Está en tus manos
A partir de mañana en este blog trataré ejemplos de negocios en los que he tenido que ver. Sus aciertos y sus fallos. Detallaré temas de gestión de personal, management directivo y aspectos de desarrollo comercial o tecnológico. Una especie de terapia que será muy útil para todos creo. Pero hay dualidades que querré reflejar. Hay binomios que parecen resultado de la generalización, pero la estadística también lo es y nos la tomamos muy en serio. Seguramente el término medio sea el idóneo para todas las comparaciones, sin embargo, ¿innovación y emprender no deberían de ir juntos? ¿Son los emprendedores los gestores del cambio a partir de un valor por la innovación que se les presupone?
Innovar hoy en día es algo muy complicado, ya nada está limitado como en el pasado. Antes alguien que se ponía en marcha, primero estudiaba, luego trabajaba y al jubilarse se dedicaba al ocio. Ahora eso ha cambiado, primero se jubila, luego aprende y finalmente trabaja. O incluso de otro modo, primero trabaja, luego aprende y al final se jubila, para volver a trabajar más tarde o estudiar, vete tú a saber. El cambio de orden si afecta el producto. Es muy distinto. Por eso ahora decir que una cosa va ligada a la otra no es tan evidente, pero si sabemos que muchos de esos procesos están generando un verdadero valor innovador.
Hay ejemplos que demuestran lo que digo, pero, me quedo con uno denominado modelo de “ecoinnovación”. Concretamente uno que Gunter Pauli cita como experiencia de calado social en la isla canaria de El Hierro. Pauli “fue capaz de movilizar más de cien millones de euros en un año con recursos naturales como el viento, la marea o la agricultura“. Ahora mismo, cuenta que a partir de ese proyecto, surgieron 19 proyectos capaces de generar trescientos empleos. Pero como siempre pasa en un país donde emprender es pecado, se mantiene el escaso interés por este nuevo modelo.
Gunter Pauli es alguien admirable. Recomiendo descubrirlo a través de sus libros, de sus videos o de sus aventuras explicadas por otros. Sus libros se escriben en España muchas veces y lo curioso es que, en lugar de editarse aquí, se traducen en China y Corea prioritariamente. De hecho si quieres uno de sus últimos textos debes pedirlo en húngaro como más cercano. Este hombre dice cosas como esta: “cuando se toma café sólo se aprovecha el 0,2% de un grano de café, nadie presta atención al otro 99,8%”. Con él, en Colombia se producen hongos tropicales a menor precio y con más calidad que los chinos y nadie lo destaca, siendo uno de los elementos farmacológicos más potentes y efectivos contra múltiples acepciones y enfermedades cutáneas”.
Sigo pensando que el grado de responsabilidad de los emprendedores digitales y tecnológicos es muy alto. Somos de algún modo quienes, obligados o no, debemos impulsar cambios severos en la manera de gestionar empresas, en los valores de éstas y del modo en el que se relacionan con otras de su misma ‘especie’.
En esta nueva era, en este nuevo ecosistema plagado de ideas, en ese nuevo mar en el que deberemos navegar, los que antes entiendan que deben impulsarse con vientos desconocidos, los que sepan que es tiempo de veleros y no de lanchas motoras, esos sobrevivirán, crecerán y serán mucho más felices. Los que escuchen a sus mandatarios, a esos dirigentes aparentemente perdidos, a esos que cambian sus previsiones una y otra vez, los que esperen de ellos que les ayuden a sobrevolar este momento crucial de la historia sufrirán mucho más.
No es momento de subsidios sino de purgas, no es momento de alargar agonías sino de amputar aquello que está podrido. El sistema es demasiado duro y robusto como para permitir un parto sin dolor, pero el sistema no es inmune. El momento está cerca y me ilusiona enormemente que así sea. Deseo un mundo mejor para mi hijo, mejor que este. Me gusta pensar, y me estimula hacerlo, que yo puedo ser parte de esa metamorfosis a pesar de políticos y derivados, que en mi mano está la opción de innovar, emprender, innovar emprendiendo y emprender para innovar. En mi mano está todo cuanto yo quiera.
La innovación no nos dará el paso a este nuevo escenario por si misma pero sin ella será imposible salir de modo efectivo y completo. Por eso es imprescindible que los motores económicos preexistentes asuman su condición e innoven en lo fundamental. Si no se les anima, en momentos de escasez, pocos lo harán y estaremos perdiendo la gran oportunidad de modernizar y posicionar este país en la vanguardia económica que nos venden.
Los resultados de Facebook
Hace pocos días comentábamos que algunos indicadores podían estar señalando que Facebook estaría iniciando un descenso hacia el infierno. Informes como el de Princeton aseguraban fechas concretas y números directos de pérdidas de usuarios. A fecha de hoy lo único que sabemos es que en el histórico de valor de la cotización de la red social y de su número real de usuarios activos siguen creciendo y parecen muy lejos de lo que podría ser un final a la vista. Nadie puede asegurar que ese traspaso suceda, de hecho es un secreto a voces que Facebook tiene algo menos de repercusión en las campañas elaboradas que hace unos meses, pero puede que simplemente sea un ajuste hacia nuevos modelos de gestión en el uso de la red a título publicitario, comercial o profesional. Pienso que las empresas que han puesto rumbo al futuro están consolidando su negocio y su escenario de manera cada vez más eficiente. Creo que se aprendió mucho más de lo que parece de la burbuja puntocom.
Facebook es una mina de oro, al menos de momento. La compañía dirigida por Mark Zuckerberg se ha disparado completamente en bolsa después de presentar este miércoles sus resultados. Las acciones que cotizan en el Nasdaq 100 han abierto esta tarde con un crecimiento del 15% hasta alcanzar los casi 62 dólares, su mejor dato desde que la compañía se estrenara en bolsa el 18 de mayo de 2012. La fiebre ha sido tal que las operaciones durante el cierre del mercado llegaron a aupar los títulos a un crecimiento cercano al 20%.
Obviamente no se puede decir que una empresa pueda estar en crisis o vislumbrarla en el futuro cuando la facturación de la compañía asciende en un año a 5.788 millones de euros, un 55% más que en todo 2012. Sin embargo no olvidemos los motivos por los que se asegura que puede estar iniciando un retroceso en los usuarios del futuro, los jóvenes, y consolidando los que exigen menos innovación.
Emprendedor tecnosocial
Leo que la tecnología, los tiempos que corren y la sucesión de acontecimientos que se derivan de la vanguardia digital podrían ser perjudiciales y negativos para el aspecto humano más esencial. Hoy os relato dos casos que son significativos de cómo la revolución que vivimos como sociedad también toca desde esa piel a todo nuestro entorno. Aquí un par de ejemplos, de muchos otros, que demuestran que tecnológicamente la solidaridad es mucho más potente y radical. Emprendedores tecnológicos y sociales, startups del futuro que no se amedrentan ante lo que debe de ser justo y lo que, por culpa de esa enorme y fantástica metamorfosis que vivimos como especie, no lo está siendo todavía.
El tiempo ubicará a esa cuarta parte de la humanidad que va a perder su empleo en los próximos treinta o cuarenta años, el tiempo y la inteligencia trabajarán para que esos miles de millones de personas logren encajar en un planeta donde el trabajo pase a ser un modo de vida y un mecanismo para generar riqueza transversalmente y así que llegue a una distribución mucho más equiparada. Mientras tanto conviviremos con lo despiadado de ese curso, con la pobreza y la exclusión de quienes no lleguen a tiempo a esa reconversión íntima. Por eso es tan importante que la tecnología, a la que se le culpará de que por su progreso muchos sufrirán, se encargue también de minimizar sus efectos.
Ha llegado el momento de la emprendeduría tecnosocial, es una deuda que la sociedad tecnológica está adquiriendo con quienes no se pueden subir a su carro y que es bueno nos pongamos a pagar ya. Vivimos una ola de aplicaciones y plataformas que intentan beneficiar a quienes menos tienen y valdría la pena estructurar el nacimiento de muchas más. Son aplicaciones móviles, propuestas de crowdfunding y apoyo al comercio electrónico.
Hace unos meses conocí a Rose Broome y me quedé fascinado por la pasión y la delicadeza que aplica a su proyecto. Por un lado es capaz de mover lo que haga falta para determinar por donde quiere que vaya su proyecto y por el otro lo hace con un cuidado extremo sobre las personas a las que afecta. Su compañía se llama HandUp y trata directamente de apoyar a aquellos que no tienen donde dormir. Me contó que decidió ponerse en marcha en crear un proyecto como HandUp al ver una mujer en la calle pasando frío y con una manta muy fina para evitarlo.
HandUp ayuda a las personas sin hogar en San Francisco, dándoles la oportunidad de solicitar donaciones a través de mensaje de texto o un perfil en línea. La compañía edita unas tarjetas de visita para repartir con las instrucciones dirigidas a los que deseen ayudar. Con el dinero que envían los usuarios de la plataforma, la persona sin hogar recibe unos créditos canjeables por artículos a través del Proyecto Homeless Connect .
Lo bueno del modelo bidireccional es que no tan solo se ayuda o se genera un espacio de adecuación de los recursos, mirando los listados y tamaños de los grupos se conciencia de la grandiosidad del ajuste que vivimos como sociedad, de lo enorme que es ese espacio de pobreza extrema y que tras cada fotografía, tras cada cuerpo tirado en un cajero tapado por cartones descansa y se lamenta un ser humano como tú o como yo pero, o con menos suerte, menos capacidad o menos amigos.
Estar cerca de los problemas ayuda a entenderlos en su justa magnitud. Cuando he ido a Africa para ayudar en dos proyectos en los que estoy implicado hace muchos años, la pregunta siempre es la misma: ¿no te da ‘cosa’ ir a esos lugares tan duros para un ‘europeo’? Mi respuesta también siempre es la misma: la vida es lo que vives, es a lo que te enfrentas, no lo que te cuentan o te advierten que es mejor no vivir.
Otro gran tipo que he tenido la suerte de conocer es Chase Adam, fundador de Watsi. A Caza lo pude escuchar durante un evento en el que ambos participamos en Costa Rica. Allí pensó su plataforma de crowdfunding con la que ayuda a personas del tercer mundo a fin de que reciban tratamiento en temas de salud. Hoy ya lleva financiados más de mil. Watsi trabaja con una red de hospitales y organizaciones médicas. Cuando un paciente entra en una clínica con síntomas que cumplen los criterios de Watsi, el paciente puede optar por el programa, y tan pronto como hayan sido aprobados, podrá ser tratado.
Hay otros proyectos que acercan la tecnología y la emprendeduría social, muchos que tienen bondades y elementos que permitirán hacer menos duro este tránsito hacia un nuevo modelo social y económico. Muchas que van naciendo en todo el mundo. Enumero cuatro más que no tienen ni orden de importancia ni elementos de juicio o envergadura pero que, como las dos anteriores, sencillamente son ejemplos, anécdotas que ojala pudieran ir conquistando el paisaje digital de un modo más evidente.
Os recomiendo echar un vistazo, sintiendo el motivo y no tanto el modo, a estas plataformas que a mi me parecieron delicadamente apasionadas. Son soko, prizeo, homejoy o appsforaptitude entre decenas más que no he podido revisar.
En la aceleradora en la que soy socio, Conector, pusimos como elemento imprescindible que en cada proceso de aceleración hubiera por lo menos una startup de este tipo. ¿Por qué no me dices las que te parecen a ti interesantes de señalar y les damos un poco de publicidad?
Compañías rumbo al futuro
Las empresas que marcan el ritmo económico o por lo menos lo animan son las tecnológicas. En el ámbito corporativo algunas ya están de compras, otras plantean fusiones estratégicas y unas más se preparan para su salto al parqué.
Yahoo adquirió el lanzador de aplicaciones. La operación puede haber costado unos 80 millones de dólares. Es una compra más que se acumula a las de Tumblr, Summly y otras. Facebook está obsesionado por no perder el tren del teléfono móvil. Sus compras se han materializado con Little Eye Labs y Branch. Las compras pueden haber sumado 15 millones. Google sin embargo ha ido mucho más lejos y su factura le ha subido 3.200 millones de dólares. Concretamente es lo que le ha costado comprar Nest. Parece ser que la conquista de 2014 tiene un terreno de juego claro: dispositivos móviles, geolocalización inversa y patrones de comportamiento.
Por otro lado tenemos las valoraciones que los mercados hacen a empresas cuyos modelos de validación siguen pendientes del encaje con la economía tradicional (antigua). Por ejemplo pasa con Dropbox que podría haber cerrado una ronda de financiación gigantesca. Casi 250 millones de dólares que valoraba a este almacén tecnológico en la nube por encima de los 10.000 millones de dólares. Cabe destacar que con la rondas previas que ya ha tenido el total suma más de 507 millones de dólares para un negocio con mucho consumo y gasto, un modelo de negocio calibrado pero con dudas sobre su viabilidad a medio plazo.
¿Dropbox tiene potencial como para valer 50 veces los ingresos que espera lograr a lo largo del año 2013? Tal vez la pregunta no está bien formulada. Volvamos a intentarlo para ir descifrando que pasa en el mundo de la Nueva Economía. Sería ¿tiene Dropbox una posición dominante para influir a medio plazo en los modelos de almacenaje, logística digital y modelos de transferencia de datos? El resultado económico es imprescindible para medir eso, pero hoy en día no es exclusivo y debemos interpretar la capilaridad de la economía relacional, de datos y distribuida. Además, el cloud computing, junto al big data, el comercio electrónico inteligente y la Internet de las cosas son los escenarios donde el futuro se va a ir definiendo.
Sin embargo todo gira en torno al mismo elemento. ¿Vale tanto lo que compran las grandes? ¿Es lo mismo facturación que expectativas? ¿Cómo generarán negocio suficiente que justifique su valoración y la apuesta que hicieron los inversores? En principio ese no es el objetivo inmediato. Seguimos bajo el modelo de la influencia, de la creación de empresas diferentes donde el ‘fremium’ (que no gratis) y los entornos de consumo en diferido estarían permitiendo que el talento no estuviera sujeto sólo a una tabla contable.
Puede que el mundo tarda mucho en aceptarlo pero son tantos y tan extraordinarios los cambios que vivimos que algunos parecen un tremendo absurdo. Que Pinterest esté valorada en más de 3.800 millones de dólares y no haya emitido ni una sola factura es parte de ese escenario difícil de explicar en una cena familiar. La teoría del ‘crea masa crítica que luego ya veremos como le sacamos rentabilidad’ es un poco bruta pero es una de las dinámicas que viven esas empresas. Sin llegar a ese ‘claim’ si es cierto que la economía digital y los modelos vinculados a la Nueva Economía exigen interpretaciones muy distintas a las tradicionales (antiguas).
En contraste, las grandes tecnológicas, esas que van de compras presentan sus cuentas. Apple mostrará cierta dificultad para crecer más, Yahoo describirá su sólido modelo publicitario, Facebook explicará que la huida de usuarios no es tan grave y que la compensará con una apuesta absoluta al móvil, Amazon explicará mañana que crece de manera sostenida camino de un monopolio logístico impresionante y Google se presentará algo más moderado que en otras ocasiones por lo que se comenta.
Por supuesto que no vamos ahora a pensar que detrás de tanto millón no hay especulación, intereses y desidias, por supuesto que no, pero tampoco podemos negar que la mayoría de esas compañías nacieron de mentes privilegiadas, manos creativas y espíritus exploradores. Soñadores que lograron encajar sus anhelos con las voluntades económicas de otros. El resultado fue lo que ahora vemos.
En definitiva, las grandes tecnológicas son tan interesante de estudiar como de utilizar. Estamos en sus manos en gran medida pero también somos sus propietarios por el tremendo uso que hacemos de ellas y como les marcamos lo que queremos que suceda con sus modelos evolutivos. Creo que tienen cosas malas, como todo lo que es tan enorme, pero también que lideran, de manera privada, y desde el valle de los sueños emprendedores e innovadores, la revolución que nos lleva a la siguiente parada: el futuro.
En nuestro país se lleva poco eso de sumar, fusionarse, las operaciones corporativas o las que generan valor multiplicándose. Deberíamos atender a como crecieron otros para entender como podemos crecer nosotros. Tener empresas mundiales que exporten conocimiento depende, también, de creer que es posible. Por supuesto que hay que poner el caldo y la olla en el lugar donde eso pasa, pero el interés de los implicados debe ser el de crear algo enorme, revolucionario y universal.
Dinero del futuro y pago 3.0
El presidente de PayPal, David Marcus, es un tipo directo y brillante. Por lo menos cuando considera que tiene que marcar el ritmo de los acontecimientos así se muestra. Lo conocí en Santa Bárbara hace tres años y por lo que he visto en el video que os enlazo sigue estando bajo el mismo sentido de la oportunidad y de la visión de negocio. Os recomiendo su perfil de Twitter, que aunque no es que tenga muchos seguidores si es realmente descriptiva de su manera de dirigir un gigante tecnológico y financiero que ahora es propiedad de eBay.
Marcus define el dinero del pasado como moneda 1.0, el dinero plástico vinculado a tarjetas el 2.0 y el 3.0 que él considera se describe dentro del pago móvil. Estoy de acuerdo y además considero que ese método va a ser determinante en el equilibrio global del planeta. Es impresionante ver como los métodos de pago mayoritarios en países africanos es vía teléfono móvil. Los países más desarrollados y con mayor penetración en este tipo de modelos de pago son los del cuerno de África concretamente por encima de cualquier otro del mundo ‘desarrollado’ y extra tecnológico.
Todo, en el campo de la economía relacional y de los escenarios de pago convergerán en el móvil. PayPal asegura que el ‘cash’ se mantendrá un tiempo pero dejará de usarse en unos años. No muchos. La tecnología Beacon es clarísimamente un paso hacia eso, que sumado a la Internet de las cosas que comenté el otro día hace del mundo del pago y la gestión comercial un innovador espacio de relaciones empresariales. Importante para los que venden, pero también para los que compran, sin dejar de lado los que piensan en la relación entre ambos casos.
Que PayPal cobra un buen pellizco por transacción es de todos conocidos, que tal vez en muchos casos puede parecer un modelo derivado del bancario también, pero que esta empresa está trabajando duro en los arquetipos de pago y cambio del futuro junto a un conjunto de plataformas y compañías a modo de ‘pool’ monetario es un hecho que muchas entidades financieras del mundo deberán tener en cuenta muy pronto. No por amenaza en el negocio, que también, sino para entender, de una vez, por donde va todo eso de la gestión y la intermediación de pagos y cobros. El futuro está aquí, hoy ya es pasado.
Con bitcoin (mal día para hablar de la moneda virtual en cuestión) y otros puntales de la nueva era de la inversión económica entramos ya en la sala de espera de un nuevo mundo también en este campo. El oro, el dólar y otros activos considerados patrones de cambio se empezarán a diluir, en unos años, entre el conjunto de otros que formarán patrones más tecnológicos, menos intuitivos y más exactos, con mayores cifras de seguridad y menos de incertidumbre. Eso es lo que entiende el nuevo PayPal y como experimento está bien observarlo.
Los que nos dedicamos a eso del comercio electrónico sabemos que hay una ola de dinero que se está llevando por delante el comercio analógico le debe su crecimiento a los tiempos de espera, a las garantías de seguridad, a la fe de comerciantes y consumidores, pero ahora, sobretodo tendrá que ver con la buena y eficientes transición a los pagos via teléfono móvil y sus derivadas técnicas. Tiene que ver con el uso, la experiencia del modelo de compra y de factores de acomodación al uso de tabletas, ‘smartphones’ y dispositivos de todo tipo. Es la era de lo ‘light’, del menos es más.
El monedero digital es evidentemente el salto social inminente, que si a su vez se le permite dialogar con objetos y ofertas, estaríamos ante la Internet económica y social de las cosas. Según Marcus, esto sucederá en menos de cuatro años.
Me preocupa, atendiendo al valor de los datos, que hacen con todo lo que aprenden, saben y descubren de las operativas y comportamientos comerciales de sus clientes. El Bitcoin no se convertirá en una verdadera moneda en 2014. Su precio es demasiado volátil para los comerciantes, que gustan de fijar los precios fijos. Tal como se establece, esto puede cambiar. Por ahora, PayPal tendrá que esperar hasta que los reguladores de todo el mundo deciden cómo manejar la situación antes de PayPal puede iniciar transacciones en el mismo.
Próxima estación: 'emergentes'
La semana pasada se vivió la peor liquidación de divisas registrada en los mercados emergentes en cinco años. La reducción gradual de los estímulos monetarios en Estados Unidos están provocando los primeros síntomas de tipo global. Hay monedas con las que no solemos interactuar o saber poco pero que tienen un papel muy importante en, por ejemplo, la internacionalización de una compañía o de una startup. No todo funciona en dólares ni tampoco, en caso de que al final las pasarelas de pago locales así lo determinen, se puede operar con él.
La lira turca, el rand sudafricano y las monedas de Brasil o Mexico se fueron a niveles de 2008. En este cuadro yo no incluyo ni a Argentina ni a países de órbita compleja como Venezuela. Estos tienen otros problemas y son países donde yo no invitaría nunca a invertir ni un céntimo.
Mientras que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica fueron algunos de los motores del crecimiento mundial tras la crisis financiera de 2008, los mercados emergentes estarían empezando a representar una amenaza para la estabilidad financiera mundial. Nada es gratis en esta vida y lo que te dieron se lo vendrán a cobrar. Países como Colombia, que suponen un destino muy interesante para los que exportamos tecnología y que pertenece a un modelo comercial ideal pues su penetración digital es creciente, su nivel de vida ha mejorado notablemente y la proyección productiva es espectacular, también pueden estar en la sala de espera de su propia equivocación. Son crecimientos poco orgánicos y muy vinculados a que muchos inversores buscaban resquicios por donde invertir en el momento que el ‘primer mundo’ flaqueaba. Es importante ahora asegurar lo que era auténtico de lo que era fachada.
Me temo que pueden encontrarse en una encrucijada para la que no se han preparado y eso que llamaron crisis y que yo denomino ‘revolución’ esté iniciando su segundo capítulo ahora en ‘los países emergentes’. Oiremos cosas como que “el entorno actual es potencialmente muy tóxicos para los mercados emergentes“ o “es mejor no aconsejar invertir en mercados emergentes“. Ambas frases las pronunció la semana pasada Eamon Aghdasi de Société Générale, un tipo que conocí hace unos cinco años en Nueva York y que era el abanderado de la inversión en China, Brasil, México y otros.
Y es que el susto lo tienen en el cuerpo unos más que otros. China se puede contraer por primera vez en seis meses, sumándose a la preocupación de que el crecimiento está perdiendo empuje en la segunda economía más grande del planeta. Eso nos guste o no tiene que ver con ese macroajuste universal al que se está viendo sumida la humanidad. Tiene que ver con unos tiempos que parecían sólo afectar a las economías más desarrolladas y que, esa revolución, solo atacaba y se producía en el occidente desarrollado. La revolución digital y socializada tiene ya una expresión financiera y productiva en todos los países, incluso aquellos que no parecían implicados en esta metamorfosis socialmente y tecnológicamente planetaria.
Esto el principio del gran ajuste. De nuevo, como ciudadanos, pagaremos el desconocimiento general de quienes nos gobiernan. No es culpa de ellos, es, básicamente, motivo de que vivimos tiempos de cambio de época.
El Fondo Monetario Internacional pronostica que la ventaja que tuvo en el pasado el crecimiento de los mercados emergentes en relación a las economías más avanzadas, se reducirá este año a su menor nivel desde 2001. Que lo diga el FMI no es garantía de que tenga que suceder. No es necesario listar toda la cantidad de sandeces que han pronosticado estos burócratas alejados de la realidad. Sin embargo es cierto que, sin explicar el motivo, lo que se avecina es un cobro brutal por parte de los países ‘avanzados’ sobre los que ‘se aprovecharon de la crisis de éstos’. El cobro puede ser sangrante. Ya lo veremos.
De momento, sólo aconsejar a los que estamos trabajando modelos de negocio basados en escenarios complejos vinculados a países que van a vivir tormentas financieras, productivas y de, probablemente, cambios políticos y convulsiones sociales, que reajusten los planes de expansión y preparen diferentes modelos de flexibilización de esas campañas internacionales. Ya no va a ser tan fácil, será preciso tener un buen background, experiencia y espíritu de sacrificio para soportar muchos más viajes a fin de concluir operativas abiertas que se pueden romper en minutos.
Aunque hablamos de divisas, y hace muchos años que dejé de trabajar en ese mundo de la mano de Forex, la realidad y mi memoria me hace percibir que las antesalas de muchos procesos económicos empiezan o por la deuda o por el cambio de moneda. Mi consejo es asesorarse bien, no aventurarse si no se conoce el escenario y sumar con experimentados exploradores si es el caso. El mundo sigue su transformación, dura en los países ‘avanzados (sumergidos)’, progresiva en los ‘emergentes’. Para que todos floten será preciso un mundo más equilibrado y la tecnología lo estimula pero el hombre lo retrasa. Tengo claro que la primera se llevará por delante la voluntad de los segundos. De momento la siguiente parada de la revolución ya se ve a lo lejos: los mal llamados emergentes. ¿Porque no les contamos lo mal que lo hemos hecho nosotros?
Las duras reglas de la Nueva Economía
Llevamos días hablando del futuro. No es una novedad. De hecho lo hemos ido haciendo todos desde hace casi una década. Empezamos con los avisos sobre lo que se cernía sobre nosotros, luego sobre como sería eso de las redes sociales, más tarde sobre negocios digitales, también pusimos en alerta la revolución emprendedora que se avecinaba y, por supuesto, en que consistiría el modelo social del futuro en términos tecnológicos y económicos. Seguiremos aportando esos juicios acerca del futuro. Es bueno y ayuda a marcar estrategias.
Ayer pudimos leer un estudio de John Cannarella y Joshua A. Spechler de la Universidad de Princeton que vamos a vivir cambios notables en el mundo de las redes sociales. En ese entorno de relaciones humanas digitalizadas que supone, por ejemplo, Facebook la metamorfosis ha empezado. Que el ingenio que mueve las conciencias y las disposiciones comunicacionales de más de mil millones de personas en el mundo pueda estar a tres años de su desaparición tiene importancia nos guste o no lo que representa.
Estos señores pronostican el inmediato proceso de hundimiento y mortalidad de la criatura de Zuckemberg. Sus conclusiones indican que este año Facebook reducirá hasta un 20% su tamaño, para experimentar a continuación una caída en picado que le llevará a perder el 80% de su actividad entre 2015 y 2017.
Nadie está a salvo en esta economía cambiante y rápida, en este Fast-food de la innovación. La gent más joven está en huida masiva de la ‘vieja’ Facebook para refugiarse en otras más inmediatas, flexibles y epidérmicas como Twitter, Instagram, WhatsApp o la increible Snapchat. Parece ser que estar en Facebook empieza a verse como algo poco ‘cool’ y ‘plagado de gente mayor’. Recordemos que los jóvenes son los ‘early adopters’ por excelencia de este tipo de escenarios y los que determinan los flujos de la moda, algo tan superfluo e inconsistente a veces como determinante otras.
Mi impresión, no obstante, es que Facebook se podría morir por su propia estructura de negocio. Demasiado anuncio vinculado al propio y endogámico modelo de pautar tus impresiones. Tal vez las empresas dedicadas a esto logren ubicarse en el punto exacto pero conozco centenares de casos que ponen en duda la eficiencia o la ‘sinceridad’ de esta opción en las campañas de la red social en cuestión.
Estamos presenciando el principio del fin probablemente en Facebook. GlobalWebIndex ya reconoció una caída del 3% en el uso de Facebook durante la última mitad de 2013. Otros datos, los de Jaffray mostraban que el 26% prefiere Twitter, mientras que únicamente el 23% opta por Facebook.
Tal vez sea un error mantener la dirección sobre el modelo de anuncios y su réplica ‘googeliana’ que iniciaron hace tiempo. Ahora dicen que están desarrollando una red publicitaria móvil propia. El gigante social anunció el miércoles que se estaba llevando a cabo un examen para ayudar a los desarrolladores de aplicaciones monetizar el dispositivo móvil.
Como parte de la prueba, Facebook dijo que estaba ampliando su focalización para mejorar la relevancia de los anuncios que se muestran. La verdad es que parece que han perdido la iniciativa y todo cuanto anuncian va unos pasos por detrás de lo que su ‘competencia’ presenta. El desarrollo de esta red de publicidad por parte de Facebook se produce después de Twitter lanzó la suya el mes pasado, tras la adquisición de MoPub.
¿Que opinas de que una de las empresas con mayor cantidad de gente implicada del planeta pueda desaparecer en tan poco tiempo? ¿que crees que está afectando en un mundo tan rápido y cambiante?
Soñadores, habilidades y empleo
Hoy hemos sabido que en España hay menos parados que hace un trimestre. Lo que por desgracia no parece fruto de ninguna política activa pues si así lo fuera, también lo tendría que ser que ahora, también, hay menos gente trabajando. ¿Dónde se han ido unos y otros? Hemos hablado muchas veces de que las cifras y la realidad no concuerdan cuando salen de la boca de un tecnócrata pagado por su partido.
Ayer un miembro de mi equipo me decía que prefería trabajar conmigo en Irlanda porque se había dado cuenta que estaba potenciando alguna de sus habilidades que consideraba más importantes para el futuro. Me aseguró que el tema del paro y de la falta de oportunidad no tiene que ver solo con la situación económica, que tal vez el asunto iba de no haber entendido bien el momento histórico y laboral que tenemos. Me habló de oportunidad, no de problema.
Recordé haber estado leyendo hace pocas semanas acerca de los empleos del futuro, de las habilidades que se exigirán en el futuro inmediato y de cómo los empleos que están dando más oportunidades también relatan nuevos modos de acción y relación. Hablamos de conectar empleos que no existían hace apenas cinco años con habilidades que no eran determinantes tampoco en esos momentos.
A pesar de que las habilidades que más me interesan están fuera de él y detallo al final del post, os quiero mostrar algunos fragmentos del informe ‘future Works skills 2020’ describe algunas de estas habilidades y que muy bien relata Ignasi Alcalde en un resumen publicado recientemente.
La primera es la síntesis objetiva. Cuando estableces un modelo de gestión que no es vertical, que se basa en la flexibilización de la propia compañía y sus posiciones, es evidente que lograr una acción coordinada exige determinar la síntesis de los puntos clave que nos ayuden a crear una visión unificada antes de tomar decisiones.
La segunda es la inteligencia social argumentada en la capacidad de conectar con tu entorno para estimular interacciones tal y como esperamos. Comportarse de manera flexible y adaptativa permite que los que nos rodean permitan la construcción de grupos eficientes y colaborativos.
La tercera es para mí la más importante. El pensamiento adaptativo. Una habilidad que surge de la superación de barreras o rutinas, que innova y crea y que se convierte en algo novedoso, atractivo y fundamentalmente divertido.
La cuarta, según el informe, trata de equiparar entornos culturales y habilidades lingüísticas y saber tratarlos sin problemas. Obviamente no se trata solo de hablar varios idiomas, cosa que es imprescindible hoy en día, sino que en el futuro inmediato lo determinante será combinar edades, culturas, lenguas y contextos en la propia empresa y reproducirlo a escala.
La quinta competencia que marcará el modelo de empresa en breve será la capacidad para el procesamiento de datos. Una especie de derivada computacional de nuestro modo de razonar. Entender los conceptos abstractos y razonarlos para poder traducir su significado y aumentar las funciones para sintetizar la información requerida.
La sexta no es opcional. Se trata de la alfabetización digital extrema. Pero el informe no habla de un entorno epidérmico de los medios digitales sino que asegura que en el futuro los trabajadores deberán tener fluidez en varios formatos para evaluar información de forma crítica y comunicarla a través de diversos canales que ahora mismo más parece vinculados a las cosas que a las pantallas.
La séptima nos indica que el conocimiento de nicho no será competente. Se espera que los trabajadores de nueva generación sean capaces de entender conceptos a través de múltiples disciplinas. Deberán poseer un profundo conocimiento de al menos un área, pero deberán tener la capacidad de conversar en los idiomas de otras materias.
La octava indica que en el futuro inmediato los trabajadores se vincularán de manera virtual a grupos y equipos. Está claro que eso ya es una evidencia, pero hablamos de naturalizarlo en el sentido más físico del término. La batalla moral al respecto va desapareciendo y otorgando valor a las relaciones digitales entre las empresas.
Hay varias más en ese informe pero yo quisiera incorporar tres que me parecen imprescindibles y que tienen que ver más con mi propia experiencia y en lo que yo detecto en el día a día. No me sirven esas competencias anteriores sino son bien mezcladas con modos y actitudes, con maneras de ser.
Una primera que habla de sueños como motor vital en un trabajador. Si no se estimula la necesidad de soñar para trabajar lo datos, las habilidades, las competencias y las obligatoriedades no valen un pimiento. Esto va de subir montañas, de vivirlas con intensidad en la subida, en relajarse un momento al llegar y de bajar a toda prisa para subir otra. La habilidad más importante para mi es la que tendrán aquellos que comprendan que no hay ‘empleo’ o ‘proyecto’ definitivo o para toda la vida, que lo que hay son miles de pasos y sucesos estimulantes, de errores y caídas, pero que lo importante, el ‘skill’ definitivo será saber disfrutar, cambiar y levantarse si toca.
Reclamo el derecho a ser un soñador, a creer que todo es posible. Es demasiado sencillo asumir la derrota y hacerlo sin mover un dedo.
Una segunda que evidencia la necesidad de saber tratar con objetos hiperconectados y entender que en ellos se está reproducieondo la nueva revolución digital y tecnológica, que el nuevo escenario está repleto de datos pero también de cosas conversando.
Esperar que algún proyecto de base tecnológica resuelva problemas o situaciones que tienen que ver con lo cotidiano es muy estimulante. En ocasiones esto es realmente muy relativo y superficial pero pueden esconder grandes expectativas.
Y la tercera trata de conquista emprendedora, de abandono del ‘todo es culpa de otros’. El ‘worker’ del futuro debe tener unas competencia técnicas como las que hemos dicho pero también debe ser alguien que comprenda el momento y el escenario actual, que entienda que esto va de divertirse, de conquistar tu propia existencia, de determinar lo que quieres ser, de buscar tu destino y de que, ya que vas a pasarte la vida haciendo básicamente una cosa llamada ‘trabajar’, que sea exactamente como lo habías soñado.
A veces pienso que el emprendedor tiene una composición molecular peculiar. Se diferencia de otros individuos por ser creativo en mayor o menor medida, disponer de una gran intuición, incluso si fracasa, de un grado de optimismo patológico que puede perfectamente mezclarse con un espíritu crítico y analítico de la realidad, un emprendedor no es un iluso, es un valiente que decide tirarse por un acantilado sin saber, muchas veces, que le espera allí abajo.
El concepto trabajar en la Nueva Economía
La velocidad con la que circulamos por la historia cada vez es mayor. Hace una década no existían las empresas que ahora marcan nuestro día a día de manera irremediable. Compañías que no tan sólo son parte de todo lo que nos afecta sino que además son las más valoradas económicamente en algunos mercados de valores. Hace cinco años no existían tampoco una gran cantidad de ‘oficios’ que ahora son los más demandados. Curioso ver también como esos nuevos modelos laborales se basan en otros procesos profesionales que nada tienen que ver con el pasado.
Yo trabajo muchas horas al día. De hecho me cuesta separar el trabajo de mi propio ocio personal e individual. Cuando no afecta a nadie, mis lecturas, paseos y diversión gira entorno a aprender algo que mejorará mis proyectos, a reflexionar sobre alguna nueva idea o a conversar sobre mis sueños que suelen tener algo que ver con lo digital, lo emprendedor o la vinculación a personas con ese espíritu. Dice un buen amigo mío que ‘si odias los lunes es porque aun no estás haciendo lo que te apasiona’.
Mi familia sabe que me encanta hablar de los elementos que me afectan en mi vida profesional porque tiene que ver con mis instintos, sueños, valores y metas. Mis amigos suelen tener vínculos en mi entorno profesional o, como mínimo, saben de que va. El deporte me enlaza con el sacrificio y la superación y cuando escribo o hablo en público también tiene ese tono que domina mi paisaje mental y emocional. Y no soy adicto al trabajo, soy adicto a soñar, lo cual, os aseguro, es algo muy distinto.
Hace muchos años fui un adicto al trabajo. Dedicaba mi vida a una agencia de compra y venta de acciones, luego a otra de inversiones y también a otra proyectos digitales. Trabajaba mucho obsesionado por los resultados y poco por el recorrido. Terminó el día que descubrí que si quería disfrutar de la vida, atendiendo que me gustaba trabajar, debería de hacerlo en aquello que me permitiera tocar el cielo de vez en cuando con los dedos.
Los sinsabores que he vivido no los recuerdo aunque me enseñaron. No pienso en pasado, aburre. Pienso en cada uno de los millones de segundos que me quedan por conquistar, los centenares de personas que con las que trabajaré en los próximos mil años.
Volver a poner el trabajo en el centro de los valores porque el trabajo de hoy debe ser concebido como experiencia íntima y emocional, como factor de conquista de algo más que dinero o reconocimiento, debe ser abiertamente un propósito de satisfacción moral y del conocimiento. Trabajar para aprender, para innovar socialmente e individualmente.
Existe la concepción de que eso del trabajo es un atraso de la humanidad y por eso buscamos métodos para minimizar su carga. Es cierto que cada vez ‘trabajaremos’ menos según esa manera de describir el trabajo. Vamos a una sociedad donde el elemento laboral deberá ser considerado como algo muy distinto y de calificación diferencial según lo que se logre con ello, pero a la vez cada vez ocuparemos más tiempo en ese crecimiento personal vinculado a ‘estructuras conectadas entre lo laboral y lo personal’. Por poner un ejemplo podemos ver que los profesionales más demandados este año pasado en Linkedin están centrados en profesiones inexistentes hace muy poco como marca el gráfico acompaña el post de hoy.
Trabajar debe recuperar el valor del progreso y la innovación como factor social y personal. El hombre ha progresado por ese esfuerzo en el trabajo, por esas ganas de construir, de creer y de inventar. Arte, cultura y trabajo constituyen los elementos de evolución que el hombre ha precisado históricamente.
No estoy hablando de la cultura del esfuerzo, o el sacrificio, que es otra cosa y que suena más a penitencia y sumisión, a explotación y entierro, no, yo apelo al valor del trabajo como elemento de progreso, no como distorsión de la libertad individual. Yo quiero liderar mi vida, marcar sus fases y establecer mis metas.
Aquí cabe la descripción del concepto intraemprendedor, emprendedor y soñador, y cuesta más incorporar otros que buscan en el trabajo, de manera lícita por supuesto, otras derivadas menos alimenticias. En la Nueva Economía se hace difícil utilizar esos modelos de separación entre lo que es laboral y lo que no. Probablemente la pasión con la que vivas la vida también marcará lo que quieras hacer en lo profesional.
Aquí os dejo los 10 puestos laborales más requeridos en Linkedin actualmente y que hace tan solo cinco años no existían. Esto va muy rápido en los modelos, en los tipos y en las maneras.

No me ayudes, déjame como estoy
La política económica de apoyo al emprendedor, al autónomo o al empresario en España es de detención sin leer los derechos. En España el sol se pone al revés y los que deberían estimular la economía desaniman y los que tienen la obligación de atemperar la estrangulan. Estos que han logrado convertir en fango los sueños de una generación desahuciada a diario merecen un castigo. Los que han humillado a miles de adultos que ahora se arrastran por el comedor de sus padres, ya jubilados, esperando no molestar como mendigos de su pensión, merecen un bofetada con la mano abierta.
Y es que somos herederos de banqueros que siguen riéndose de todos los llantos y toda la mierda que han acumulado en la puerta de sus despachos porque a ellos el ambientador emocional les funciona que ni hecho a medida. Somos responsables de haber elegido a quienes siguen otorgando favores a éstos pero es que ni avisados hubiéramos podido pensar que la inutilidad manifiesta y la incapacidad mental para gobernar podía llegar a ser tan tóxica.
Durante las fechas de recogimiento y turrón indigesto, el gobierno ha aprovechado para subir cuatro impuestos que, sumados, suponen una patada en los ventrículos inferiores de muchos emprendedores y autónomos. Con nocturnidad navideña y la alevosía del que sabe que hace algo malo, estos tipos que llevan media vida amamantados por la plata pública, asumiendo privilegios como derechos y cuya preocupación por el futuro socioeconómico es la misma que la que tiene un cactus, han aumentado un 2% la base mínima de cotización para los autónomos y un 5% de la base máxima, una insultante subida del 22% a los autónomos societarios y con empleados y se pasa a cotizar por todo lo que no deja de ser derivadas del trabajo que no puedes ahorrarte como la comida, el transporte, la guardería y otros. Este delicado decreto ley también ha incluido como elementos cotizables algunos que hasta ahora no se incluían en la base de cotización, como las ayudas de comida, los seguros médicos, los complementos de transporte o los propios planes de pensiones, entre otros.
La medida afecta a los autonomos societarios y a los que tengan contratados al menos a 10 trabajadores. Esto supone el 43% de todos los autónomos de España y no afecta (de momento) a los otros. Pero creo que el volumen de personas a las que nos toca la medida es suficientemente amplio como para suscitar este debate.
Sigo pensando que, o no tienen puta idea de lo que hacen o les da igual lo que suceda. Su periplo vital no ve más allá de 3 o 4 años por lo que no se esfuerzan en mucho más por que tanto emprendedor, en el fondo, es incómodo. Su visión global se limita a las estadísticas y a los sondeos de opinión. Estaría bien que quien hace esos sondeos se pasara por casa de alguno de esos autónomos ahogados por la realidad, quebrados familiarmente a pesar de currar más que un burro y no tener ni para comer. El sondeo se lo iban a dar a más de uno en plena cara.
Todo esto sucede mientras, además, se congela el salario mínimo interprofesional en 645 euros cuando en Irlanda por ejemplo es de 1462. Tengamos en cuenta que una factura emitida por un autónomo tiene un 42% ya del importe que no es del él. Un 21% es IVA y otro 21 es retención. De cada 100 euros facturados, 42 se los lleva el Estado.
Pero no se vayan todavía que aun hay más. El lucimiento no es sólo el que se ha señalado en muchos medios sobre lo que acabo de describir. No es sólo que suban las cuotas, si no que, además, la Agencia Tributaria no va a admitir ningún aplazamiento o fraccionamiento de retenciones ni pagos a cuenta de los modelos 111, 115, 123 y 124. Aseguran que la Agencia Tributaria actuará rechazando por inadmisibilidad todos los aplazamientos que se soliciten, generando desde hoy un recargo del 20%. Es decir, me equivoqué cuando dije que ‘La ley del Emprendedor’ era papel mojado, no, era algo peor, era papel higiénico. Todo cuanto se plantea para estimular la emprendeduría es de suicidio colectivo. Si acaso que nos dejen como estábamos y no nos ayuden más. Haber vivido en varios países permite comparar como se entiende el apoyo a la gestión económica privada, emprendedora o autónoma, como se le dirige o no y como se vende ese estímulo. En Reino Unido no se exige que tributes mientras no tengas beneficios claros o factures más de 40.000 euros. A partir de ahí los tramos son diversos pero está claro que se relaja mucho el peso fiscal al iniciar un proyecto empresarial. Igualito que en España. Bajad los putos impuestos, por Dios, que no hay manera de recuperar una economía a la que se la estrangula en cuanto te despistas. Si no os veis capaces, os ruego nos dejéis en paz, ya vamos tirando nosotros mismos, mejor casi seguid con vuestras meriendas y sin molestar. Que nadie vea en todo esto una crítica al PP, es algo genérico de la peor clase política de la historia de España, incapaz de entender el momento, la problemática y de asumir los criterios para aprovechar la oportunidad que supone esta revolución absoluta. El PSOE también esclavizó a los autónomos cuando pudo. Ahora mismo la administración pública pretende salvaguardar un modelo de Estado que se aguanta a base de recortes, subida de impuestos y realidades disfrazadas en los informativos. Saldremos de esta, a finales de año las cosas pintarán mejor pero no será por la gestión de estos tipos, sino por que el peso de inevitable también juega su propia partida. No nos equivoquemos. El esfuerzo que hacen empresarios, emprendedores, autónomos y trabajadores es titánico, pagando impuestos y teniendo cada vez menos servicios disponibles. Todo para salvar bancos que desahucian personas, para pagar festines de partidos políticos y organizaciones de dudoso criterio, para soportar un tinglado de otra época. Todo eso nos lo vamos a cobrar tarde o temprano. Esto no puede salir gratis. Cuantas medidas se podrían tomar en cuenta y ni se escuchan. Así ha sucedido siempre y costará que deje de pasar por arte de magia. Pero pasará que sin mediar palabra la sociedad se alzará y causará un destrozo considerable, eso es ya casi una apuesta segura. Nada puede mantenerse como sigue, ni por cansancio ni por ineficiencia. Sin embargo, mientras llega ese momento, los que nos jugamos a diario todo cuanto tenemos, seguimos atados de pies y manos a la inservible maquinaria de los hombres de piedra.
Sueños hipersociales
La Psicohistoria aparece en ‘La Fundación‘ de Asimov y estaba basada en la predicción del futuro basándose en la masa humana y a su comportamiento. El futuro es un territorio desconocido y en economía su estudio requiere de formulas muy complejas. Sin embargo, dicen, se puede intuir gracias a la colaboración masiva. Debemos tener en cuenta que la sorpresa y la imprevisión están muy lejos del comportamiento de un grupo condicionado por aspectos individuales.
El estudio del comportamiento de un grupo permite predecir que sucederá de un modo distinto al que efectúa la estadística. Lo que está ocurriendo con la “web social” y la actividad que genera, es más bien la caída del efecto de previsión al que la sociedad nos tiene acostumbrados, puesto que tiene que ver más con el comportamiento de grupo, mucho más complejo y deliberativo que el que surge de cada uno de los individuos que los forman. El ejemplo más didáctico sobre este aspecto lo podemos presenciar en la naturaleza, donde un individuo no interviene salvo cuando la dirección tomada por la manada la incorpora y es luego cuando interfiere en la decisión como parte de ella.
En la Nueva Economía, las empresas deben adaptarse al nuevo mundo de la colaboración masiva. Un Producct manager o un branding research de reconocido prestigio, hoy en día, comparten escenario con creadores de opinión “aficionados” que trastocan, sin poder evitarlo nadie, el resultado final de la marca. Las empresas que obvian la digitalizad universal que les rodea en realidad obvian una red autoorganizada de miles de millones de voces virtuales que fabrican opiniones, comentarios y relaciones entre ellos.
Ahora los individuos intercambian y comparten conocimiento, capacidad y recursos, muchos de ellos libres y gratuitos, para crear un diverso catálogo de bienes y servicios. Está pasando ahora mismo, mientras yo escribo o tú lees, alguien está creando valor de un modo veloz, fluido y, sobretodo, inquietante. Las empresas no pueden abandonarse a la marea esperando ilusamente que ese agente perturbador les afecte hasta el punto de anular su gestión de marca.
La economía relacional establece instrumentos para el mando y el control, pero sobretodo constituye un elemento que derribará los anticuados sistemas jerárquicos que han quedado obsoletos. Las redes flexibles para productores autónomos demostrarán que miles de voluntarios dispersos pueden crear proyectos rápidos, fluidos e innovadores que superan a los de empresas enormes. De hecho está pasando y, por supuesto, los talentos serán colectivos y los consumidores parte de ello.
La nueva generación de consumidores de productos estará en el derecho a introducir modificaciones en ellos como algo coexistente a la propia generación de producto. Esos son los nuevos tiempos, los del “busque, compare y si encuentra algo mejor, dígaselo a su empresa habitual”.
Emprender hoy en día tiene mucho que ver con entender ese nuevo escenario de colaboración, líquido y tremendamente flexible. Si has decidido poner en marcha los resortes de tus propios sueños, si estás pensando en poner en marcha un proyecto, piensa en que de algún modo complejo dependen y se conectan al de miles o millones de personas con el mismo pretexto vital: soñar. No dejes de aprovechar esa oportunidad extraordinaria que te ofrece el tiempo que nos ha tocado vivir.
¿Que somos, leopardos o gacelas?
La diferencia entre un leopardo y una gacela es que el primero puede equivocarse una y otra vez, la segunda no. Por ejemplo, durante siglos la banca se ha equivocado en innumerables ocasiones, pero sin embargo no ha permitido que sus fieles lo hicieran. Unos son gacelas y otros leopardos en esta vida. Durante decenios el sagrado sistema financiero ha permitido sin que le temblara el pulso que miles de personas fueran embargadas por cometer un error en el mejor de los casos. En el peor, por no cometerlo.
¿Y si la relación que muestra la metáfora estuviera cambiando también? Acabo de llegar a USA. Este es un país donde el uso de la moneda de plástico es masivo y donde la deuda se genera para superponerse a un déficit personal anterior. Los ricos a crédito no son exclusivos de América, están por todas partes, especialmente florecieron en la España enladrillada. Muchos de estos individuos que estructuran su vida en base al pago a crédito, para abonar todo su consumo cotidiano en términios que ya se han convertido en un “retainer” a perpetuidad, son “expertos” financieros que consideran estar amortiguando sus gastos gracias al mal llamado “cómodos” plazos. Esos son las gacelas. Poco o nada pueden hacer con su destino. Lo deben.
¿Quienes están pues en condiciones de cometer errores? Los soñadores, los que apuestan a sabiendas que sin arriesgar no se innova. Yo reclamo el valor y derecho a ser un #dreamer y exijo mi derecho a equivocarme cada vez mejor. En definitiva los leopardos de la Nueva Economía deberían ser los emprendedores, especialmente, los que desarrollan proyectos digitales por su especial materia y menor fricción.
En definitiva, un emprendedor es un soñador, alguien que se pregunta todo y que se muestra crítico con aquello que le molesta, estorba o despista, pues se juega el patrimonio, la vida y el futuro. Es muy distinto ver lo que va mal cuando te afecta de verdad a cuando le afecta a otros.
Por eso, cuando se impone el terror al fracaso lo que realmente se logra es asfixiar la vitalidad económica. La gestión del fracaso en España y en Europa en general es contraria al estímulo empresarial. No se valora como factor de aprendizaje sino todo lo contrario, no se entiende que tras un error hay un aprendizaje. Nuestra sociedad está acomplejada, mínima, incapaz de enfrentarse a ese miedo a fracasar, la cantidad de gente que emprende es menor que en otros países y en gran medida está provocado por ese siniestro círculo cerrado. Cuanto menos intentos menos éxitos, cuanto menos éxitos menos innovación, cuanto menos innovación menos competitividad. Es una regla que asusta de lo simple que es y que conduce a la parálisis.
Hay millones de personas que no ven los goles de la vida porque tienen miedo o por mantenerse seguros en la “zona de confort”. Pero oyen el rugido del público e interpretan que ha habido un gol. El modelo social en el que vivimos intenta con todas sus fuerzas a que vivamos de espaldas a lo que sucede y muchos se resignan y se toman su tazón de cloroformo matinal para no sentirse mal. Es gente que en muchas ocasiones saben mucho, leen mucho, escuchan mucho y seguramente conocen tantas cosas que podrían llamarse “sabios”. Se puede ser sabio pero a la vez se puede no estar viviendo.
Ya no sólo es cuestión de cambiar modelos de crecimiento, de impulsar políticas activas, de renovar acciones complementarias, de estimular la emprendeduría, de mejorar las tasas tributarias o de impulsar la exportación y la internacionalización, ni siquiera es tema de tecnología sólo o de entender los tiempos que corren. Lo que realmente toca es un cambio de actitud, un gesto global y entendible, la composición de un sueño colectivo que sea capaz de disolver en la nada tanta pesadumbre y tristeza. Es la hora de los soñadores, de los valientes, de los que ven en cada dificultad una aventura y en cada ruina una lección.
Es la hora de los que saben que no son gacelas, que como los leopardos pueden cometer errores y volverlo a intentar. Si vas a intentarlo y temes equivocarte, no te preocupes, hay muchas opciones de que así sea. Luego te queda el resto de tu vida para poner en práctica todo lo que hayas aprendido.
Bajar impuestos, crear empresas
El Gobierno español encargó hace meses a un grupo de expertos la elaboración de una especie de reforma del sistema fiscal. En febrero sabremos como queda. Obviamente la prioridad es recuperar los ingresos que se han perdido desde el inicio de la llamada ‘crisis’. Por poner un ejemplo del deterioro de ingresos tengamos en cuenta que si en 2007 España recaudó por el cobro de impuestos el 37,1% del PIB, seis años después se quedó en el 33%. La media europea es del 40% por cierto.
Resulta que por mucho que paguemos no se alcanza el valor previsto. Ya lo decía la maldita curva de Laffer con eso de que por mucha presión fiscal al final no consigues recaudar más pues la asfixia lo que genera es la pérdida de capacidad económica en los que debieran poder pagar esos tributos.
Lo de demandar menos impuestos no es un capricho neoliberal o algo parecido. Es una premisa que suele funcionar cuando lo que quieres es estimular el tejido empresarial y emprendedor. La falta de solvencia repercute en no poder ofrecer tarifas más bajas y atacar directamente a los salarios para reducir la fricción. Esa rebaja de salarios al final también afecta a la recaudación indirecta pues el consumo se reduce.
Las pruebas están en la pared. Pese al incremento de presión fiscal a partir de 2007, que ha llevado a elevar los tipos marginales del IRPF hasta el 52% frente al 38% de media en la UE, a mantener el tipo de Sociedades en el 30% frente al 23,2% de media en la UE y a llevar el IVA hasta el 21%, convirtiendo a España en el segundo país europeo que más subidas ha aplicado en menos tiempo, mientras rebajaba todos los activos de sociales en forma de recortes que obligaba a gastar aun más a todos debido a que según que ahora ya no venía dado por los propios impuestos generados.
En ese escenario estamos y con la competencia que una fiscalidad más blanda supone. Portugal se ha decidido a bajar impuestos a las empresas. Con el paso del tiempo, los gobiernos de los países europeos están empezando a admitir que tal vez sea el momento de introducir estímulos en la economía, que comiencen a cambiar las cosas por el lado de la demanda. La primera en poner en marcha esa nueva filosofía será nuestra vecina Portugal. Lo que han hecho es bajar el Impuesto de Sociedades del 25 % al 23%. La voluntad de Lisboa es reducir gradualmente el impuesto de sociedades para que en 2016 ronde el 17%.
Bajar impuestos no es pecado. Es una opción legítima. Incluso diría yo que exonerar algunas fases de la propia constitución de nuevas empresas o de contratación sería muy bien aceptado en el cómputo del algoritmo resultante de la presión fiscal.
España es un país en el que las alzas de impuestos han hecho mucho daño a las empresas y no han permitido crear nuevas con garantías. No hay estímulos tributarios a la Nueva Economía como si adoptan otros países que están protagonizando el cambio de ciclo mucho mejor que nosotros.
Escribí en 2009 que “a medida que entremos en el invierno la pesadumbre y los datos se irán instalando en un gris húmedo y desagradable. Por eso aumentar la presión fiscal es un suicidio. Es que vivimos en un despropósito gigantesco. Por ejemplo, si el gasto discrecional de estímulo se tuviera que reducir en 2010 querrá decir que la presión tributaria sumará como elemento de contracción en la economía y como consecuencia una recaudación aun menor”.
Hablo desde la observación de alguien que paga impuestos en varios países y que tiene claro que darse cuenta tarde de los perjudiciales efectos de políticas de tributación alta generan, pero también de lo beneficioso que es para estimular cambios económicos la reducción de esa presión fiscal. Es preciso y urgente actuar en ese sentido o se agotará la posible herramienta que nos conecta con el futuro. Si seguimos exprimiendo esa naranja no va a dar ni gota en breve, justo ahora que empezábamos a tener claro de que va todo esto.
Dos más dos cinco, menos uno seis
Agotador el tema de las cifras del paro. Si gastasen la misma energía en estimular la economía en lugar de utilizarla para manipular la aritmética, España sería miembro del G8 de pleno derecho. El dato del paro presentado el lunes nos dicen que es puro ‘vrote berde’. Que ahora si. No lo niego, pero lo dudo. Hay que relativizar o nos vamos a sentir muy mal cuando, por mucho que baje el paro, la gente siga teniendo (cada vez más) problemas para cenar cada noche. Si no se crean empresas no se crea empleo y eso, en España, no está pasando por mucho que las cifras de desempleo u ocupación sean las que sean.
El efecto que vivimos ahora es ya sucedió en otros momentos pero con menos virulencia. Tiene que ver con que mucha gente está desempleada pero sin prestación por desempleo. La han agotado o no tienen derecho porque sus empleos son esporádicos. Por lo tanto no se apuntan al paro y salen de las estadísticas del Ministerio del pseudoempleo. Tampoco aparecen muchos de ellos en la EPA, ¿cómo puede ser que estos que se han pasado al lado oscuro de las listas de trabajo no salgan en las de la EPA si la EPA refleja una encuesta de población activa? Resulta que desde hace un par de años, quien no tiene trabajo hace años, desiste y se ‘borra’ de la población activa. Pasa de desempleado a parado conceptualmente. Un desempleado es alguien que busca empleo, el término ‘parado’ es un insulto.
Sin tener en cuenta que el empleo que se está creando es tremendamente precario, ¿donde podemos ver datos fiables sobre quien trabaja y quien no en España? En teoría en el listado de afiliados a la Seguridad Social que no para de bajar. Y no sólo baja de manera brutal, es que además no para de hacerlo. Si la caída ha perdido intensidad es una simple respuesta a que cada vez queda menos masa crítica a la que dar de baja. Cada vez hay menos gente trabajando en España. Así de simple. Muchos ni se plantean trabajar, otros están se conducen en la economía sumergida como pueden, otros se fueron y muchos ni se sabe.
La verdad es que al ministerio no le queda tiempo para saber donde están. Gasta mucha energía en aconsejar como sablear a los pocos que pueden todavía pagar impuestos y en pintar en tonos pastel la mierda de datos macro que le llegan. Datos que son de pura pena. Ahora mismo hay 16,2 millones de afiliados. Hace dos años había 17,2 millones. El PP ha logrado evaporar un millón de afiliados a la seguridad social mientras que el paro descendía.
Pero aquí nadie se libra de liderar el esperpento de la ineficiencia y la desgana. En verano de 2007, cuando empezaba esto que le llaman crisis, había 19 millones y medio de personas afiliadas en la seguridad social española. Son 3,3 millones menos de trabajadores hoy. Supongo que a partir de ahora empezarán a (desconozco como) tocar las fórmulas matemáticas que dicen que dos más dos son cuatro y alcanzaremos la onírica cifra de que dos más dos son cinco pero que si le restas uno te da seis.
Permitidme una reflexión personal. Tengo a todos mis equipos de mis empresas cotizando a la seguridad social con contratos lo mejor que puedo ofrecer. Eliminé del cuadro de contrataciones el de tipo de ‘autónomo dependiente’ porque me parece injusto. Promuevo los contratos indefinidos porque creo que es razonable hacerlo con quien lleva tiempo en tu empresa dándolo todo. La verdadera reforma laboral debería de estimular ese tipo de contrato, no lo contrario como está haciendo ahora mismo visto lo visto. Como empresario no quería una Ley que facilitara el despido, sino que si eso era así, por lo menos que premiara el contrato de calidad.
Son magos o cínicos, al fin y al cabo el noventa por ciento de los asistentes a un congreso ‘ideológico’ de un partido político trabajan o en la administración pública o en el propio partido. Ejércitos engrasados para la tomadura de pelo cotidiana a la que asistimos, a la función siniestra de ver como pasa el tiempo y se pierde la oportunidad histórica de cambiar el modelo de crecimiento, de dar estímulos a la nueva economía, a generar empleo con políticas activas que reduzcan la presión fiscal y con cualquiera de estas cuarenta propuestas que varios emprendedores hemos listado. La mejor manera de crear empleo es creando empresas. Siempre fue así.
PARA CREAR EMPLEO HAY QUE CREAR EMPRESAS
1. Hacer de España un polo tecnológico: situar el tipo del impuesto de sociedades en un 10% para empresas tecnológicas que nazcan o vengan a nuestro país. En Irlanda, el tipo impositivo al 12,5% supuso una llegada importante de nuevas compañías y sedes corporativas de entidades en expansión hacia Europa: Google, Microsoft, Intel o eBay son algunas de las que han aterrizado en suelo irlandés. Recientemente, LinkedIn, Facebook y Zynga han decidido llevar su sede corporativa europea a Irlanda. España puede posicionarse como un hub tecnológico para las empresas de países emergentes que están llegando a Europa (Baidu, Alibaba, Tencent). Además, podemos ser sede corporativa para las firmas europeas que se expanden haca América Latina (Spotify, Ventee Privée, etcétera).
2. Creación del Chief Innovation Officer con rango de secretario de Estado y comunicación directa con Presidencia del Gobierno. Esta figura existe en otros países como Reino Unido, Estados Unidos, Canadá o Israel.
3. Buscar activamente las mejoras que permiten mejorar en las comparativas internacionales (Informe Doing Business del Banco Mundial, principalmente). En el último año España ha mejorado su posición en el informe del puesto 45 al 44. Sin embargo, ocupa el 133 en el apartado Starting a Business, lo que puede ser un freno para la llegada de emprendedores a nuestro país. Puede establecerse como meta gubernamental la mejora en 50 puestos en este apartado para los próximos tres años (el último año hubo una mejora de 15 posiciones). Y se puede pensar como objetivo a medio plazo la entrada en el top 10 de este ránking.
4. Potenciar la marca España como imagen de creación, innovación y emprendimiento. Fortalecer la imagen externa e interna de los emprendedores. Realizar campañas de publicidad que muestren este cambio en el posicionamiento de España. Mejorar la imagen del emprendedor en los medios de comunicación: fomentar la creación de un programa televisivo donde se valore su figura y se den oportunidades reales de financiación.
5. Considerar Internet como la palanca de crecimiento de la economía y cejar en los ataques. La Ley Sinde agiliza los procedimientos para cerrar páginas web. Por su parte, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) actúa como juez y parte porque se financia con las multas que ella misma impone (más del doble que todas las demás agencias europeas semejantes juntas).
6. Fijar el mínimo de la cotización de la Seguridad Social de autónomos en 20 euros. En el Reino Unido el mínimo es de 10 libras al mes, que equivale a 12 euros. En España es de más de 200 euros mensuales, lo que supone una barrera a la entrada y un coste fijo no necesario para los emprendedores y autónomos. Bajando el importe mínimo se fomenta el desarrollo de un ecosistema de proveedores autónomos que puedan prestar sus servicios a las start up.
7. Devolución mensual del IVA a las start up. Una empresa recién nacida, con apenas recursos y sin clientes, tiene que dedicar el 18% de su escaso capital a financiar al Estado adelantando este pago que, con suerte, se devuelve un año después.
8. Facilitar la creación de planes de opciones con una tributación más favorable para el trabajador, que permita atraer el talento. Con nuestra legislación, un inversor paga el 21% de su plusvalía en un negocio, pero el empleado que gana dinero con un plan de opciones tiene que pagar el 47% de su beneficio.
9. Permitir que se detine en la Declaración de la Renta un porcentaje a emprendimiento. Crear una nueva casilla del 0,7% ayudaría a financiar las medidas planteadas y a promover un gran proyecto de emprendimiento público-privado.
10. Favorecer la fiscalidad de la financiación de business angels. Que se tribute como inversor personal en start up igual que los fondos de inversión, pudiendo descontar las inversiones fallidas de las plusvalías en las desinversiones con éxito, y una exención del pago de plusvalías cuando los beneficios de una venta se reinviertan en menos de doce meses en otras start up.
11. Establecer un tope en la indemnización por despido. Fijar un número máximo de meses. Se puede establecer un número de días por año trabajado hasta los dos años y un tope de un número de meses de indemnización.
12. Considerar la previa contratación de desempleados cuando se valoren los costes del despido. En relación con la medida anterior, se puede bonificar a los emprendedores que hayan contratado a personas en paro.
13. Facilitar los trámites de contratación de talento extranjero. Start Up Chile se ha propuesto la entrada de 1.000 emprendedores desde 2010 hasta 2014. Tras una selección de los proyectos, se les facilita un visado de un año para trabajar y reciben una subvención de 40.000 dólares. El coste total del proyecto es de 40 millones de dólares en cuatro años. Start Up Spain podría llevar a cabo un plan similar, con 50 millones de euros de presupuesto. Se podrían atraer 500 start up con subvenciones de 100.000 euros por proyecto. Se podría anular la fiscalidad de estas empresas durante los dos primeros años desde su creación, así como dar facilidades para que estos emprendedores obtengan sus correspondientes visados.
14. Mayor agilidad en la concesión de licencias para la apertura de locales. Una tramitación más sencilla, que agilice su concesión eliminaría la inseguridad jurídica que se genera con retrasos que pueden ser superiores a los quince meses.
15. Evitar la duplicación de esfuerzos entre las comunidades autónomas. Resulta imprescindible coordinar las acciones de modo unificado, de manera que no se dupliquen los recursos destinados a la generación y atracción de start up. En este sentido, la creación de una agencia al estilo de Start Up Chilefacilitaría la reducción de esfuerzos.
16. Potenciar una auténtica responsabilidad limitada de las sociedades. Las sociedades de responsabilidad limitada en España no existen salvo por el nombre. Hoy fracasar es el fin de la carrera profesional. Si va mal un negocio, no se puede montar otro. Las deudas con la Seguridad Social van contra todos los ingresos presentes y futuros.
17. Eliminar los requisitos de antigüedad a los proveedores de las administraciones públicas. Permitir que las administraciones puedan tener como proveedores a empresas de reciente creación, de modo que se sólo se tenga en cuenta la competitividad del producto.
18. Fijar como práctica de buen gobierno corporativo las compras a empresas nuevas (el 2% puede ser el umbral). Mostrar esta información como parte del Informe sobre Responsabilidad Social Corporativapodría incentivar a las compañías a llevar a cabo esta política de compras. Las del Ibex 35 podrían incluirla en sus informes anuales.
19. Permitir que los socios de una compañía sean autónomos con el 1% del capital de la entidad, en lugar del 25% actual. Hacer posible que la relación entre socios se regule libremente, como un contrato comercial, en lugar de mediante un contrato de empleo.
20. Promover la continuidad de la gestión de las nuevas empresas antes de su venta, para erradicar la cultura del pelotazo.
21. Potenciar la llegada de venture capital a nuestro país y también dentro de él. Los datos en torno a esta realidad son claros: el volumen de venture capital per cápita en nuestro país es inferior a un dólar. En Israel es 142 dólares; en Estados Unidos, de 70 dólares; en Suecia, de 45 dólares; y en Noruega, de 42 dólares. Para lograrlo, se podría potenciar el programa Invierte Economía Sostenible en el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), tomando como modelos los programas Yozma de Israel.
22. Fortalecer la seguridad jurídica ante los impagos. España ocupa la posición número 54 en relación a la facilidad para hacer cumplir los contratos. Como media, se dedican 515 días a resolver estas cuestiones, con 39 procesos distintos. Mejorar estas circunstancias implica reducir el riesgo que supone la actividad empresarial y, por tanto, emprendedora.
23. Facilitar la salida a bolsa de start up tecnológicas. La Administración Obama ha anunciado recientemente la limitación de los costes inherentes a la salida a bolsa de una compañía. La mayor parte del empleo de las empresas cotizadas se crea tras su entrada en este mercado.
24. Acercamiento de la universidad al mercado laboral. Una buena idea es el fomento de prácticas en empresas durante las vacaciones de verano en los estudios universitarios. Además, resulta necesaria la formación del profesorado en emprendimiento. También lo sería la combinación de pedagogía y contenido, mediante interacciones con emprendedores locales.
25. Emprender, también dentro de la empresa, es la base de la innovación. Es un buen lugar de pruebas para la innovación. Su fomento facilita la generación de potencial emprendedor y la difusión de una cultura en la que no se castiguen los errores. Los equipos multidisciplinares y los procesos de información transversales facilitan el desarrollo de emprendedores internos.
26. Desregular: por cada norma nueva, eliminar dos. Los emprendedores no quieren subvenciones ni oficinas gratis, saben que muchas veces son una pérdida de tiempo. Quieren que les dejen trabajar. No necesitan que la Administración haga más cosas, sino menos. Que se quite de en medio y no ahogue con impuestos a start up que acaban de echarse a andar y ni siquiera facturan aún.
27. Asociar fondos públicos y privados que acerquen la gestión del capital a los emprendedores. El plan Start Up America, que combina la participación público-privada, ha elevado recientemente el umbral que para la simplificación de trámites de recepción de inversiones desde los 5 millones de dólares hasta los 50 millones, manteniendo la protección del inversor.
28. El emprendimiento es la única vía para salir de la crisis y el paro. Desde 1977 hasta 2005 en Estados las empresas con más de 12 meses de actividad sólo crearon empleo neto en siete años, mientras que las de nueva creación generaron tres millones netos de puestos de trabajo anuales.
29. España cuenta con tres de las mejores escuelas de negocios del mundo, lo que supone la llegada de mucho talento extranjero al país. De acuerdo con el ranking Financial Times 2011, el IESE es la primera escuela del mundo en programas abiertos de executive education, Esade es la quinta en formación a medida y el IE es la segunda escuela en másteres de finanzas (sin experiencia previa). Tanto IE como IESE están en el top 10 del Global MBA.
30. Necesidad de cambio de modelo de crecimiento económico. El basado en el sector inmobiliario está agotado. La competencia en el sector turístico cada vez es más importante. El emprendimiento se sitúa como una actividad sobre la que construir el nuevo modelo económico, para generar empleo y buscar nuevas alternativas.
31. Oportunidad: precio del suelo, oficinas vacías. En la actualidad, un exceso de inmuebles desocupados, unido a la caída en el precio inmobiliario, puede suponer una ayuda para el establecimiento de nuevas compañías en nuestro país. Según un estudio de BNP Paribas Real Estate, Valencia es la ciudad europea con más locales comerciales desocupados, Barcelona está en la novena posición y Madrid se sitúa en la undécima.
32. España tiene un vínculo grande con Latinoamérica que amplía las posibilidades del mercado. El vínculo cultural y lingüístico también es económico. Desde la década de 1990, grandes instituciones financieras y no financieras han llevado esta relación económica a cifras récord: el Santander obtiene el 44% de su beneficio en Latinoamérica, Telefónica algo más del 46%.
33. Aprovechar el tamaño de nuestro país para atraer emprendedores de otros países de Europa con mercados más pequeños. España es el quinto país más poblado de Europa, con más de 46 millones de habitantes. Es el segundo más extenso, por detrás de Francia, con 505.000 kilómetros cuadrados.
34. Hay una gran oportunidad para emprendedores extranjeros por el desfase español en innovación.Muchos proyectos e ideas nacen o llegan con años de antelación a Estados Unidos, Reino Unido o Alemania. Ejemplos como el márketing de afiliación, las herramientas de eCRM o la publicidad en Internet por vídeo demuestran que España es un buen mercado en el que importar ideas exitosas de otros lugares.
35. Mejorar la percepción del emprendedor en la sociedad. Un 48% de los ciudadanos tiene una imagen favorable de los emprendedores. En cambio, sólo el 38% de los jóvenes cree que la sociedad tiene una imagen favorable de aquellos. Las empresas tienen mala imagen, que nos lleva a hablar de emprendedores en lugar de empresarios.
36. Potenciar la cultura del esfuerzo. Se observa una tendencia en nuestra sociedad hacia la recuperación de la cultura del esfuerzo. El eslogan más popular, establecido por el presidente de Mercadona, Juan Roig, habla de pasar de la cultura del maná a la del esfuerzo. Otros empresarios han expresado esta misma idea de formas distintas.
37. La difusión del emprendimiento en los medios de comunicación. En España, un 41% de la población cree que los medios de comunicación difunden noticias de manera frecuente sobre emprendimiento exitoso. Tan solo superamos en esta categoría a Vanuatu (Pacífico Sur), Grecia e Italia, ocupando el puesto 55 de las 58 economías sobre las que hay información disponible.
38. Educación en innovación desde la enseñanza Primaria. Potenciar las aulas digitales e incluir asignaturas ligadas a la innovación en los planes de estudio. El cien por cien de los expertos consultados coincide en afirmar que la enseñanza Primaria y Secundaria no fomentan actitudes emprendedoras, y sólo el 14% cree que la universidad proporciona una adecuada formación para la iniciativa emprendedora.
39. La aversión al riesgo en nuestro país es un lastre para el emprendimiento. Sólo el 19% de los jóvenes españoles considera que la formación que han recibido les lleva a interesarse por asumir riesgos. Apenas un 12% se considera una persona que toma riesgos. Sólo el 25% de los jóvenes se ve en el futuro dirigiendo su propio negocio, son más los que se ven trabajando para una compañía.
40. El miedo al fracaso paraliza el emprendimiento. En España, sólo 3 de cada 10 jóvenes dicen no tener miedo a ser rechazados por sus opiniones. Sólo 2,5 de cada 10 son optimistas respecto al futuro. El miedo al fracaso es el principal obstáculo de la iniciativa emprendedora para un 66% de los jóvenes.
Burbuja digital o Nueva Economía
Como inversor e impulsor de proyectos tecnológicos conozco el gusto amargo de la falta de facturación inicial y el flujo de caja negativo. Reconozco el valor de una hoja de ruta y un plan de gestión flexibles por la enorme cantidad de imprevistos ‘previstos‘ que surgen en ese camino. Aunque no siempre, considero que el éxito radica en entender que, en la Nueva Economía, hay un espacio llamado ‘death valley’ y que tiene mucho de confianza pero también de valentía. Es duro pero endurece la epidermis de quienes viven ese tránsito durante meses, tal vez años, hasta alcanzar las primeras cifras positivas.
Esta es una de las características de la llamada “digitoburbuja” actual. Una teoría que nombra como burbuja económica a todo aquello que tiene que ver con startups, salidas a bolsa de redes sociales y derivados. Por ejemplo, se dice que Pinterest no tiene modelo de negocio claro, que Twitter no es rentable o que Facebook está lejos de ser un gran negocio. Decir eso quiere decir que se está analizando el asunto desde la perspectiva contraria a la que exige la Nueva Economía y el momento actual donde las cosas no son como creemos que son. Que los modelos de negocio digitales también fracasan es evidente. Hay muchos que así lo han vivido y muchos que lo vivirán. Salidas a bolsa desastrosas o rondas de financiación caóticas serán parte de la literatura utilizada por los que critiquen esta modalidad económica, sus sectores y sus modos de relación.
Facebook maneja datos de más de mil millones de personas, sus gustos, condiciones, relaciones y ocupaciones. Twitter es capaz de ofrecer información a tiempo real y, en breve, a conceder predicciones inverosímiles que los modelos ‘big data’ están atrapando. Gestores digitalizados de posicionamiento aplicados a compañías aéreas se basan en gestores de color o impresiones como las que entregan Pinterest o Tumblr establecen valores de empresa que hasta ahora no se contemplaban. Trescientos millones de usuarios en aplicaciones móviles como Whatsapp conceden expectativas muy distintas a todo ese universo de esa llamada ‘burbuja’.
Me cuesta ver como algo etéreo e inconsistente un volumen tan grande de afectados. Miles de millones de personas activando y desactivando procesos que, independientemente del rango y cálculo en el que se ubiquen sus cuentas de resultados, está claro que rigen y condicionan el presente y asignarán las bases del futuro. Seguramente, en cinco años se hablará de Facebook como se hace ahora de la Yahoo de hace una década, de Twitter de cómo se hablaba de Myspace y así con muchas otras. Esa es la esencia y esa es la maravillosa realidad. Nadie está en manos del monopolio de los usuarios aunque lo parezca, sin embargo el valor de todas ellas está en la inmensa gestión que hacen y podrán seguir haciendo aunque varíen sus modelos de negocio y experiencia de uso, de toda esa montaña de conocimiento adquirido a tiempo real.
Las opciones son dos: que la ‘digitoburbuja’ explote y nos muestre que valorar las empresas y cotizarlas por expectativas de facturación es un error, que otorgar valoraciones mil millonarias cuando apenas tienen ingresos (Tumblr fue comprada por más de mil millones cuando solo facturaba trece) conduce irremediablemente a la quiebra para enriquecer a especuladores atentos.
La otra opción. ¿Y si no explota? ¿qué aprenderíamos entonces? Tal vez, que todo ha cambiado y mucho. Que el balance no se mide como si estas empresas fueran una cadena de venta de electrodomésticos o una petrolera, ni tan siquiera como un medio de comunicación o un gestor de contenidos. Tal vez nos demos cuenta que en plena nueva era, en los albores de un cambio de sistema inédito, estas no dejan de ser otra muestra del nuevo escenario. Un lugar donde lo que se piensa tiene valor y lo que se hace deriva de ello, un espacio comercial donde se maneja información combinada y no sólo emitida, un cuadrante social donde se gestiona el coste de la interpretación colectiva de las ventas que la contabilidad resultante.
Vamos irremediablemente a la programación colectiva, a la utilización compartida de productos que fabrican otros, al desarrollo en beta constante de una plataforma sin límites ni fronteras que no podrá venderse de unos a otros, que no será capaz de saber donde empieza Facebook o donde termina Twitter, vamos a un sistema operativo global que mutará de estas (hoy llamadas) compañías. Pero también vamos a las impresionantes cadenas del longtail, de la economía low cost y a la diversión monetizada.
Line, la competencia de Whatsapp detectó que el negocio no estaba en cobrar cuotas, en generar dividendos por usuario o aportar un modelo de negocio tradicional. El asunto se trataba de buscar como piensa la gente en pleno siglo XXI y en que creen estar dispuestos a poner su minidinero. Resultó ser tan simple que asusta.
Line gana 10 millones de dólares al mes vendiendo stickers. Naver, la compañía surcoreana propietaria de la aplicación de mensajería instantánea ingresa 10 millones de dólares por la venta de stickers (las pegatinas con dibujos de pago que los usuarios pueden adquirir). Utilizar una serie de estos dibujos es gratis, pero existen ediciones “limitadas” o “Premium” que los usuarios pueden obtener pagando diversas cantidades, que rondan los dos euros. Es decir, la función básica del producto, comunicar entre personas, es gratis, pero hacerlo con ‘addons’ es de pago.
Cuando whatsapp dijo que cobraría un dólar al año por el uso de su aplicación casi hay manifestaciones en medio mundo, pero cuando se trata de pagar por un aditivo inservible se acepta. Ojo a lo que llamamos digitoburbuja porque seguramente hasta eso es factible de convivir con la realidad de la Nueva Economía.
Innovación y leyes de juguete
Llegados a la aceptación de que todo esto ha sufrido una mutación extremadamente rápida, debemos preguntarnos si estamos en condiciones de adaptarnos a esos cambios continuos y tremendos que vivimos como sociedad, como colectivo económicamente entrelazado y como multitud digital distribuida. Aceptado que no vivimos un tiempo de cambios sino un cambio de época veamos si los condicionantes necesarios para dar el salto y modificar nuestro modelo de crecimiento están preparados o, como mínimo, adaptándose.
Adaptarse no es fabricar una ley de juguete que interpreta como esencial impulsar la voluntad emprendedora de una población esquilmada, agotada y cuya faena diaria resulta ser mendigar para alimentarse de las sobras familiares o de los comedores sociales. Una ley de emprendedores no es eso que han escupido en la cara de los españoles un grupo de tecnócratas que no emprendieron nada en la vida y que ‘una declaración de IVAs’ les suena a chino mandarín. Leyendo a gente que respeto y admiro mucho veo que no soy el único que lo considera así.
Una ley como la que nos han plantado pretende convertir en diez minutos un país que vivía de amontonar ladrillos ineficientemente uno encima de otro, a un próspero modelo económico postmoderno de aplicaciones biotecnológicas. Es tan absurdo que parece cómico. España es lo que es y atender a su realidad para fabricar una nueva parece lo más obvio. Por ejemplo, no podemos renunciar a una estructura turística que sedimenta el patrón de crecimiento en un porcentaje altísimo. Sin una ley del emprendedor que apueste por elementos que estimulen la innovación y faciliten la creación de empresas mal iremos.
Existen países que están entrando (que no saliendo de la crisis) en un nuevo escenario. Países que apostaron por la emprendeduría y por la innovación por partes iguales pero que no se olvidaron que la economía moderna depende de las grandes empresas y de que estas se sientan cómodas para invertir en un territorio determinado. Tecnología, innovación y conocimiento no se integran en sectores asociados como la industria o el turismo por arte de magia. Hay que empujarlos y darles facilidad.
La innovación no nos dará el paso a este nuevo escenario por si misma pero sin ella será imposible salir de modo efectivo y completo. Por eso es imprescindible que los motores económicos preexistentes asuman su condición e innoven en lo fundamental. Si no se les anima, en momentos de escasez, pocos lo harán y estaremos perdiendo la gran oportunidad de modernizar y posicionar este país en la vanguardia económica que nos venden.
Hay sectores, como el inmobiliario o el de la construcción que pueden darse por muertos. Como en este país el objeto patrimonial inmobiliario se fundamenta en el valor especulativo del objeto y este no volverá a ser rentable en esos términos en décadas, no hay innovación posible que el mercado acoja. Recordemos que ningún experimento innovador es innovación si el mercado no lo acepta y, en el sector del ladrillo, la innovación no será aceptada por el mercado en mucho tiempo por el agotamiento y el sobrepeso de todo el asunto.
De todos modos España es un país no muy grande en términos económicos. Para nada es la octava potencia del mundo ni tan siquiera es una de las veinte primeras economías del planeta. Es imposible que con apenas 3.000 empresas grandes de una estructura empresarial que ronda los 3 millones de empresas podamos generar modelos de alto crecimiento. Mientras que el 97% de las empresas de este país tienen menos de 10 empleados en Europa esos ratios no llegan al 70%. Cuesta mucho y es duro contratar. Esa era la primera de las acciones que esa ley debía haber tratado.
Por otro lado la base tecnológica en nuestro país no alcanza el 0,9% del Producto Interior Bruto por lo que poco o nada vamos a aportar a ese cambio de modelo que tanto se nos pide. La garantía del cambio que debe sacarnos de una ‘denominada’ larga y dura crisis no está en la productividad o en el nuevo modelo que viene, ya que ni una cosa ni la otra están en condiciones de convalidarse con Europa.
El asunto se complica si atendemos que en España hay más de seis millones de parados reales y sin adelgazar esa cifra difícilmente vamos a impulsar ningún modelo innovador puesto que la economía está seca y su nueva y nueva productividad se debe al cociente de menos producción con ‘muchísima’ menos masa salarial. La insolvencia manifiesta de todas las estructuras es evidente y eso aleja la innovación puesto que sin ocupación no hay salida de emergencia. Ha llegado el momento de sacrificar planteamientos y dogmas, de informar y de asegurar que para aceptar que nuestro entorno económico ha cambiado, todos deberemos de cambiar también. Apoyar a las grandes empresas como estímulo, estimulando su instalación en entornos fiscales y laborales atractivos y permitiendo que los nuevos empresarios (emprendedores ahora) nos podamos beneficiar de una ley de emprendedores de verdad.
La mejor ley de emprendedores que conozco es la que no existe. Visto lo visto, donde no hay leyes de emprendedores hay más potencia económica y mayor peso emprendedor. Cada vez que un político quiere montar algo para facilitarme la vida, tiemblo.
Que el mundo ha cambiado es una evidencia y que España no se había enterado es otra. No entraremos en el curso de la modernidad sin aceptar exactamente donde estamos y una vez aceptado atender a nuestras miserias de país de segunda en materia emprendedora y empresarial. Hasta que eso no se acepte no afrontaremos, todos, la verdadera esencia del problema: no se puede innovar en un campo yermo. Cuesta un huevo.
Hay que regar y alimentar a los que riegan. Primero debemos recuperar el empleo en sectores y modelos conocidos y poco a poco ir introduciendo elementos ejecutivos que impulsen los cambios previstos. No modernizaremos nuestra economía por ciencia infusa ni tampoco sucederá si medio país está parado o depende de la administración pública. Tampoco podremos atender a demasiada modernidad productiva si el sector financiero sigue falseando su situación y negando que no podemos contar demasiado con él puesto que está en una situación de “sálvese quien pueda”.
Lo dicho, si no les importa, no me vuelvan a ilusionar con leyes de puro celofán.
Ministros y emprendedores
A principios del años 2010 un viejo amigo me dijo que había empezado a ministrear. No supe a que se refería y me comentó que era la acción de trabajar ineficientemente para que, si nada cambia, tu ombligo siempre esté a salvo. El verbo ministrear es como conservar. Me dijo que eso que hacía yo, emprender, era algo muy arriesgado y que un día me daría cuenta de que tanto esfuerzo no conduce a nada. Me preocupó que, tras la broma, se encontraba una filosofía social de vida.
Hay gente que no ve necesario ese esfuerzo. El acomodo a un modelo de vida determinado es suficiente razón como para arriesgar demasiado. El problema es que todo es percepción no realidad. Es una visualización de un espejismo que equipara servicios con derechos. Es un modelo existencial en lo económico que ha hecho creer a muchas familias que algunos de sus privilegios son derechos adquiridos, en lugar de pagos a cuenta de un Estado que no siempre podrá afrontar esos modelos. El tema está en que mientras eso funciona, todos felices y la sociedad cada vez es menos capaz de afrontar las dificultades. Cuanto menos capaz sea mejor para los que no quieren perder su estatus de autoridad competente.
Estoy convencido que la política ve a sus administrados como estatuas de sal. Por ejemplo, en un momento determinado, durante una rueda de prensa una ministra de empleo española llegó a decir que la cifra de paro estaba en línea con las previsiones del Ejecutivo, que el incremento del paro se había producido “a ritmos inferiores al año anterior“.
Seis millones de parados y aumentando y eso era aceptable. Sin que se le cayera la cara de vergüenza aseguró que en ese mes, del año anterior, el desempleo subió menos que este. Si tuviera dignidad debería asumir su brutal y absoluto fracaso y su total inutilidad. Sin embargo la mujer no tenía culpa de nada salvo de no entender el momento que vive, de pertenecer a un colectivo de humanos que ministrean y que tampoco han leído la época que les tocó vivir.
Que empiece la función
En el 2008 publiqué un artículo en el que hacía un análisis sobre la distancia existente entre lo que consideramos ‘economía real‘ y lo que se entiende por ‘realidad económica‘. Lo que me importa de aquel post no es tanto el modelo predictivo o la deducción sobre lo que podía venir y que nadie parecía escuchar. Me interesa un párrafo que determina mi manera de entender la economía y que entronca claramente con el valor que le debemos dar a todo cuanto nos rodea. Hacía referencia a un libro del Tim Harford a quien tuve el gusto de conocer hace algunos años. Sus libros sobre el ‘economista camuflado’ que representamos todos de algún modo, son muy interesantes para comprender el grado de afectación sobre nuestros bolsillos de cosas muy cotidianas.
Tim Harford decía que “la economía está en todas partes y en todas las cosas. La economía es el motor de cambio social más importante del que dispone la humanidad“. Nada mueve con mayor virulencia los sistemas. Por ejemplo: en los años 70 el fútbol británico discriminaba claramente a los jugadores negros. Eran menos y cobraban poco. Pero los clubes que disponían de plantillas con jugadores negros gastaban menos y sus resultados eran similares en muchos casos. Esta simple regla económica, es preferible reducir costos siempre que se mantengan resultados, se convirtió en el mayor elemento de cambio social en materia de discriminación racial de cuantas se dispusieron en Inglaterra. Ninguna normativa o ley ayudó tanto a acabar con la discriminación como ese hecho deportivo y económico.
Para poder enfrentarnos al día a día como emprendedor lo mejor es apartarse un poco de este panorama. Sabemos que emprender en Europa y en España especialmente es difícil, que es cosa de locos, pero también es obligatorio alejarse de la realidad durante ese proceso. Si bien se debe atender a las dificultades, los sueños deben buscarse independientemente de la basura que tengamos alrededor. No obstante, una cosa es obviar la realidad y pelearse con el escenario que nos ha tocado vivir y otra es negarla técnicamente. Lo malo está y cabe denunciarlo, atenderlo y de modo estratégico utilizarlo.
Cada uno elige donde se tira al vacio. Unos acantilados son más hermosos que otros. En mi caso elijo un precipicio digital. El escenario que elijo para ello siempre es el que se engloba en la Nueva Economía. Una Nueva Economía basada en conceptos como la Economía Digital, los negocios sin ingresos, el consumo relacional, las energías sustitutivas, los patrones financieros del futuro, los nuevos espacios de inversión, los productos mejor capacitados según que países, la gestión económica en red y en lo social, la emprendeduría colectiva y cooperativa, la vinculación entre universidad y empresa, la respuesta a coste bajo de problemas reales, la creación de productos tecnológicos que solucionen cosas y en definitiva en ese tipo de mecanismo empresarial que los emprendedores son capaces de inventarse en cualquier momento, justo cuando las cosas pintan peor.
Recuerden que nos gobiernan un grupo importante de señores que jamás pagaron una nómina a nadie, que no apostaron su patrimonio en ningún proyecto y que, en el peor de los casos, el mayor riesgo que corren en su periplo político es la indigestión por mariscos. Recordemos que eso no es exclusivo de uno u otro partido, que eso es un asunto de clase. Que la mayoría de los que dirigen nuestro destino pertenecen a una estirpe de trabajadores de partido, de gestores de visa a cuenta de otros, de la comodidad del sillón de alcántara y del coche oficial. Los unos y los otros nos dieron estos lodos. Da igual, es algo genérico y universal.
Esto depende de que la economía se ajuste al modelo que viene, que se ‘recupere‘ como dicen algunos. Va de que se establezcan modelos nuevos de crecimiento y los aceptemos. Va de que las leyes aporten algo y no que sirvan para alargar el sufrimiento. Va de buenos gestores y de buenas medidas. Va de vivir el crecimiento y de sentir que los tiempos buenos hay que construirlos. Va de eso. Pero también va de que decidamos avanzar independientemente de que alguien ponga en funcionamiento la cisterna que arranca el mundo. Va de que nosotros no debemos esperar. No tenemos tiempo. Siempre lo pensé, pero ahora es evidente que la vida que tengo es la que busco. Esforzarse en que tú vida sea lo que buscas y que buscar sea tu vida. Que en la búsqueda te sientas vivo y la vida sea siempre búsqueda. Encontrar, visto lo visto, es secundario. El trayecto es más interesante.
Rescate bancario y emprendedores
La semana pasada se cerró el período de rescate de la banca española. Algo así como lo del Prestige. Se lía parda y nadie paga. Bueno si, pagan los de siempre. En Galicia los que se quedaron sin trabajo o los que tienen el corazón en un puño pensando que en cualquier momento el vientre de ese trozo de chatarra engullido por el mar vomite más hilitos de plastilina. Algo así debieron pensar los titulares de preferentes cuando leyeron que la banca española ya está saneada.
Escuchar que ya tenemos un sistema financiero capaz de enfrentarse a los tiempos que vienen es de vergüenza ajena. Lo dicen mientras un ‘banco malo’ se atraganta de basura invendible o descuartiza los sueños de millones de personas. Ahora vuelve a ser aquella banca de ‘champions league’ pues de nuevo es un sistema financiero robusto y capaz de dar respuesta a las necesidades del Estado. Están a un paso de patrocinar alguna marca de cloroformo. La suerte que tenemos es que Zapatero no anuncia volver de momento, por lo que nos queda tiempo.
Frases que pasarán a la historia dichas por algún tecnócrata socializado y domesticado por las barra libre: “España es un ejemplo vivo de que los programas de ajuste de la UE-FMI tienen éxito si hay un auténtico compromiso con las reformas”. Pues ya está, todos tranquilos. Aquí paz y después gloria.
Sin embargo esto no es exacto. Que el rescate se puede dar por finalizado es cierto. Que es una buena noticia, también. Obviamente que te digan que ya no necesitas flotador es que debes saber nadar. El problema viene a costa de que has logrado mantenerte en la superficie. La diferencia entre Irlanda y España es notable en este caso. El hecho de que Irlanda haya renunciado también a pedir una línea de crédito preventiva al final de su rescate es una buena noticia porque muestra que Dublín tiene “capacidad de acceso al mercado”. Otra cosa es que eso sea factible para el resto que haga lo mismo. Esto no va de generalidades sino de asuntos particulares. Vivo en Dublín y aquí nadie enarbola pancartas publicitarias sobre su banca, todos saben que la cosa sigue siendo un barrizal. Pero veamos que quiere decir que ‘el rescate’ ha sido un éxito y que ya estamos en condiciones de pedir la Copa Davis bancaria.
La deuda publica y privada de España está en el 323% del PIB y sigue creciendo al contrario de lo indicado. El nivel de endeudamiento podría ser insostenible y, si bien es cierto que la mejora genérica de la economía se producirá a finales del año que viene, esta será tremendamente injusta y desequilibrada. Los que tengan tendrán más y los que van perdiendo se quedarán sin nada. La clase media sigue camino de la extinción y eso si es grave. Sino se acepta la realidad sufriremos mucho. Es preciso no lanzar mensajes que, en lugar de animar por el positivismo que reflejan, arruinan la razón y te hacen pensar que nada de lo que te cuentan es real. Tengo la impresión que se está pagando deuda con deuda y visto lo visto y quien nos dirige, eso tiene muy mala pinta.
Sin embargo no podemos negar la evidencia. Es verdad que el sistema financiero se ha saneado. Eso es bueno pues el sistema financiero es imprescindible. El problema es que ha sido puesto a punto a costa de varias cosas negativas.
La primera es que se ha creado un oligopolio bancario. Más de la mitad de la masa financiera y del negocio bancario se concentra en tres entidades gigantescas. Eso en la Europa o en la China popular es una evidencia de ‘concentración de poder’.
La segunda es que ha sido a costa de que haya menos crédito. El Banco de España ha publicado que este año hay un siete por ciento menos de crédito que el año pasado. El poco que hay, por cierto, es a un tipo de interés intratable. El crédito al consumo está en torno al quince por ciento y el hipotecario en Euribor más cinco o más seis, por lo que nadie se puede permitir el acceso al dinero prestado. Eso en mi pueblo es como decir que ‘no hay crédito’
También se dice que el rescate ha finalizado y ha sido saneado pero ha sido a costa de los ciudadanos que, no es que lo deban pagar sino que ya lo hemos pagado y con creces. De los 41.300 millones que se nos prestaron 11.000 se les robaron a preferentistas y similares. Eso ya es dinero perdido y que la banca no pagará nunca. Este tema, los ciudadanos, se lo están desayunando con calma desde hace tiempo y ya nadie se acuerda o prefiere no acordarse. Hay otros 36.000 millones que el FROB ya asegurado que están perdido y que no se van a recuperar jamás. Es bien sencillo, ese dinero no se puede devolver o el sistema ‘robusto’ y ‘saneado’ dejaría de serlo. Lo han dejado clarísimo. La factura del rescate la vamos a pagar todos y durante años. El único consuelo es que podría haber sido peor, pero el ‘rescate’ si tuvo factura.
Es como muy fácil volver a estar sano financieramente. Es como si te revientas toda la pasta que tenías en lo que te da la gana y cuando te dicen que tienes que pagar dices que no puedes o entrarás en quiebra. Entonces tus ‘amigos’ te dejan el dinero que necesitas para seguir adelante. Finalmente no lo devuelves alegando que ahora que estás saneado no es prudente o volverás a estar en quiebra.
Lo peor, lo que me pone la piel de escamas, es pensar que el Estado ha entregado, garantizado o avalado toda esta orgía de despropósitos, lo ha hecho en más de 330.000 millones para toda banca. ¿Donde estaríamos ahora si se hubiera destinado toda esa inmensidad de capital a ayudar a las pequeñas empresas productivas, a políticas reales de emprendedores, a la investigación y el desarrollo en campos tecnológicos o del conocimiento o, incluso, a rescatar a los ciudadanos que cayeron en las redes de la codicia y la riqueza de ladrillo?. Todo ese dinero destinado a crear un nuevo modelo de crecimiento o a estimular la economía en definitiva y no a enterrarlo en los balances de los que no tuvieron ningún cuidado.
Ser emprendedor no es cómodo y por eso debe ser crítico. No aceptemos lo que nos cuentan solo porque suena mejor. Las patrañas en celofán son igual de inservibles. Un emprendedor es un agente incómodo para la administración al preguntarse por qué tiene que pagar una cosa o acatar una decisión determinada, ya que ser emprendedor requiere un fuerte compromiso con la innovación pues precisa de ella para competir con empresas que estaban antes que él, ser emprendedor obliga a ser optimista, pues sin ese valor casi irreflexivo a veces no se conquistan nuevos territorios. Pero ser emprendedor exige ser crítico con tu entorno para facilitar la creación de riqueza y de supervivencia de un negocio a fin de crear empleo. No es lo mismo acudir al trabajo a las 9 y salir a las 5 a no tener hora de entrada ni salir nunca pues el proyecto que llevas entre tus manos requiere de concentración constante. Esa exigencia superior aborta cualquier imposición irreflexiva y te pone en alerta de la ineficiencia pública.
Individualmente colectivos
Ayn Rand era el seudónimo de Alisa Zinóvievna Rosenbaum, una escritora estadounidense de origen ruso que sostenía la convicción de que los gobiernos tienen una función legítima pero limitada. Uno de los fragmentos de su obra ‘La rebelión de Atlas’ escrito en 1957, encaja a medida con lo que estamos viviendo en estos tiempos y en nuestro entorno.
Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegido contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto sacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.
El informe del Observatorio de la Realidad Social que elabora Cáritas indica que en España hay tres millones de personas en situación de pobreza severa. Es gente que se enfrenta a una batalla cotidiana por la supervivencia con menos de diez euros diarios. En apenas un lustro esa cifra es el doble. En esos cinco años hemos pasado de poco más del 8 por ciento de paro a rozar el 27. De un cuarto de millón de familias donde ningún miembro trabajaba se pasó a más de dos millones. Sumemos a toda esa carnicería los casi cien mil desahucios que se han vivido y que se deben a que muchos confiaron sus almas a un banco sonriente que ahora firma el informe que les pone en la puta calle.
La renta media desciende y afecta directamente a la desaparición de la clase media tal y como ahora la conocemos. Durante los años de expansión económica no se redujeron las diferencias entre las clases más débiles y las mejor posicionadas puesto que el valor contable de gran parte de esa “clase media” no era más que un montón de créditos acumulados de manera indecente soportando una propiedad sobrevalorada hasta la vergüenza ajena. El cóctel que supone todo ello explota a diario como bombas de racimo entre los más necesitados. A medida que pasa el tiempo se cronifican los parados de larga duración, la huida de jóvenes desesperados y la precarización económica basada en un modelo de crecimiento de escaso valor diferencial.
A estos datos deben contraponerse otros que pasan de refilón a los afectados: los macroeconómicos. Los datos que indican que estamos en la senda del crecimiento. Tengo claro que no es tal todavía, la tasa final de 2013 será de un crecimiento negativo de algo más de un uno por ciento. El punto de inflexión está a punto de producirse y por desgracia parece que la importancia de este momento exacto no se está apreciando adecuadamente.
Los responsables de dirigir y estimular este proceso pueden estar dejando de lado la importancia real de este instante de la historia. Los elementos que deben aprovecharse para crear un nuevo patrón de crecimiento son de tipo exterior e interior. Tenemos un paisaje desolador pero precisamente es ese escenario el revulsivo par imponer un cambio radical en los modelos de crecimiento.
Estamos ante detalles que bien podrían ser indicativos, pistas, de que el pistoletazo para el cambio ha llegado. Un punto de partida que podemos aprovechar o no. Si lo dejamos en manos de los demás estaremos eliminando el factor fundamental de ese cambio latente: la intervención individual que permita una revolución íntima y profunda en la manera de entender la vida y la economía. Los tiempos del pasado no regresarán y aquellos frutos no madurarán. Esperar subsidios y ayudas por “derecho fundamental” dejará de ser factible y lo que no nos fabriquemos nosotros mismos nadie lo creará. Si no encuentras trabajo seguramente es porque no lo hay, no existe. Por lo tanto tocará inventarse uno nuevo. Crear expectativas mientras creas caminos. Andar mientras generas el modelo es la clave.
Los datos que arriba estaba listando son demoledores, horribles y que no dan muchas opciones. Es imposible revertir esa situación con políticas puntuales de plazo fijo marcado a cuatro años. Hace falta poner las luces largas y mirar mucho más lejos. Ayudar a quienes ya no podrán salir de esa situación y empezar a definir hacia donde debe ir este proyecto socioeconómico común. La innovación, el conocimiento, la educación emprendedora y la digitalización de nuestra existencia no será una opción, será la obligatoria tasa humanitaria que deberemos pagar si queremos aprovechar este momento histórico.
Si lo que hacemos es permanecer a la expectativa y en esa espera lo que se busca es recuperar los sectores cíclicos y débiles del pasado habremos entregado el futuro de nuestros hijos a la nada más absoluta. No es cuestión de que mundo le dejamos a nuestros hijos, sino que hijos vamos a dejarle al mundo futuro. Sino generamos talento, conocimiento e innovación a partir de la educación y la capacidad emprendedora en sectores de alto valor, el futuro será un desahucio moral y social.
Europa ha salido de la recesión lo que está mejorando el comportamiento de nuestro sector exterior, mediante un incremento de las exportaciones sumado a un magnífico año para el turismo extranjero gracias a la devaluación interna que hemos sufrido además de los conflictos que afectan a algunos de los destinos alternativos.
El ajuste sufrido por las familias y empresas, el empobrecimiento en términos de salarios, márgenes y precios de venta y en términos de cantidades por culpa del desempleo masivo, la contratación cada vez más centrada en la temporalidad, así como un fuerte proceso de desendeudamiento que ha permitido, con enormes costes sociales, una drástica recuperación de competitividad y un fuerte reequilibrio de los balances, tanto para las familias como para las empresas privadas no financieras. Aunque habrá creación de empleo neto en algunos trimestres del próximo año, la generación neta en términos anuales será prácticamente nula, en el mejor de los casos. Nos situamos en el 2015.
Y la recuperación de desequilibrios básicos (desde la reorientación del crédito hacia el sector privado, hoy aún muy escaso y selectivo, hasta la evolución del déficit y la deuda públicos) nos llevará aún al menos dos años, hasta el 2016. Y con la incógnita de una deuda pública que puede superar el 100% del PIB y que pone en riesgo la confianza de los mercados internacionales en la sostenibilidad de nuestra recuperación. Urge, en definitiva, seguir en los ajustes y las reformas y, sobre todo, no caer en la autocomplacencia a partir del argumento –cierto– de que vamos mejor.
Es este un momento de la historia en el que sigue siendo clave pensar en primera persona del singular para poder darle valor a la tercera del plural. Sujetar tu vida para generar riqueza en tu entorno. Perseguir sueños para transformar la vida del resto. Todo cuanto suceda sucederá porque tu mismo lo impulses, y eso en definitiva repercutirá en la dinámica de cambio que nuestra sociedad está preparándose para vivir. Es evidente que no todos han entendido hacia donde van los tiempos, que tren se acerca y puedes perder, ni que se vende más en la zona ‘e-‘ que en la zona ‘a’, que la economía digital no entiende de fricción y que la nueva economía requiere de líderes (patronales, sindicales, políticos,…) que se sientan cómodos en esta transición gigantesca que el ser humano está viviendo. A pesar de todo y de todos, el futuro será mejor y colectivamente ganaremos si somos capaces de darle el valor individual que construye la riqueza colectiva.