van suministrando el veneno necesario para que, por mucho que se estimule la economía, cada vez haya menos masa real para que las medidas sean eficientes. A medida que pasa el tiempo un mayor número de personas dependen del servicio público y menos del estímulo público para, por ejemplo, emprender.
Ahora que medio planeta busca como volver a encauzar el modelo de crecimiento asemejando lo nuevo a lo viejo, la fotografía de miles de personas que hace unos meses pasaba sus vacaciones en la cubierta de un crucero se ha tostado de color y ha pasado a ser la caricatura triste de una realidad insistente. Muchos pensaron que la tormenta no iba con ellos. Es el conocido “síndrome Buenos Aires”, aquel que describe como los argentinos consumían enloquecidamente productos de lujo pocas horas antes del decreto de corralito cuando éste era un secreto a voces.
Lo peor es que el Estado pretenderá hacernos creer que esto es pasajero, que no es tan grave y que las políticas sociales procurarán el bienestar de todos. Eso pronto no lo podrá garantizar nadie. Sin entrar en términos econométricos, solo de pura lógica, un gobierno centrado en acometer las gigantescas necesidades de la sociedad empobrecida velozmente, no puede afrontar políticas que reviertan la tendencia a tiempo real.
Contra el coste de todo este barrizal se expone lo que debe la administración autonómica que ya roza los 90.000 millones, la morosidad bancaria que el Estado cubrirá tarde o temprano y que alcanza los 87.000 euros, la deuda pública emitida que supera el 30% del PIB y el propio déficit estructural. En definitiva, mientras el gasto público aumenta y lo hace fuera de todo control, el requerimiento de soporte de la administración sobre una clase media cada vez más pobre se agranda sin mesura. Esto ya tiene poco que ver con el ministerio de Economía, pronto tendrá que ver con el de Interior y el de Defensa.
¿Quieres ser funcionario?
Para los que se mantienen informados por los mecanismos tradicionales la noticia del día es la rinoplastia de alguna famosa, para los que utilizan los medios digitales lo más destacado es que la crisis ha tocado punto y final, para los económicos que el Ibex va y viene y, en ese territorio de libertad y crítica llamada blogosfera, la cosa que ocupa más espacio es el asunto del manifiesto y su cortina de humo. En resumen, que seguimos lejos del debate real y cada vez quedan menos dispuestos a no pasar por el aro. La noticia que ayer saltaba por los aires y que referenciaba el primer susto importante que se le da a la credibilidad de la deuda pública española pasó sin pena ni gloria. Afecto a la bolsa lo justo y a otra cosa mariposa. Ese es el miserable problema de este embrollo. Pase lo que pase aquí no pasa nada.
Si se finiquita la opción de deuda o ésta es mucho más cara como parece que así será, se acaban el cheque en blanco para subsidios y matapenas. Por ejemplo, se irán retirando las prestaciones esas de la indigencia subvencionada que oscilan entre los 386 y 712 euros y que se conceden entre seis y doce meses. El número real de parados en España ya supera los 5 millones de personas, pero lo peor está por llegar. La orden encubierta del gobierno central a fin de poder garantizar la “paz social” ha sido la de suministrar somníferos sociales a todas las comunidades autónomas garantizando el soporte a cualquier plan diseñado para permitir un peligroso escenario de ayudas económicas de protección social a los parados que hayan finalizado el periodo de cobro por desempleo.
Lo han hecho con el “Salario Social”, la “Renta Mínima de Inserción”, la “Renta de Integración Social”, las “Ayudas de Inclusión Social” y la “Renta Básica Asignada”. En general se obtienen por diversos mecanismos y tienen que ver con aspectos aritméticos confeccionados a partir de las unidades familiares. Lo grave es que esas ayudas tienen cláusulas que prevén el derecho a la continuidad de la percepción en periodos sucesivos de seis meses, mientras persistan las circunstancias que motivaron su concesión. Es decir, el gobierno y sus derivados autonómicos no tienen claro cuando vamos a salir de esta y consideran que, a mejor propuesta, seguirán pagando una cuota insultante a colectivos que no serán ocupados en nada probablemente nunca más. Hay personas de más de 50 años que ya no volverán a trabajar jamás. De su “ayuda social” pasarán a la jubilación en precario y mínimo que resulta de un cociente perverso obtenido de los últimos quince años “cotizados”.
Y es que en España el problema es estructural. Pongamos cifras obtenidas del propio Instituto Nacional de Estadística. En España trabajan 18.872.932 personas de un total de 46.661.950 habitantes. De esos trabajadores 3.029.511 son funcionarios públicos. De los 15.843.421, 2.923.988 perciben su salario por trabajos vinculados en exclusiva con las administraciones públicas. Es decir de los 18.872.932, sólo 12.919.433 pueden abstraerse de las ayudas públicas y de sus cuentas. No puedo incorporar en este resultado aquel asalariado y autónomo que depende de contratos públicos mixtos, lo que aun empeoraría la estadística.
En España hay 15.449.210 jubilados o ciudadanos no activos, 4.123.300 parados según el INEM y 8.219.450 estudiantes. En total, y haciendo la demagogia justa, podemos decir que hay 12.919.433 de trabajadores que aportan todo lo que precisan 46.661.950 en términos de presupuesto público. Obviamente no es un análisis al milímetro pero que si se mira de modo objetivo demuestra lo que si es cierto: parece difícil de soportar este otro déficit, el déficit socioeconómico, pues esos 12 millones son los encargados de establecer los cambios estructurales para modificar el modelo de crecimiento de este país y no parece que se pueda hacer cuando la preocupación máxima será lograr que esos paguen lo que necesitan los otros para subsistir. Queda poco margen para las aventuras.
Ahora bien, mientras nadie ponga coto a nuestra fábrica de dependientes de la cosa pública, esto no va a mejorar. Hace unas semanas en una charla que di en Sevilla ante centenares de universitarios cuestioné quienes de todos ellos pensaban ser emprendedores o montar un negocio en los próximos cinco años. La respuesta fue siniestra: sólo levantaron la mano dos jóvenes. Luego pregunté cuantos querían ser funcionarios y la respuesta fue masiva. Un grupo importante no levantó la mano. No se que es peor.
El expolio de tus sueños, no lo permitas
Alguien nos ve como estatuas de sal. Fijaros: la Secretaria General de empleo, Maravillas Rojo, ha dicho que la cifra de paro actual está en línea con las previsiones del Ejecutivo, que el incremento se ha producido “a ritmos inferiores al año anterior”. Sin que se le caiga la cara de vergüenza asegura que en septiembre del año pasado el desempleo subió en 95.367 personas y que en este año, en septiembre también “sólo” han sido 80.000. De verdad que no pienso analizar ni comentar esos datos ni ese insulto a la inteligencia, prefiero entrar en lo que significa que la clase media se esté evaporando poco a poco y que quiere decir todo ello en un contexto mucho más global.
Alguien nos ve como estatuas de sal. Fijaos: la Secretaria General de empleo, Maravillas Rojo, ha dicho que la cifra de paro actual está en línea con las previsiones del Ejecutivo, que el incremento se ha producido “a ritmos inferiores al año anterior”. Sin que se le caiga la cara de vergüenza asegura que en septiembre del año pasado el desempleo subió en 95.367 personas y que en este año, en septiembre también “sólo” han sido 80.000. De verdad que no pienso analizar ni comentar esos datos ni ese insulto a la inteligencia, prefiero entrar en lo que significa que la clase media se esté evaporando poco a poco y que quiere decir todo ello en un contexto mucho más global.
De momento, el mayor exponente de nuestro drama doméstico, el paro, sigue sin afectar a la clase media en términos generales. Seguimos con un perfil de parado que pertenece en su mayoría a los sectores más débiles. De hecho hay cifras que revelan esta situación. De los 4 millones largos de desempleados, sólo un 2% eran trabajadores con contrato indefinido. Sin embargo, estamos en la sala de espera de una nueva dinámica. De momento el riesgo de perder el empleo está entre los que tienen contratos temporales. Digamos que a iguales motivos, el indefinido tiene 6 veces menos probabilidades de tener que ir a la cola del INEM. El ajuste de plantilla de la mayoría de empresas se ha llevado a cabo a partir de la no renovación. Ese acomodo del sistema laboral en un nuevo paradigma afecta a los jóvenes de un modo insultante. El 36% de los menores de 30 años están parados. Los inmigrantes tienen 8 veces más probabilidades de ir al paro que un nativo. De hecho ya hemos pasado el millón de parados inmigrantes con subsidio. Poco a poco ese veneno irá recorriendo todos los sectores a medida que se reduzcan los procesos comerciales por la falta de capacidad de compra y consumo.
De momento una clase media aparentemente robusta aguanta e incluso se da algún capricho pues su poder adquisitivo ha aumentado gracias a la deflación. Pero el futuro inmediato no tiene previsto mantener esta situación de mercado laboral de tipo dual. El estrechamiento de las diferencias será cada vez mayor, hasta el punto que en menos de dos meses el margen para ajustar las pérdidas de las empresas despidiendo los trabajadores menos caros en términos de costes por rescisión se habrá esfumado.
La clase media es el mecanismo por el cual la Hacienda pública se aguanta y es el garante del Estado tal y como lo conocemos en los términos de bienestar social. Los países ahora dejan de estar en las listas de los desfavorecidos no por el puesto que ocupan sus ricos en el ranking de los que más tienen, sino por la dimensión y superficie de su clase media. Pero parece que la clase media está en franca decadencia. Estamos asistiendo a su destrucción, algo que no será inmediato sino prolongado en el tiempo.
Probablemente no habrá modo alguno de evitarlo y la nueva clase dominante que la sustituya será un estrato social inferior económicamente pero con mayor capacidad de adaptación a tiempos difíciles. Seguramente serán esos que ganan menos de 1000 euros. Jóvenes universitarios recién licenciados aceptando salarios miserables para hacerse con una experiencia laboral que desconocen que utilidad tendrá. A esa clase se han unido obreros con menor o mayor preparación, desempleados de larga duración, inmigrantes, miembros del mercado laboral que son expulsados por ser de mediana edad e incluso aquellos que se encaraman a la pre jubilación. Unos catorce millones de personas sólo en España. El sueldo medio en España en 2006 era de casi 20.000 euros al año. Cuatro años antes, en 2002, era de algo menos de 20.000 también. Es decir, que en los tiempos que la economía española vivió su mejor época, los salarios cayeron en términos brutos si se aplica la inflación. Curiosamente las decisiones políticas que el gobierno español ha preparado para luchar contra un déficit que ellos han creado giran en torno a la destrucción de esa clase media.
Bien analizado veremos que los sueldos se han desplomado pese a la prosperidad económica e independientemente del color del gobierno en los últimos años y que la riqueza creada ha ido a incrementar principalmente las llamadas rentas del capital. Que la clase media tiene los días contados es una opinión personal que cada vez veo con mayor claridad. Creo que la oportunidad ofrecida por esta crisis va a repercutir en tedio y desgana. Toda una generación perdida y un montón de gente anestesiada frente al expolio de sus sueños. Está gestándose un nuevo sistema social polarizado, con una clase tecnócrata reducida y crecientemente más rica en un extremo, y en el otro un tumulto social sin clase donde se confunden las antiguas clases media y baja, con una capacidad de consumo cada vez más limitada y cuyo patrón girará alrededor de los servicios y artículos low cost. Una clase social satisfecha por comer en el Pans & Company, viajar con EasyJet y montarse sus propios muebles.
Lo malo de esto es que la sociedad que surge es menos robusta, aparece escasa de ética y valores, oportunista y sin planes de futuro. España será candidata a ser la campeona de esa ex clase media pero otros países la están fabricando. En el primer motor europeo, Alemania, la clase media ha pasado de representar el 65% al 52%, y se estima que para 2020 estará muy por debajo del 45%. En Francia los babylosers están parados a niveles del 35%. Lo grave es lo acomodados que se muestran, lo conformistas que resultan. Aquella generación de Mayo del 68 que gritaba “sed realistas, escoged lo imposible” que rondaban los 30 años ganaban un 15% menos que sus compañeros cincuentones; ahora, la diferencia es del 40%. Del resto de países, incluidos los EUA mejor no hablamos de momento. De esta quema sólo se libra Brasil que fabrica clase media a una velocidad inédita en el planeta y China que sigue preparando una clase superior de la que emanará su propia clase consumista.
A medida que los resultados del paro son los que son, da igual si desde la administración se falsean los datos, si la oposición no se da cuenta o si la prensa lo traduce. La verdad es que los pobres limpios, como se denomina a los que han descendido desde la clase media, comienzan a saturar los servicios sociales en España. Las solicitudes de soporte a Cáritas han aumentado un 45%, y el individuo que la pide va mutando: ahora es padre de una familia media, normalmente masculino, esta desde hace unos meses sin trabajo, ronda la cuarentena, tiene una hipoteca que posee cuatro recibos sin pagar, vive al día como puede y ya ha agotado las prestaciones que el Estado tiene diseñadas para engañarle.
La aduana entre clase media y la miseria se ha desvanecido. La desigualdad crece y el modelo de protección social que hemos conocido tiende reducirse. En España hay un dato que debería asustar a la clase media de verdad. El número de familias que tiene a todos sus miembros en paro ha sobrepasado el millón y medio. Y peor aún, la tasa de paro de la persona de referencia del hogar está ya en máximos inéditos. Además, si en la época que se ataban los perros con longanizas no disminuyó la desigualdad, es prácticamente seguro que habrá un aumento en un periodo de recesión.
Por primera vez desde la II Guerra Mundial, esta nueva hornada de jóvenes vivirá peor que sus padres. La falaz mejora en viajes, estudios y medios es una sensación de riqueza ilusoria para los jóvenes contemporáneos, ya que surge de un modelo de dependencia parásita familiar. El número de jóvenes españoles que dispone de una independencia económica plena disminuyó desde el 26% en 2004 al 19% en 2008 y eso se está extendiendo por toda Europa. Cuando esos maduros alumnos se incorporan al mercado laboral ya sólo les quedan contratos de tipo temporal para el resto de sus días. Son gente que pueden entrar en el mercado laboral a los 35 años y encontrarse con un Expediente de Regulación de Empleo a los 50. ¡Menuda carrera!
El drama laboral no sólo lo sufren los jóvenes. Puede que los miles de trabajadores que están perdiendo su empleo vuelvan al mercado laboral cuando la crisis escampe, pero no con las mismas condiciones. Todo lo que aprendieron a hacer trabajando en los últimos años les valdrá de poco o nada. Por tanto, no es de esperar que sus salarios sean muy altos cuando encuentren nuevos empleos. Ser funcionario es el objetivo laboral de toda una generación, y de hecho ese puede ser el último circuito para permanecer dentro de la clase media. Pero hay un riesgo latente. Es improbable que se pueda mantener el pago de dicha factura. Este es un país donde los ingresos por cotizaciones sociales están bajando a marchas forzadas y cediendo por los impuestos ligados a la actividad o a la renta. Los funcionarios han crecido en un año en 140.000 personas, sobrepasando por primera vez la cifra de tres millones largos, con una factura salarial de 105.000 millones de euros. ¿Es factible una nómina pública que consume el equivalente al 13% del PIB? La respuesta es no y el fin de la seguridad aparente del funcionariado también está a la vuelta de la esquina.
Sigo pensando que pronto se vivirán convulsiones sociales. Sin embargo nada hace pensar que pueda ser así. Aquí no se mueve ni Dios. En España, ni siquiera se han convocado paros o manifestaciones. Los sindicatos no hacen nada y cuando lo hacen fracasan. Las huelgas generales convocadas por los sindicatos tradicionales en países como Francia o Italia no han tenido consecuencia alguna, porque los más afectados no se sienten representados por ellos. Cinco millones de desempleados son hoy menos peligrosos de lo que lo eran en 1929, porque no hay una ideología política que aglutine ese malestar. Como recientemente en uno de los debates abiertos en burbuja.info “el mileurista ya no tiene edad. No gana ni mil euros, no ahorra, vive al día de trabajos esporádicos o de subsidios y, pese a todo, no se rebela, ni tiene pensado hacerlo”.
¿Cómo pagar algo menos de impuestos de manera legal?
Dado que lo que nos espera es pagar más de modo “indirecto” voy a procurar dar algunos consejos para pagar menos de modo “directo”. Aun estamos a tiempo para reducir algo lo que se pretende embolsarse las Hacienda el año que viene. Será uno de esos años en los que hacer lo que sea legalmente por pagar menos impuestos está más que justificado. Según las medidas que este gobierno ha ido adoptando queda claro que, con nuestro dinero, lo único que de momento han logrado hacer es malgastarlo en medidas inconcretas, fuera de tiempo y, por supuesto, nada estructurales. Estamos a tiempo para que, la declaración del IRPF que haremos en mayo de 2010 sobre nuestra actividad de este año, sea algo más digerible. Nos culparán de alimentar el déficit público pero, que le vamos a hacer, años de lealtad soplan a favor de los lectores de este blog.
Dado que lo que nos espera es pagar más de modo “indirecto” voy a procurar dar algunos consejos para pagar menos de modo “directo”. Aun estamos a tiempo para reducir algo lo que se pretende embolsarse Hacienda el año que viene. Será uno de esos años en los que hacer lo que sea legalmente por pagar menos impuestos está más que justificado. Según las medidas que este gobierno ha ido adoptando queda claro que, con nuestro dinero, lo único que de momento han logrado hacer es malgastarlo en medidas inconcretas, fuera de tiempo y, por supuesto, nada estructurales. Estamos a tiempo para que, la declaración del IRPF que haremos en mayo de 2010 sobre nuestra actividad de este año, sea algo más digerible. Nos culparán de alimentar el déficit público pero, que le vamos a hacer, años de lealtad soplan a favor de los lectores de este blog.
Asumiendo que aquí no se pueden hacer milagros, vamos a ver que podemos ahorrarnos. Primero anotaremos unas consideraciones previas para los que no estén avezados en estos temas “apasionantes” de carácter fiscal. Debemos asumir que la declaración en este país, como en la mayoría de nuestro entorno, se convierte en un impuesto de dos vertientes. Por un lado la renta general que tributa según la tarifa progresiva, y por otro, la renta del ahorro y las ganancias patrimoniales, que tributa al tipo fijo del 18%, sin consideración alguna del tiempo de permanencia.
Debemos saber que seguramente se volverán a modificar los límites máximos de aportación a planes de pensiones. Ya se redujeron a 10.000 euros para personas de hasta 50 años de edad, y a 12.500 euros para quienes la superan, no pudiendo pasar nunca del 30% de los rendimientos netos del trabajo o actividades empresariales o profesionales, o del 50% respectivamente. Del mismo modo se supone que también desaparecen las compensaciones fiscales aplicables a los contribuyentes que hubieran adquirido su vivienda habitual antes del 4 de mayo de 2000. Es marca de la casa PSOE ir reduciendo ese escenario.
Entonces, ¿como ahorrarse algún eurillo?
En primer lugar analizamos los ahorros por vivienda habitual. Es una buena decisión mantener un préstamo cuyas cuotas anuales se aproximen a los 9.015 euros por declaración, es decir el máximo de desgravación que permite la legislación vigente y que aunque parezca insuficiente es un buen elemento de partida.
Si se decide hacer amortizaciones parciales por encima de tales importes estaremos desperdiciando en el futuro una fuente de desgravación.
Sólo recomiendo amortizar si la cuota periódica ya estuviera por encima de 9015 euros y fuese conveniente rebajar el importe del préstamo para ajustarla.
En principio no contemplo que alguien esté pensando en comprar su primera vivienda habitual en los próximos 4 años, no lo aconsejo salvo que no sea con espíritu especulativo. No obstante, si es así o se vaya a rehabilitar la que ya se tiene en ese plazo máximo de 4 años, conviene abrir una cuenta de ahorro vivienda y hacer aportaciones máximas de 9.015 euros al objeto de ahorrar al 15%.
Curiosamente, la cuenta ahorro, recomendable para quien prevea una probable opción de salida a la crisis el autoempleo se debe hacer lo mismo. Si se piensa constituir por primera vez una empresa en el plazo máximo de cuatro años, también se puede aportar a una cuenta de ahorro empresa, hasta un máximo de 9.000 euros por declaración, desgravando igualmente al 15%.
Acumular todos resguardos de los diferentes tipos de donativos realizados. Se puede llegar a deducir hasta el 30% de las cantidades donadas, dependiendo del tipo de entidad o institución beneficiaria. Recomiendo aportaciones a Entidades culturales ligadas a museos de primer orden por proporcionar los mejores ratios.
En el análisis de si se tienen ejecutadas plusvalías o minusvalías, ver la conveniencia de materializar operaciones que generen rentas del signo contrario al objeto de compensar y actualizar valores. Esto permite un ahorro significativo. Aunque es un ajuste técnico no es complicado y cualquier gestor experto puede recomendar el método. No todos lo pueden hacer pero existen dos maneras legalmente admitidas.
Aportar a fondos de pensiones, mutualidades de previsión social, planes de previsión asegurados y otros de este epígrafe son aportaciones que ahorran al tipo marginal que se tenga en la base imponible. Como puede llegar a ser hasta del 43% es algo muy interesante. Par que se entienda, una persona con una base imponible de 30.000 euros, si aportara 4.000 euros ahorraría al 37%; y aunque al retirarlos tuviera que pagar, matemáticamente siguen siendo más interesantes. El resultado sería a devolver en su IRPF en la mayoría de los casos.
Realizar también aportaciones a favor del cónyuge o pareja legal establecida sin sobrepasar los 2.000 euros. En este caso es imprescindible ajustar los ingresos de éste a un máximo de 8.000. Un ahorro del 37% en este caso es muy adecuado para incrementar el valor de devolución final. Este es uno de los mecanismos que los asalariados pueden usar y obtener mejores garantías de adelgazamiento tributario.
Aportar capital a fondos de pensiones o patrimonios protegidos a favor de minusválidos, dentro de los límites y condiciones establecidas. Son carteras delegadas en fondos de inversión que suelen comercializar algunos bancos bajo el nombre de “acuerdos de gestión”. Muy recomendable por lo que revierte y por lo nuevo del producto.
Uno de los recursos de ahorro más utilizados y que no recomiendo por lo indisciplinado del tipo marginal es utilizar también los vehículos de transmisión sucesoria. Se suele recomendar hacer aportaciones para la contingencia de fallecimiento, o de la propia jubilación si aún no se hubiese dispuesto de ninguno de los planes que se tuviera. Lo que pasa es que el ahorro no es expreso y puede gravar negativamente en otros elementos de la declaración.
Cuando, en mayo de 2010 nos llegue el borrador debemos revisarlo adecuadamente, pues suelen errar en lo relativo a las bonificaciones por inversión en vivienda habitual y por rescates en operaciones de seguros.
Si se ha vendido la vivienda habitual este año, a parte de celebrarlo con un buen cava, deberá analizar la conveniencia de dejar exenta o no la plusvalía ya que podría no resultar interesante si con ello se pierde la posibilidad de desgravar a futuro en una cuantía muy superior.
Revisar las declaraciones de los últimos tres o cuatro años por si hubiera bases imponibles negativas o minusvalías pendientes de compensar. Esto suele ayudar a entender los errores encadenados que podemos haber estado ejecutando. Ese historial estaría bien que lo pudiera leer un experto. A veces es bueno que haya un predeclaración de la renta, puede ayudar ahorrar una buena cantidad.
En cuanto a las deducciones por patrimonio inmobiliario o de resultante de una gestión patrimonial no exenta las claves son tantas y de tan diversa materia que debería de analizar una por una para otorgarle variables, pero os aseguro que hay métodos que pueden ayudar a que nuestra aportación tributaria sea la más ajustada posible.
¡Suerte! Poco más se puede hacer. Otro día miramos como se puede hacer lo mismo con el Impuesto de Sociedades.
Saco sin fondo.
Los inversores ven desplomarse la rentabilidad de la deuda pública española. La remuneración de las Letras del Tesoro llegó al 1% a 12 meses cuando en septiembre pasado estaban al 4,29%. El motivo de este descenso está detrás de la caída de tipos, de las turbulencias financieras y de la menor credibilidad de la fuente estatal. Los “clientes” de este producto se alejan poco a poco. La verdad es que no es malo que así suceda si a cambio permite que el mercado general gane en atractivo y ayude a normalizar el escenario normalizado de recuperación, pero en realidad perjudica la capacidad del Estado para financiar su endeudamiento.
Los inversores ven desplomarse la rentabilidad de la deuda pública española. La remuneración de las Letras del Tesoro llegó al 1% a 12 meses cuando en septiembre pasado estaban al 4,29%. El motivo de este descenso está detrás de la caída de tipos, de las turbulencias financieras y de la menor credibilidad de la fuente estatal. Los “clientes” de este producto se alejan poco a poco. La verdad es que no es malo que así suceda si a cambio permite que el mercado general gane en atractivo y ayude a normalizar el escenario normalizado de recuperación, pero en realidad perjudica la capacidad del Estado para financiar su endeudamiento.
A medida que el atractivo de los bonos públicos desciende la credibilidad para endeudarse del Estado también lo hace. Por eso, decisiones gubernamentales como emitir 100.000 millones de deuda pública para este año, son una locura, pues no hacen más que complicar un disparado déficit público cada vez más, sobretodo atendiendo a que el techo presupuestario crecerá un 14% y la recaudación fiscal descenderá un 10%. En este sentido hay que empezar a apretar botones de emergencia pues el déficit público español se triplicó en mayo si lo comparamos con las cifras de abril.
Trichet dijo la semana pasada que Gobierno Español "no tiene más margen para endeudarse”. No obstante a “palabras necias, oídos sordos” debe pensar el gobierno. Lo peor de todo es que el gobierno de España necesita emitir esa deuda pública por importe de 100.000 millones de euros este año obligatoriamente. Si pretende afrontar el desbarajuste de gasto que se ha ido fabricando el solito no tiene otra opción. Sin embargo en esa cantidad no se incluyen los otros 90.000 millones destinados al rescate de la banca española. Si España alcanza el demencial endeudamiento récord de 190.000 millones de euros la cosa va a ponerse muy fea para agarrarse al tren de la recuperación cuando ésta se produzca en otros países occidentales.
Cada vez es más evidente que nosotros nos hemos bajado del tren, seguimos en la estación, cada vez más solos y menos preparados para comprar un nuevo billete de un convoy que no está ni anunciado en los tablones informativos. No todos los países van en ese tren que se aleja, todos no, algunos se han quedado con nosotros, pero de los que podemos considerar importantes, esos que nunca hablaron de brotes verdes, esos ya han empezado a trabajar para no hundirse en el barro durante décadas. Uno de los salvavidas es, sin duda, no hipotecar el futuro.
A este ritmo, se puede estimar que la deuda pública alcanzará el 66,2% del PIB en 2010 lo que cifra la factura de la crisis en unos 300.000 millones de euros más o menos. Muy probablemente nos estemos quedando cortos ante la acuciante necesidad de rescatar al sistema financiero español. Al tiempo. Hace unos meses nadie aceptaba la palabra “corralito”, ahora es evidente que el sistema deberá ser rescatado in extremis y se ocultará una insolvencia generalizada con dicho plan.
Si bien hasta ahora España no ha tenido problemas para colocar las fuertes emisiones de este año, no parece que sea tan simple vender los casi 50.000 millones que faltan por colocar todavía, puesto que el mercado de bonos se está deteriorando claramente ante las fuertes emisiones de todos los países occidentales y la baja rentabilidad adquirida. A ver como nos enfrentamos a este circulo vicioso.
Soluciones para pymes
En el futuro se estudiarán estos años como una etapa de crisis extremadamente virulenta, una recesión que quebró el sistema y una depresión profunda y de dimensiones desconocidas anteriormente. Sin embargo, en el peor de los escenarios también es posible sobrevivir, mantener espacios de oportunidad y soportar las amenazas. Asumir con toda su intensidad el peso de este momento económico puede ser determinante para la evolución positiva de cualquier negocio y en especial de las pymes. Si sabemos cual es el peligro real y en que territorio exacto, repleto de dificultades, vamos a tener que desarrollar nuestra actividad, con toda seguridad estaremos en condiciones de traspasar esa aduana compleja y siniestra. Ha llegado el momento de tomarse la pastilla roja. Estamos ante un momento excepcional como indican algunos datos como que por primera vez en la historia del FMI, este indique que el mundo estará en recesión técnica. Pinta duro, pero aquellos que no sean capaces de evolucionar en crisis y utilizando ese patrón difícil como combustible, morirán por inanición. Admito que hay días que paseando por las ciudades de medio mundo observo como la gente actúa, ríe, conversa, compra, come, consume, vende y vive como si nada de lo que se derrumba a sus pies fuera con ellos, me siento como el protagonista de Matrix. Tengo una extraña y angustiosa sensación, observándolos, de ser el único que se da cuenta de lo que está pasando. Se acerca un momento muy penoso y para ese momento es posible prepararse. No es el fin del mundo, no tiene nada que ver con escenarios esotéricos o extramundanos, no, tiene que ver con el cambio de patrones financieros, económicos y de cultura del negocio, tiene que ver con otro paradigma de la producción. A medida que eso llega, las empresas deben prepararse para ese circo. Habrá pymes que desaparecerán, ya lo hacen muchas cada días, pero otras podrán salvarse de la quema. ¿Cómo? Aquí van algunas ideas:
En el futuro se estudiarán estos años como una etapa de crisis extremadamente virulenta, una recesión que quebró el sistema y una depresión profunda y de dimensiones desconocidas anteriormente. Sin embargo, en el peor de los escenarios también es posible sobrevivir, mantener espacios de oportunidad y soportar las amenazas. Asumir con toda su intensidad el peso de este momento económico puede ser determinante para la evolución positiva de cualquier negocio y en especial de las pymes. Si sabemos cual es el peligro real y en que territorio exacto, repleto de dificultades, vamos a tener que desarrollar nuestra actividad, con toda seguridad estaremos en condiciones de traspasar esa aduana compleja y siniestra. Ha llegado el momento de tomarse la pastilla roja. Estamos ante un momento excepcional como indican algunos datos como que por primera vez en la historia del FMI, este indique que el mundo estará en recesión técnica.
Pinta duro, pero aquellos que no sean capaces de evolucionar en crisis y utilizando ese patrón difícil como combustible, morirán por inanición. Admito que hay días que paseando por las ciudades de medio mundo observo como la gente actúa, ríe, conversa, compra, come, consume, vende y vive como si nada de lo que se derrumba a sus pies fuera con ellos, me siento como el protagonista de Matrix. Tengo una extraña y angustiosa sensación, observándolos, de ser el único que se da cuenta de lo que está pasando. Se acerca un momento muy penoso y para ese momento es posible prepararse. No es el fin del mundo, no tiene nada que ver con escenarios esotéricos o extramundanos, no, tiene que ver con el cambio de patrones financieros, económicos y de cultura del negocio, tiene que ver con otro paradigma de la producción. A medida que eso llega, las empresas deben prepararse para ese circo. Habrá pymes que desaparecerán, ya lo hacen muchas cada días, pero otras podrán salvarse de la quema. ¿Cómo? Aquí van algunas ideas pues despedir no es la solución.
DESPIDOS IMPROCEDENTES
En primer lugar las pequeñas y medianas empresas deberán asegurar una implicación real de sus trabajadores. Ha llegado el momento de implicar al personal más valioso en el devenir de la pyme. Adecuar plantillas reduciendo por sistema a fin de equilibrar los balances es un error pues descapitaliza conceptualmente la empresa. Esa no es la primera medida a tomar, en todo caso, debe ser una propuesta derivada. Renunciar al talento que en toda empresa es posible descubrir la hipoteca para siempre y dificulta la salida doméstica de esa situación de crisis. Implicar a los propios trabajadores en modelos de gestión puede ser posible con retribuciones e incentivos no dinerarios y, tal vez, excepcionalmente menos tradicionales.
DISPOSICION ESTRATEGICA
Lograr circulante no es fácil, eso lo sabemos, sin embargo ha llegado el momento de establecer canales de financiacion global y progresiva. Las pólizas de crédito serán elementos financieros complejos pero asequibles si se solicitan de un modo compartido. Generar sinergias con otras compañías afines puede ser una fórmula de ingreso a medio plazo, convocar agentes fiscales y gubernamentales a fin de estudiar pagos fraccionados, aun pudiendo atenderlos en un solo pago, es imprescindible para acumular liquidez. Mantener fondos de corto recorrido y gestionar los cobros con visión patrimonial puede ser un valor al final. Los intereses devenidos en el pago retrasado de obligaciones se compensaría con el cobro incentivado y aplicado a la gestión de valor parecido al inmovilizado corriente.
IMPLICACION CREATIVA
En España las pymes innovan muy poco. No gastan en investigación y desarrollo. Fundamentalmente porque bastante tienen con la gestión comercial y financiera como para establecer líneas de desarrollo por innovación. Sin embargo, y siendo cierto que desde las instituciones no se premia correctamente esa opción de modernización, ha llegado el momento de crear cubículos de conocimiento y que ese valor, ese talento, llegue a las pequeñas empresas. No estoy hablando de maquinaria, tecnología o esfuerzos que pudieran ser suicidas, no, estoy hablando de creatividad. Recuerdo como proponer a un restaurante que incluyera un monitor que cuidara los niños de los comensales los domingos repercutió en un aumento del 40% de la demanda. A veces no hace falta un grupo de investigadores en la empresa, eso es inviable, sino que se puede incorporar a ese modelo de modernización creativa a todo el personal.
PRESENCIA EN REDES
El uso de las redes sociales y los nuevos escenarios de desarrollo comercial. Espacios donde es muy económico estar, relacionarse y generar comunidades entorno a la marca o producto que quieran exponer. Ese nuevo territorio es preciso que sea ocupado definitivamente por nuestras pymes y lo hagan de un modo adecuado, profesional y respetuoso con los modelos de uso de las propias redes. Ser competitivo requerirá entrar en todos los mercados, en internacionalizar productos que aparentemente no parecían exportables, disponer de especialidades que sea difícil encontrar en otros mercados y ofrecer la venta por vía telemática, proponer grupos de opinión y uso de los elementos que definen cualquier empresa asegurará flujos comerciales que ahora parecen inasumibles. Las empresas que tengan opciones de externalizar sus procesos deberán asumir ese nuevo esquema pues evitará consumos recurrentes y proporcionará valor a otras compañías. Ante un despido masivo, recuerdo como una empresa propuso a sus trabajadores montar una empresa a subcontratar, aplicando sobre sus hombros el valor de gestionar ese nuevo valor comercial. El resultado fue que, de un despido inminente de 20 personas y el cierre asegurado de esa empresa, se pasó a una contratación recurrente del producto que esos 20 hacían con una nueva cooperativa montada por ellos, un aumento de sueldo real y la salvación de la antigua compañía y de los 30 empleados que se quedaron.
SUMAR ENERGIAS
Uno de los temas tabú para un pequeño empresario es el de fusionar su empresa con otras. Una pyme o incluso una micropyme no es un elemento extraño que no pueda sumar. Existen muchas empresas compatibles que sumando serían más fuertes. Produciendo lo mismo o complementando un paquete de productos. El valor fundamental será el de gestionar gastos a la baja. Un solo espacio de producción, gestión, un personal mucho más específico y una gestión seguramente mucho más ejecutiva de ese valor humano, reducir directivos y acentuar la presencia en publicidad. Los empresarios de pymes de este país deberán abandonar esa sensación de que fusionando se pierde esencia. El problema es que muchas sólo podrán adoptar esa medida como solución. Sumar dos empresas en crisis no da una gran empresa en crisis sino una compañía fuerte que ha reducido costes y que es mucho más efectiva en busca de clientes. Es importante que la gestión de esas fusiones sean dirigidas por un externo experto en ese uso. Recuerdo alguna de las fusiones erróneas que tuve que reconducir en su día y a veces es mucho peor el remedio que la enfermedad.
Suicidio fiscal
La prensa española vive una especie de viaje lisérgico dependiente de los teletipos y el análisis de segunda. Han pasado unos días desde que el ejecutivo de Zapatero anunciara las nuevas medidas en materia fiscal para 2009 y al contrario de lo que se ha publicado al calor de las notas de prensa del gobierno, éstas supondrán que los contribuyentes paguen más.
La prensa española vive una especie de viaje lisérgico dependiente de los teletipos y el análisis de segunda. Han pasado unos días desde que el ejecutivo de Zapatero anunciara las nuevas medidas en materia fiscal para 2009 y al contrario de lo que se ha publicado al calor de las notas de prensa del gobierno, éstas supondrán que los contribuyentes paguen más. Hay trampa y la piensan hacer en el peor de los momentos, justo cuando medio planeta civilizado piensa bajar los impuestos a fin de incrementar la capacidad adquisitiva de las familias y empresas.
Es gravísimo que nadie se haya inmutado, me sorprende que vivamos en esta especie de anestesia mediática que cada vez es más nociva. Las noticias sensacionalistas ya invaden los noticiarios: colas en los auspicios, gente preparada en paro busca alimentos y caridad, familias sin ninguna cobertura, etc. Sin embargo, un análisis serio sobre que está haciendo el grupo de inútiles que se reúne los viernes por la mañana en el consejo de ministros para sacarnos del atolladero, nada de nada. Alguna tertulia politizada y algún medio interesado por que el PP obtenga ventaja de este drama, entran sin control en la crítica, pero sin ningún estudio serio o fiable para entenderla.
Aquí si lo hacemos. Supongamos que es cierto eso de que ya se ha solucionado el problema financiero planetario gracias al rescate bancario. Si fuera verdad ahora tocaría rescatar la economía real. Para ello el mundo civilizado ha decidido bajar impuestos de forma directa o indirecta. Francia lo hace a partir del plan de apoyo pymes, Alemania con el plan de reformas fiscales 2010, Reino Unido con el plan de apoyo fiscal 2009 y los EUA con el incremento del gasto federal para reducir la presión fiscal a las empresas y a los ciudadanos. Pero en España, al contrario de lo que dice el gobierno, los impuestos van a subir y bastante. La prensa se ha tragado el cuento pero un estudio detallado de esas reformas demuestra que, unos mienten deliberadamente y otros no hacen su trabajo correctamente. A partir de enero en este país se va a saber lo que es bajar impuestos al estilo socialista. Oficialmente se ha dicho que en 2009 no habrá subida de ningún tipo de impuesto. Por ejemplo, el IRPF será mucho más caro. El equipo económico del gobierno no piensa descontar la inflación prevista en ningún sitio, ni en la tarifa ni en ningún tramo del impuesto, de manera que si una renta que vale un 3,8% menos por efecto de la inflación, por ejemplo, no es descontada y el contribuyente acaba pagando esa diferencia. Para el que crea que eso no se suele hacer que sepa que Solbes lleva deflactando parcialmente el efecto de la inflación desde hace cuatro años.
El triste espectáculo del jefe del área económica, Solbes, no acaba ahí. Resulta que en contra de lo prometido, los impuestos indirectos también van a subir pues van a gravar unos precios más caros porque, aunque éstos no asciendan, el dinero con el que se paga es más barato, vale menos. Si no se descuenta la inflación de los porcentajes que cada tributo especial aplica en los productos que gravan, el resultado final es que se termina pagando el aumento del IPC en cada compra.
En el Impuesto de Sociedades, Solbes nos tiene un truco mucho más sofisticado. Aquí se ha dedicado a eliminar deducciones, por lo que la rebaja de tipos no afecta en muchos casos. En tres años, según la ley que nadie ha sido capaz de descifrar, esas deducciones desaparecerán definitivamente. Por poner algún ejemplo siniestro, la deducción por reinversión de beneficios extraordinarios o plusvalías que disfrutan las actividades de I+D+i o las bonificaciones por exportación desaparecen en un momento en el que es clave ir reinvirtiendo el escaso beneficio en modelos de crecimiento diferentes y de valor añadido.
Aunque las rebajas de tipos nominales es un titular muy jugoso, el resultante es muy distinto. La pérdida de deducciones deja en muy mal lugar a nuestras empresas con respecto a las europeas que si van a beneficiarse de una rebaja real de los impuestos en general.
Otras reformas fiscales que representan lo contrario de lo prometido son: que el Estado va a aumentar la carga fiscal por heredar a través de un tipo mínimo para todas las autonomías, incluso las que bonifican al 95% el impuesto de sucesiones. Los trucos no se acaban ahí pero el resto se lo dejo a esos expertos tertulianos que seguro tienen claro en que consiste el gran engaño fiscal del 2009 pero que están esperando a enero para hablar de ello. Pues eso, siento haberme adelantado, ¡vagos!
Oportunidad histórica
Cada vez es más evidente que esto ya no lo para nadie. Las inyecciones de liquidez han demostrado que el problema nada tiene que ver con la falta de moneda en el interbancario. El plan de rescate americano o británico se ha mostrado absolutamente insuficiente y ahora la bajada de tipos coordinada supone la última bala al aire. No quedan elementos financieros, económicos o políticos que detengan el nuevo ajuste, es cuestión de tiempo que todos se den cuenta. Hace años que venimos adelantando los acontecimientos y ahora volvemos en este blog a sentenciar lo evidente. La anestesia social que pretenden inyectar los grandes mandatarios en sucesivas reuniones y encuentros ridículos e inútiles no está surtiendo efecto. La gente empieza a estar desconcertada, las noticias se amontonan en una orgía de cifras que muestran un camino sin retorno hacia la recesión mundial y hacia una quiebra del sistema sin precedentes. El principio de 2009 será espantoso en los EUA. El segundo semestre lo será en Europa y emergentes.
Cada vez es más evidente que esto ya no lo para nadie. Las inyecciones de liquidez han demostrado que el problema nada tiene que ver con la falta de moneda en el interbancario. El plan de rescate americano o británico se ha mostrado absolutamente insuficiente y ahora la bajada de tipos coordinada supone la última bala al aire. No quedan elementos financieros, económicos o políticos que detengan el nuevo ajuste, es cuestión de tiempo que todos se den cuenta
Hace años que venimos adelantando los acontecimientos y ahora volvemos en este blog a sentenciar lo evidente. La anestesia social que pretenden inyectar los grandes mandatarios en sucesivas reuniones y encuentros ridículos e inútiles no está surtiendo efecto. La gente empieza a estar desconcertada, las noticias se amontonan en una orgía de cifras que muestran un camino sin retorno hacia la recesión mundial y hacia una quiebra del sistema sin precedentes. El principio de 2009 será espantoso en los EUA. El segundo semestre lo será en Europa y emergentes.
Muchos creemos que el plan de rescate Bush es un pufo considerable y que lo único que busca es retrasar lo inevitable. La economía americana se dirige irremediablemente a un choque brutal tras una crisis financiera similar a la de 1929 y sus dirigentes han optado por retrasar el hundimiento del sistema, no por aceptarlo y disponer los caminos para que sea lo menos traumático posible. Como algunos comentáis aquí mismo, la plataforma que sustenta nuestro modo de lectura financiera debe caer para después escribir el parte de bajas. Hay que sanear, recontar pérdidas y empezar de nuevo. Yo añado que es momento de incorporar los elementos que permitan ir cambiando el modelo hacia otro mucho más global y que parta de una reconversión del conocimiento. Es posible, el talento global que aquí mostramos, la inteligencia colectiva son posibles territorios que se desarrollarán paralela e irremediablemente mientras este planeta se hace trizas en sus escenarios más tradicionales.
Pero de momento lo que nos pasa es muy serio. La rebaja de tipos de anteayer no hace más que ratificar que la situación está fuera de control. La retórica que han utilizado los bancos centrales americano y europeo es tan hueca como inútil. El Euribor ni se inmuta, los mercados se lo toman a broma y la economía sigue su curso firme hacia la reinvención. Estamos a las puertas de una mutación vírica que será la fotografía de este turno histórico. Recordemos que el mercado está infectado, los impagos se multiplican desde hace meses y ya nadie quiere los paquetes que albergan cualquier modelo de MBS, CDO y compañía. El veneno está recorriendo esos productos financieros tan sofisticados por lo opacos que han resultado y, en resumen, han dejado de tener valor para pasar a ser papel higiénico. El tinglado se desmonta, se hunde, y se hace imprescindible sanearlo todo, pero no sabemos, nadie lo sabe, a que profundidad hay que escarbar, ni a que nivel. En ese debate, en esa pérdida de tiempo nos encontramos ahora. Los mercados reflejan que el sistema ya no hace caso de medidas políticas, la economía se deteriora porque no hace caso de medidas políticas y los patrones de consumo y producción se evaporaran porque no hacen caso de medidas políticas.
Parece ser que habrá que reinventar el capitalismo. Del sistema de la industrialización y se pasó a otro que surgió tras la recuperación de la crisis de 1929, algo que no se produjo hasta 1945. Ese segundo capitalismo conocido como el de valor financiero inventó el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Menuda chapuza que ahora debemos arreglar. Nos toca diseñar un sistema económico que garantice el crecimiento sostenible, más regulado, menos oscuro y con muchas cláusulas que ejerzan la presión sobre la responsabilidad de los agentes implicados. Sin embargo no va a ser así a corto plazo. Y no lo va a ser porque el nuevo orden no garantizará rápidamente que su implantación provoque que de ello se beneficie la mayoría de la gente. Si asumimos que las tensiones sociales se multiplicarán y se extenderán por todo el mundo occidental, entenderemos la verdadera dimensión humana de la tragedia. Nada hace pensar que en unos cuatro o cinco años el mundo será mejor. A medio plazo y en un territorio social mucho más pobre, el planeta se enfrentará a sus elementos más corrosivos. La parada técnica, la economía detenida y la autogestión como valor. Buen momento para reinventar, para corregir de cara al futuro.
A todo esto corremos el peligro de que un nuevo orden requiera de un exceso de regulación. Traducir regular por controlar es una tentación de la pandilla de inútiles sinvergüenzas que nos han traído a este estercolero. Su voluntad, la de los mediocres es siempre la misma, eliminar el rival, el mérito y el talento para poder ejercer el poder sin que eso sirva para mejorar nada excepto su cuenta bancaria.
Corremos el peligro de que se establezca una especie de gobierno mundial económico que pretenda regular y administrar todos los recursos planetarios. Evitar esto debe ser compatible con que algunos países intenten desligarse de los flujos internacionales y funcionar bajo autarquías antropófagas. Lo uno y lo otro son zona de alta tensión.
La economía real
En los años 70 el fútbol británico discriminaba claramente a los jugadores negros. Eran menos y cobraban poco. Pero los clubes que disponían de plantillas con jugadores negros gastaban menos y sus resultados eran similares en muchos casos. Esta simple regla económica, es preferible reducir costos siempre que se mantengan resultados, se convirtió en el mayor elemento de cambio social en materia de discriminación racial de cuantas se dispusieron en Inglaterra. Ninguna normativa o ley ayudó tanto a acabar con la discriminación como ese hecho deportivo y económico.
Circula la idea que la economía real es independiente de las grandes decisiones financieras. Algunos vendedores de fábulas pretenden que creamos que una situación de crisis económica en el ámbito de las grandes cifras no tiene porque afectar a los bolsillos de los ciudadanos de un modo dramático. Las pruebas suelen ser recurrentes. La gente va de vacaciones, se cambia el coche y continúa cenando en restaurantes de lujo mientras los telediarios escupen cifras que asustarían a Drácula. ¿Es cierta pues esa ambivalencia entre la macroeconomía y la economía real? ¿Es posible que un país en fase recesiva pueda mantener un gasto privado a este nivel? La respuesta es no. Esto no va a durar mucho. La economía doméstica empezará a percibir seriamente el problema en breve. La segunda mitad de este año será clara en este sentido pero la actuación estelar está reservada para el 2009.
Como dice el economista inglés Tim Harford, “la economía está en todas partes y en todas las cosas. La economía es el motor de cambio social más importante del que dispone la humanidad“. Nada mueve con mayor virulencia los sistemas. En los años 70 el fútbol británico discriminaba claramente a los jugadores negros. Eran menos y cobraban poco. Pero los clubes que disponían de plantillas con jugadores negros gastaban menos y sus resultados eran similares en muchos casos. Esta simple regla económica, es preferible reducir costos siempre que se mantengan resultados, se convirtió en el mayor elemento de cambio social en materia de discriminación racial de cuantas se dispusieron en Inglaterra. Ninguna normativa o ley ayudó tanto a acabar con la discriminación como ese hecho deportivo y económico.
¿Tranquilos? Esto corre prisa.
Esto corre prisa. La primera medida “anticrisis” que el nuevo gobierno debe adoptar es la anunciada reunión con los agentes sociales. Puesto que el presidente será el mismo, la vicepresidenta parece que también y Solbes repite en el Ministerio de Economía, no hay excusa para esperar más tiempo. Un ejecutivo en funciones como este puede disponer medidas que serán asumidas sin problemas por el futuro equipo.
Esto corre prisa. La primera medida “anticrisis” que el nuevo gobierno debe adoptar es la anunciada reunión con los agentes sociales. Puesto que el presidente será el mismo, la vicepresidenta parece que también y Solbes repite en el Ministerio de Economía, no hay excusa para esperar más tiempo. Un ejecutivo en funciones como este puede disponer medidas que serán asumidas sin problemas por el futuro equipo.
Ahora que Zapatero parece haberse dado cuenta de lo crítico del momento y, cómo dijo en campaña, tiene pendiente una reunión urgente con los agentes sociales para emprender un plan de medidas que reactiven la situación económica, no debe demorar la agenda económica por culpa de la política. El tema está blando y en apenas seis meses ya se ha perdido más de medio punto de dinamismo productivo. La mayoría de analistas con los que hablo prevén un crecimiento por de bajo del 2% a finales de 2008. Una caída de esta envergadura no se recuerda desde principios de los noventa.
El problema es que nuestro modelo de crecimiento se ajusta. Volcados en el consumo y en la construcción esto se tambalea cada vez con mayor amplitud. Por eso es importante parar y analizar lo que pretende el nuevo gobierno para sacarnos de este agujero. Las medidas que se intuyen según las palabras de Solbes y del programa electoral son:
- Para luchar contra la destrucción de empleo y la desaceleración económica, Zapatero espera poder construir 150.000 viviendas de protección oficial cada año y así detener el desplome del sector de la construcción.
- Para atenuar los problemas de liquidez de los hogares españoles, Zapatero repartirá 400 euros a través de las devoluciones del IRPF.
- Para mejorar el poder adquisitivo de los pensionistas subirá los 615 euros de prestación mínima hasta llegar a los 700 y los 658 de jubilación pasarán en la próxima legislatura a los 850.
- Para luchar contra la inflación, Zapatero creará un observatorio que identifique los desfases de comercialización de productos primarios. No obstante, espera que en mayo y junio el incremento de precios se vaya suavizando.
- Para luchar contra un paro que viene asociado a las fases de desaceleración habitualmente, el gobierno no tiene demasiadas herramientas a estas alturas. No hay un nuevo modelo de crecimiento, no hay políticas activas para el cambio de motor económico y todas las esperanzas están depositadas en la aplicación de la Ley de Dependencia. Se esperan crear 300.000 empleos y con algunas inversiones en sentidos complementarios se espera crear medio millón de puestos de trabajo mientras se pierden del sector inmobiliario.
¿Ya están más tranquilos? Yo no, puesto que:
- La licitación de obra pública, incluido el VPO, necesita de 3 a 5 años para empezar a generar empleo.
- Los que no hacen la declaración por que no llegan al mínimo exigible son los que más necesitan esa ayuda de 400 Euros y esos no lo percibirán.
- La subida de pensiones debería ser transversal puesto que los más afectados por la falta de poder adquisitivo son aquellos que perciben ayudas que los aparcan al límite de la indigencia.
- La inflación ya no es el problema, el nuestro empieza a tomar un tono gris azulado, el color de la estanflación.
- La Ley de Dependencia dará trabajo, eso es evidente, pero quien pagará esa ley si los ingresos corrientes del Estado están cayendo en picado.
¿Ya no están tranquilos? Yo tampoco.
El oasis español
Por suerte España es diferente, puesto que vive en el olimpo de los países a los que no les afectan las crisis planetarias. Debe ser que nuestro modelo de crecimiento es ejemplar y está basado en las nuevas tecnologías y en el valor añadido en lugar de esos otros sectores poco dados a la modernización como son la construcción y los servicios que tan poco afectan a nuestro crecimiento.
Buena jornada en las bolsas, especialmente para el Ibex, y concretamente para bancos y constructoras. Queda demostrado que los mercados y la economía en general van a fiestas diferentes. A m lo que me pone el bello de punta, es ver a los clientes impacientes, y formando largas colas en las sucursales de Northern Rock, dispuestos a retirar sus ahorros por miedo a su corralito particular. La falta de líquido en el interbancario es fruto de la teoría de la mancha de aceite: empieza en América, se transmite a Europa vía Alemania y desemboca en Gran Bretaña. El resto de Europa se lo mira con espanto y espera que la Unión minimice la tensión hasta lograr anestesiarla.
Por suerte España es diferente, puesto que vive en el olimpo de los países a los que no les afectan las crisis planetarias. Debe ser que
nuestro modelo de crecimiento es ejemplar y está basado en las nuevas tecnologías y en el valor añadido en lugar de esos otros sectores poco
dados a la modernización como son la construcción y los servicios que tan poco afectan a nuestro crecimiento. ¡Ya!
Esta será la segunda crisis que sufro. Noté la del 93 de un modo colateral, pero la del 2000 y sus puntocom me cornearon de pleno. No
percibo similitudes aparentes. Sin embargo hay algo a destacar. En los últimos días estoy notando, en los círculos financieros, una notable
preocupación con un par de entidades bancarias excesivamente apalancadas en temas inmobiliarios. Una entidad con sede en la comarca
vitivinícola por excelencia de Catalunya aparece en todas las quinielas de los que profetizan problemas de líquido a corto plazo. Muchas
entidades financieras pequeñas e incluso medianas, tienen el modelo de negocio que ya está finiquitado. Hoy no son negocio las hipotecas y el grifo se ha cerrado temporalmente. Las grandes firmas bancarias no sufrirán puesto que sus modelos de intermediación se basan en decenas de productos y no dependen tanto del hipotecario. Pero las que no disponen de esa diversificación se enfrentarán a desequilibrios muy duros.
La semana pasada recibí cuatro llamadas ofreciendo depósitos al 5,75% y una al 6%. Las cajas ya no quieren recurrir al interbancario porque
nadie se fía de nadie y los bancos no se dejan dinero entre ellos. Como la publicación sobre el estado de los bancos y cajas que debe
formalizarse este mes, no suene con una buena sintonía la cosa se va a poner fea de verdad.
Pero tranquilos, porque dicen que aquí nunca pasa nada, no pasa nada con el mercado inmobiliario, no puede haber una crisis, el precio de la vivienda nunca bajará y la economía española será la única del mundo que crecerá casi al 4% eternamente por los siglos de los siglos. Esto
no tiene sentido y hay que decir la verdad y la verdad es que estamos a las puertas de una desaceleración profunda de la economía y la pausa
en el crecimiento no es seguro que vaya a ser corta ni que se vaya a producir a través de un ajuste suave. No sabemos cuanto durará ni que
profundidad tendrá, pero si sabemos que el cambio en el modelo de crecimiento se debería de haber resuelto hace 3 años, ahora puede ser
demasiado tarde. Y escribo esto mientras veo que el Ibex remonta el Tourmalet y gana más de dos puntos. Que bien va España…
Opa a las pensiones
Soy crítico con las decisiones que el ejecutivo de Zapatero toma en materia económica. Aunque debería de decir, no toma. Es obvio que Solbes esta moviendo poco o nada la flota y en términos generales su política no dista mucho de la que el Partido Popular llevó a cabo durante su mandato. Algo que aparentemente puede parecer adecuado a tenor de algunos indicadores en macroeconomía pero preocupantes ante una crisis inminente.
Soy crítico con las decisiones que el ejecutivo de Zapatero toma en materia económica. Aunque debería de decir, no toma. Es obvio que “Solbes esta moviendo poco o nada la flota y en términos generales su política no dista mucho de la que el Partido Popular llevó a cabo durante su mandato. Algo que aparentemente puede parecer adecuado tenor de algunos indicadores en macroeconomía pero preocupantes ante una crisis inminente.
La crítica a la gestión económica del gobierno no solo debe limitarse a ese territorio sino que los incumplimientos electorales son de cierta envergadura a fecha de hoy. Entre los sueños rotos destacan la incapacidad en mantener el superávit exigido por la Unión Europea y la incontinencia impositiva. El Psoe prometió reducir la presión fiscal y el resultado ha sido un aumento de impuestos que ronda el 2%. Sin embargo, cuando una decisión es acertada y responde a criterios de solvencia programática hay que decirlo también. Y en ese sentido la decisión de invertir parte del fondo de pensiones en bolsa es buena por muchas razones y no comporta ningún riesgo. No supone ningún quebranto puesto que lo que se quiere invertir es una parte del excedente de los propios subsidios y jubilaciones, es decir, lo que sobra de las pensiones, en resumen lo que se utilizará para rentar será el fondo de reserva de la seguridad social. Es una buena noticia que garantiza el futuro, ya que permite invertir un capital que en estos momentos está ocioso. Es bueno porque se va a invertir en un activo mucho más rentable que en el que se está haciendo a día de hoy.
En la actualidad se está invirtiendo en bonos porque son lo más estable de todo el paquete inversor. En concreto las pensiones invierten en deuda pública española, francesa, alemana y holandesa que nos supone una rentabilidad del 5% anual. Aritméticamente es tan evidente que invertir en bolsa es mucho más rentable que molesta no haberlo hecho antes. Utilizando los últimos cien años podremos crear un patrón fiable a través del cual detectaremos que la bolsa ha sido un 5% más rentable que los bonos cada año. La cereza del pastel nos recuerda que esta es una práctica habitual en Europa. Excepto el Reino Unido y Bélgica los países de nuestro entorno invierten sus fondos de pensiones en los mercados de medio mundo. Por ejemplo Francia invierte el 20%, Alemania un 22% e Italia un 15.
La experiencia, no obstante, nos pide que estemos alerta. Los peligros de esta decisión radican en la ética y el control. El gobierno debe dejar meridianamente claro que no piensan utilizar los 4000 millones de euros que suponen ese 10% del fondo de reserva para invertir en empresas donde puedan ejercer patrones de presión de un modo abusivo. También deben diversificar el riesgo en mercados de todo el mundo con gestoras independientes y diferenciadas.
Fin del Ciclo Expansivo
Una gran bola de mierda se acerca desde el horizonte. Lo hace sin remedio y a un ritmo uniforme. No tengo ninguna intención de asustar ni de ser catastrofista pero los ciclos económicos siguen existiendo y en este país los dos últimos acabaron en recesión, paro y crisis. A finales de 1992 y principios de 1993, en la que el PIB llegó a caer durante cuatro trimestres seguidos más de un 3% acumulado, la tasa de paro aumentó de un modo desconocido hasta la fecha. El crecimiento económico gira entorno a los conocidos “ciclos de los negocios”, que de acuerdo a la certeza histórica sabemos que suelen durar un decenio.
Una gran bola de mierda se acerca desde el horizonte. Lo hace sin remedio y a un ritmo uniforme. No tengo ninguna intención de asustar ni de ser catastrofista pero los ciclos económicos siguen existiendo y en este país los dos últimos acabaron en recesión, paro y crisis. A finales de 1992 y principios de 1993, en la que el PIB llegó a caer durante cuatro trimestres seguidos más de un 3% acumulado, la tasa de paro aumentó de un modo desconocido hasta la fecha. El crecimiento económico gira entorno a los conocidos “ciclos de los negocios”, que de acuerdo a la certeza histórica sabemos que suelen durar un decenio.
España sufrió una pequeña recesión en 1981 y otra más grave en 1992-93. La economía española lleva 14 años de crecimiento ininterrumpido con tasas superiores a la media europea. El actual ciclo expansivo se inicio a finales de 1993 ante las crecientes perspectivas de entrada de España en la Unión Monetaria que provocaron que los tipos de interés cayeran rápidamente. La clasificación crediticia española alcanzó la triple A aumentando la confianza en la económica española. La caída de tipos del 13,3% al 3,0 % desató un tsunami inversor inmobiliario por parte de familias y pequeños ahorradores. El aumento de demanda, aceleró la construcción y esta incorporó al mundo laboral a casi un millón de personas y entre todos agigantaron el consumo y las importaciones.
Es preciso definir con corrección los elementos que acercan a nuestro país a una situación límite. La burbuja inmobiliaria ha sido animada en la creciente demanda de vivienda por parte de europeos, inmigrantes y pequeños inversores que, con sus sociedades patrimoniales de juguete, pretenden adquirir cinco o seis pisos para poder vivir de la renta por alquiler algún día. Derivada de esa burbuja hay otra en el sector de la construcción que supone el 17 % del PIB en términos reales. El 20% de los empleos creados en los últimos diez años en España, que a su vez son el 33% del que se ha creado en la UE de los 15, proceden de la construcción. Esas dos burbujas han hecho que emergiera otra mucho peor y que aun es prácticamente invisible: la burbuja económica.
La fuerte demanda de empleo funcionó como un imán para la mano de obra inmigrante que acudió masivamente dando un empuje al consumo y al propio mercado inmobiliario. En general podemos decir que España ha tenido un periodo larguísimo de crecimiento ininterrumpido gracias a la globalización, en sentido financiero (dinero barato) y también en sentido real (inmigración creciente), lo que le ha permitido compensar el impacto negativo de los precios del crudo y de la competencia internacional. El efecto se traduce ya en una economía recalentada, con una inflación superior a la media europea y por una pérdida de competitividad. La economía española es próspera pero su crecimiento es desequilibrado y poco eficiente. La dependencia en los tipos de interés debilita la capacidad de consumo y el parón inmobiliario por el sobre-stock es ya un hecho absolutamente demostrable. España dependerá de que la zona euro recupere su dinamismo y crecimiento en los próximos dos años para poder aguantar el choque de una cadena de acontecimientos que ya ha empezado.
En primer lugar, la burbuja inmobiliaria seguirá desinflándose gradualmente dejado de crecer y posteriormente descendiendo. Como reacción a esa caída de valor, el número de viviendas se reducirá, cosa que ya ha empezado a pasar según los colegios de Arquitectos que durante este último trimestre han notado un descenso de visados. Esa reducción de viviendas nuevas en construcción provocará una caída en la demanda de empleo en la construcción y un alza en el paro. Carpinteros, electricistas, comerciales, arquitectos, aparejadores, yeseros y en definitiva todos los profesionales relacionados con el mundo inmobiliario vivirán su peor momento desde hace mucho tiempo. Teniendo en cuenta que el peso de este sector es brutal, la demanda en consumo también se verá afectada. La eliminación de ricos virtuales se representará con el descenso de la venta de coches, viajes y elementos de consumo muy variados. El coste de los créditos hipotecarios tocará franjas desconocidas por los nuevos propietarios que se verán obligados a sacrificar parte del consumo corriente para poder hacerle frente.
Al reducirse el consumo y al aumentar el coste del dinero las compañías ralentizarán sus inversiones en espera del próximo ciclo expansivo con lo que su demanda de empleo bajará. Esta situación desembocará en un crecimiento negativo del PIB que alcanzará su punto más profundo a finales de 2009 o principios de 2010. Que sea más o menos dramático depende de la política. Esa desaceleración cíclica podría pasar simplemente por ser un período de bajo crecimiento, si la caída de la construcción se compensa con obra pública y si el superávit presupuestario supera el 1% del PIB, si se incentivan los nuevos campos de gestión industrial y, como se hizo en EUA, si se convierten en empresarios, autónomos o pymes, a esos miles de inmigrantes jóvenes que ahora son mano de obra barata, para que encuentren alternativas a la perdida de empleo que sufrirán en la construcción fundamentalmente. En definitiva, que esa enorme bola de mierda nos aplaste depende de nuestros gestores públicos en gran medida. ¡Qué miedo!